⇝「Capitulo XX」

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El viaje de vuelta a casa fue silencioso y rápido.

Se habían quedado unos minutos en el estacionamiento, Jimin rodeando con sus brazos al joven esclavo en un apretujado abrazo y Jungkook se había quedado quieto mientras recibía el abrazo, sus ojos cerrados ysimplemente absorbiendo el cariño y la protección que le brindaban aquellos fuertes brazos.

Al estacionar el auto frente a la casa, Jimin se miró en el retrovisor y maldijo alver sus ojos aun hinchados y rojos. Eso no pasaría desapercibido para su madre. Aun mirándose, soltó un suspiro amargo, hasta que sintió una suave y delgada mano tomando la suya. Volteó su rostro y miró a Jungkook.

La pequeña sonrisa en aquel bonito rostro fue suficiente fuente de valor para que Jimin diera un apretón sobre aquella mano y luego saliera del auto. Tan pronto Jungkook estuvo a su lado, Jimin tomó las bolsas que colgaban de sus manos y caminó junto a él hacia la puerta de la casa.

Con agilidad, Jimin abrió la puerta y dejó primero pasar a Jungkook para luego seguirlo y cerrar la puerta tras de sí. Caminaron sigilosos hasta las escaleras, pero antes de que tan siquiera pudieran pisar el primer escalón, escucharon como los llamaban.

— ¿Cómo les fue? — Preguntó la madre de Jimin desde la sala de estar y Jimin soltó un suspiro amargo.

Con pies pesados caminaron hasta la sala y la vieron sentada en el sofá con su computadora en su regazo y sus lentes color morado sobre el puente de su nariz.

—Conseguimos casi todo lo que ocupábamos. — respondió Jimin y su madre inmediatamente despegó su mirada dela computadora para verlo.

Con solo escuchar su manera de hablar, supo que algo sucedía. Antes de decir algo, pasó su mirada de Jimin y Jungkook, tratando de descifrar qué había pasado y se relajó al ver que ninguno tenía señales de golpes.

¿Qué pasó? — preguntó ella cerrando la tapa de su computadora y quitándose los lentes.

¿Te lo puedo contar más tarde? — dijo Jimin y su madre no le hizo buena cara. — Por favor mamá, estoy cansado y sé que Jungkook también.

Jimin vio a su madre fruncir su ceño y viocómo se estaba debatiendo en su interior, pero soltó un respiro al verla asentir con lentitud. El ojinegro asintió como respuesta y con una mano sobre la espalda baja del menor, caminaron juntos hasta la habitación. Jimin dejó primero pasar a Jungkook y luego cerró la puerta, soltando las bolsas y dejándolas caer al piso.

— Jimin. — Pronunció Jungkook y Jimin se volteó para mirarlo.

No entendía por qué el ojiazul estaba tan tranquilo.El mayor dio un par de pasos y se acercó a él para envolverlo en sus brazos.

—Lamento todo lo que pasó hoy, pequeño. —murmuró Jimin con su boca pegada a la cabeza del menor.

—No es tu culpa. — susurró Jungkook sobre el pecho de Jimin.

¿Cómo estás tan tranquilo? — preguntó Jimin separándose un poco para poder ver el rostro del menor.

—No lo sé. —respondió Jungkook en un susurro ylevantó el rostro para mirar a Jimin a los ojos. —Sentí mucho miedo cuando lo vi... pero tenerte ahí me tranquilizó.

—Te prometí que no dejaría que te pasara nada.

—Lo sé, pero... — murmuró Jungkook y bajó su rostro. Adoraba a Jimin y sabía que estaba seguro con él, pero aún sentía como su garganta se cerraba evitándole decir ciertas cosas.

—Dime.

Jungkook murmuró algo ininteligible, así que Jimin levantó su rostro con su dedo y se asustó el ver las lágrimas brillando en aquellos azules ojos.

—Quiero ser fuerte. — repitió Jungkook y su voz tembló. — Te debo mi vida, pero quiero ser fuerte. ¡Y no quiero que creas que no quiero todo lo que me das, porque sí lo quiero!¡Gracias a ti volví a sentirme como un humano! Y no quiero que me dejes ir nunca, Jimin, no quiero. Quiero estar siempre para ti y ayudarte y-

—Pequeño. — Interrumpió Jimin al ver que Jungkook se estaba empezando a hiperventilar. El menor inmediatamente cerró su boca y observó a su dueño.
—Estoy muy orgulloso de ti, ¿sabes? — Jungkook lo miró con confusión al escucharlo.
No necesitas querer ser fuerte porque ya lo eres. Eres la persona más fuerte que he conocido en mi vida. Y prometo que algún día encontraremosun lugar en el que podamos ser libres.

—Esos lugares no existen, Señor. — afirmó Jungkook y luego volvió a bajar su mirada.
Y yo quiero ser su esclavo siempre.

Esto último lo dijo en un murmullo, esperando que Jimin no lo escuchara, pero no tuvo suerte.

—No pequeño, no quieres eso. — dijo Jimin con su ceño fruncido.

—Sí lo quiero...

—Lo dices porque es la vida que te obligaron a vivir, pero si me llego a dar cuenta de que sí existe un lugar en el que sea posible, no dudes en que te llevaré.

— ¡Pero no existen y yo no quiero! — Jungkook exclamó y se soltó del agarre del mayor.

Jimin lo miró con los ojos como platos sin comprender la actitud del menor.

¿Cómo que no quieres, Jungkook? — preguntó viéndolo como caminaba hacia las bolsas y vaciaba el contenido de ellas en la cama. El joven esclavo lo ignoró y empezó a doblar la ropa recién comprada.
—Jungkook, te estoy hablando. — volvió a hablar Jimin y se sorprendió al ver como seguía siendo ignorado.

Jungkook solo siguió doblando y redoblando las prendas. El mayor caminó hacia él y acercó su mano a la del menor para tomarla entre las suyas. Tan pronto lo hizo, Jungkook paró en seco sus movimientos— Pequeño... — murmuró por última vez antes de que Jungkook le diera un apretón a la mano para luego soltarse.

—Iré a ayudar a InSeul a preparar la cena. — murmuró y se acercó a Jimin para dejar un beso en su mejilla antes de salir de la habitación.





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Actualización Bellezas.

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Liberame «JIKOOK» ┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora