⇝「Capitulo IX」

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Justo en ese momento, la puerta de la habitación se abrió y entró Jimin.

La cara de Jungkook se iluminó por completo al ver a su dueño. Iseul sonrió con ternura al ver su reacción y se levantó de la silla.

— Oh, hola Iseul. — Dijo Jimin con sorpresa al ver a la esclava de su madre en su habitación. Volteó a ver a Jungkook y sintió como una sonrisa se apoderó de sus labios al verlo tan vivo.

—Estaré con su madre, llámeme cualquier cosa que necesite. — Dijo Iseul y Jimin sonrió asintiendo.

Jungkook frunció su ceño al ver el intercambio; ÉL era el esclavo de su Jimin, ÉL era quien quería suplir las necesidades de su dueño. Su ceño fruncido desapareció al ver a Jimin acercarse a él con una crema en las manos.

Aquí tienes. — Le dijo Jimin a Jungkook y sentó en la cama con las piernas recogidas, quedando frente al menor. Jungkook movió su cuerpo para estar sentado de la misma manera que Jimin y tomó la crema.

— Señor, su rostro ya no está rojo. — Dijo Jungkook con un pequeño puchero; realmente quería hacer algo bueno por su dueño.

Jimin sintió que se derritió por completo al ver aquella carita adornada por un pucherito.

¿De verdad? — Dijo Jimin fingiendo.

— Pero igual la siento irritada, ¿podrías hacerme el favor?

Se sentía terrible por mentir, pero la carita de Jungkook volvió a brillar con emoción y Jimin supo que valía la pena.

— ¡Por supuesto que sí! — Respondió emocionado y Jimin soltó una pequeña risa enternecida.

— ¿Puedo saber de qué hablabas con Iseul? — Preguntó Jimin mientras Jungkook abría la crema y vertía un poco en sus manos.

— Me estaba preguntando sobre mi tiempo en el sistema. — Respondió Jungkook mientras frotaba la crema entre sus manos para calentarla y así no tuviera un impacto frío sobre la piel de Jimin.

Jungkook alzó sus manos despacio y se detuvo cuando estuvo a punto de colocarlas en el rostro de su dueño. De pronto se sintió terriblemente nervioso; su dueño tenía la cara más bonita que Jungkook había visto en su vida y tenerla tan cerca le provocaba nervios.

Jimin, al ver la duda en el rostro de Jungkook, alzó sus manos y las colocó con suavidad en las muñecas del ojiazul, atrayendo sus manos a su cara. Jungkook saltó un poco al tener sus manos sobre el rostro de su dueño, pero se relajó cuando lo vio sonreír.

¿Me contarías a mi lo que le contaste a ella? —
Preguntó Jimin en un susurro, sus ojos sellados en aquellos hermosos ojos azules.

C-Claro. — Tartamudeó Jungkook y empezó a mover sus manos sobre las mejillas del ojinegro.

Su ceño se frunció un poco al notar que la cara de su dueño no tenía ningún tipo de irritación, más bien era la piel más suave y lisa que había visto, pero no se iba a quejar. Se sentía afortunado y no lo iba a desaprovechar.

¿Jungkook? — Preguntó Jimin al ver que Jungkook no daba indicios de empezar a hablar.

¡L-Lo siento! — Respondió Jungkook avergonzado; se había quedado hipnotizado en la suavidad bajo sus manos. — Le conté a Iseul que me vendieron a los once años, así que creo que tengo seis años en el sistema.

Jimin se estremeció al imaginarse a un pequeño Jungkook siendo aventado en las celdas que había en el C.A.E.

Solo estuve un par de días en el Centro. — Siguió Jungkook mientras movía sus manos sobre el rostro de su poseedor.

Liberame «JIKOOK» ┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora