⇝「Capitulo XII」

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Una punzada de dolor en la cabeza fue lo que provocó que Jimin despertara del profundo sueño en el que había caído desde la madrugada.

Jimin gruñó al recordar que había logrado dormirse hasta muy tarde y entendió que esa era probablemente la razón detrás desu migraña. A la vez, recordó que se había dormido abrazando al joven esclavo y una sonrisa escapó en sus labios. Olvidando su migraña, Jimin palpó su cama aun con los ojos cerrados buscando el cuerpo caliente de Jungkook, pero su frente se arrugó al no encontrarlo.

Un poco asustado, Jimin abrió los ojos y su miedo se intensificó al no ver al esclavo por ninguna parte. Salió disparado de su cama, enredándose en las cobijas y casi cayendo sobre su cara. Sin siquiera preocuparse por eso, Jimin corrió al baño y abrió la puerta de golpe y sintió como su respiración se agitaba al no encontrar al menor allí dentro.

En modo pánico, Jimin abrió de golpe la puerta de su habitación y bajó corriendo las escaleras, saltándose algunas y resbalando enotras, pero nada lo iba a detener en ese momento. Mientras bajaba, pudo escuchar movimiento en la cocina y supuso que era su madre, así que corrió en dirección a ella.

—¡¡Mamá!! — Gritó Jimin cuando estaba cerca de la puerta y le dio un empujón a aquella, provocando que golpeara la pared en un golpe seco.
—¡¡Jungkook no está mamá, ayúdame a encont-!!

Jimin se interrumpió al ver el par de ojos que lo miraban preocupados y asustados dentro de la cocina. Sus ojos inmediatamentese clavaron en Jungkook, quien tenía un poco de harina en su mejilla y usaba un delantal atado a su cuerpo. Jungkook lo miraba asustado y con los ojos abiertos como platos.

—Señor, ¿se encuentra bien? —

Preguntó Jungkook preocupado y se sorprendió al ver a su dueño caminar de manera acelerada hacia él.

¿S-Señor?

La pregunta murió en la boca de Jungkook cuando Jimin lo tomó de los hombros y lo pegó asu cuerpo, envolviéndolo en un abrazo y haciendo encajar la cara del menor contra su cuello. El ojiazul podía sentir la respiración agitada de su dueño sobre su mejilla y siguiendo sus instintos, alzó sus manos llenas de harina y las posó sobre la espalda de su Jimin.

—Creí que te habían llevado... — Susurró Jimin de manera que solo Jungkook lo pudiera escuchar y el ojiazul sintió como se formaba un nudo en su garganta al escuchar lo quebrada que salía la voz de su dueño.

Jungkook se sintió aun peor al darse cuenta de que había sido su culpa que Jimin se preocupara de esa manera. Si no se hubiera levantado sin avisar...

—Lo siento, Señor. — Murmuró Jungkook contra el cuello de su Jimin.

— Y-Yo solo quería sorprenderlo con un desayuno, lo sien-

—No pequeño, no te disculpes. — Interrumpió Jimin al menor y se separó un poco del abrazo para poder mirarlo a los ojos. Su corazón se derritió al ver el minúsculo puchero en los labios del menor.
— Me preocupé mucho, pero no te disculpes.

Jungkook sintió como un calor invadía su cuerpo...su Jimin se preocupaba por él.

—Le prometo que el desayuno está rico. — Dijo Jungkook sonriendo de nuevo y Jimin sonrió con él.

— Lo preparé con mucho cariño y la Dama me ayudó.— Jungkook se separó del abrazo y señaló a la pila de panqueques con chispas de chocolate que había hecho. — ¡Mire, son sus favoritos!

Al verlo tan emocionado por algo tan pequeño, Jimin lo volvió a atraer hacia su cuerpo y lo apretó en un abrazo.

—Gracias pequeño, se ven deliciosos. — Jimin dijo y dejó un beso sobre la cabeza del joven esclavo.

Jungkook se sonrojó por la manera en que Jimin lo había empezado a llamar y se acurrucó un poco más en el pecho de su poseedor. Él de cabello rubio suspiró al sentir la manera tan perfecta en que el menor calzaba entre sus brazos.

— ¿Cómo amaneciste? — Preguntó la madre de Jimin, sacándolo de la burbuja de perfección en la que se había perdido. Sin soltar al menor, alzó su mirada y la miró directo a los ojos, sonriendo al verla a ella sonreír.

—Con un pequeño dolor de cabeza, pero nada grave así que- — Empezó a responder Jimin pero se vio interrumpido al Jungkook separarse rápidamente del abrazo.

— ¡Yo puedo traerle una pastilla, S-...Jimin! — Exclamó Jungkook emocionado y se sintió orgulloso al poder cambiar el "Señor" por "Jimin".

—Te lo agradecería, pequeño. — Respondió Jimin con una sonrisa y Jungkook caminó emocionado hacia el baño de la habitación, ya que ahí había visto las pastillas. Jimin lo miró con ternura al alejarse y de nuevo la voz de su madre lo devolvió a la realidad.

—Realmente no quiero romper con este momento tan bonito. — Dijo su madre en un murmuro amargo y Jimin la miró confundido. — Pero esta mañana llamaron del C.A.E y mañana tendrás que ir y llevar a Jungkook contigo.

— ¿Qué...? No, mamá. — Respondió Jimin alterado.
— No. No voy a permitir que mi Jungkook vuelva a poner un pie en ese asqueroso lugar.

—Si no lo haces, vendrán aquí a llevárselo. — Respondió su madre manteniendo la calma e ignorando deliberadamente el hecho de que Jimin había llamado a su esclavo "Mi Jungkook"; esa era una conversación que tendrían otro día. Jimin empezó a negarse de nuevo, así que siguió.

— Escúchame. A Jungkook lo devolvieron por no seguir órdenes, así que lo único que te van a preguntar es que si el chico está cumpliendo tus órdenes o no. Eso es todo.

— ¿Estás segura? — Preguntó Jimin después de quedarse pensándolo unos instantes y su madre asintió.
— Bien.

En ese momento, Jungkook entró por la puerta emocionado porque traía las pastillas en sus manos y Jimin sonrió al verlo tan vivo. Prefería llevarlo él y responder a un par de preguntas en lugar de que llegaran a su casa para arrebatarle al chico.

Nunca nadie quitaría a Jungkook de su lado.

Mis Bellezas actualización Haré una mini-Maraton

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Mis Bellezas actualización
Haré una mini-Maraton.

Espero sea de su agrado.

Gracias por Leer.

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Liberame «JIKOOK» ┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora