Liberame «JIKOOK» ┇ Adap

⇝「Capitulo I」

— ¿Realmente debo hacerlo? — Preguntó Jimin en el auto cuando se dirigían al Centro de Alojo de Esclavos.

—Sabes que sí, hijo. — Respondió su madre con unsuspiro amargo.

— Sabes que a los tres meses investigan a las personas que no se han hecho poseedoras.

Jimin no respondió, sino que volteó su rostro yvio tras la ventana del auto. A los pocos minutos, llegaron al gran edificio con las siglas "C.A.E" grabadas en la fachada.

—Mamá, por favor no me hagas hacerlo. — Suplicó Jimin cuando su madre parqueó el auto frente al edificio.

Se sentía como un niño rogándole a su mami que no lo llevara al dentista, pero no lo podía evitar, realmente no quería entrar a ese lugar.

—Lo siento, Jimin. — Respondió su madre con amargura y tristeza reflejada en su voz, bajando del auto.

Después de tomar un par de respiros profundos, Jimin bajó del auto y siguió a su madre tras la puerta del edificio. El interior era gris y aburrido. Hacía tanto frio allí dentro que Jimin tuvo que jalar las mangas de su camisa para abrigar sus dedos.

— ¿En qué los puedo ayudarles? — Dijo la mujer que ocupaba el escritorio que se ubicaba frente ala entrada. Jimin y su madre se acercaron a ella.

—Mi hijo viene a hacerse poseedor.

—Nombre completo, por favor. — Dijo la mujer, clickeando sin parar en su computadora.

—Park Jimin— Respondió el ojimiel sin muchas ganas.

Jimin vio a la mujer teclear su nombre y luego fruncir el ceño.

— ¿Por qué ha esperado tanto tiempo? — Preguntó la mujer viendo a Jimin directo a losojos.

—No habíamos tenido tiempo. — Respondió rápido la madre de Jimin, salvándolo de tener que mentir. Era un pésimo mentiroso.

La mujer los miró a ambos sin creerse mucho la mentira, pero luego siguió tecleando en su computadora. Después de unos minutos, se escuchó el sonido de una impresora.

—Llene este formulario y tráigalo cuando termine. — Dijo la mujer entregándole a Jimin los papeles que acababa de imprimir.

El formulario era algo sencillo de llenar, así que en pocos minutos ya Jimin estaba siendo dirigido a los pasillos donde tenían a los esclavos. Jimin sabía que estos centros no eran nada amables con los esclavos, pero el ojimiel no se esperaba entrar al primer pasillo y ver celdas pequeñas y frías, cada una con un esclavo semidesnudo arrodillado dentro de ella.

Con solo poner un pie allí, el cuerpo de Jimin se estremeció y deseó dar la vuelta y huir de aquel espantoso lugar, pero la mano de su madre en su espalda se lo impedía.

—Estos son los esclavos que han sido devueltos. — Dijo el hombre encargado de guiar a las personas por los pasillos.
— Será mejor que vayamos a los nuevos ingresos. Por ser un nuevo poseedor, tienes derecho a escoger los nuevos paquetes.

Jimin no pudo articular ninguna palabra. Odiaba escuchar al hombre hablar de los esclavos como si fueran objetos. Y ni siquiera sabía que las personas devolvían esclavos. Él y su madre empezaron a seguir al hombre, pero cuando llegaron a la puerta del siguiente pasillo, la puerta a sus espaldas se abrió de golpe.

Instintivamente Jimin volteó a ver y sintió como si toda la sangre de su cuerpo se congelara. Allí en la puerta estaba un hombre con el mismo uniforme que el hombre que los estaba guiando. Pero a diferencia del guía, este hombre tenía a un esclavo agarrado del pelo. Jimin lo vio como le susurró algunas palabras y luego lo lanzaba al suelo.

El esclavo era tan flaquito y pequeño que cuando cayó al suelo, Jimin temía que se rompería en mil pedazos. El chico no parecía tener más de 15 años y tenía su espalda desnuda totalmente llenade moretones.
Sin percatarse de lo que estaba haciendo, Jimin caminó hacia el par y se quedó viendo al esclavo tendido en el piso.

Con dificultad, el esclavo levantó su cabeza y miró hacia Jimin. Rápidamente bajó su mirada y se movió hasta quedar arrodillado frente a él. Sus movimientos eran pesados, como si le costara mover cada centímetro de su cuerpo.

Jimin había visto aquellos ojos azules por solo un instante, pero había sido suficiente.

—Quiero a este.

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Gracias por Leer.