⇝「Capitulo VI」

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Cuando entraron a la habitación, Jimin pudo ver una bandeja con una tacita de sopa sobre la mesa al lado de su cama.

—Ve a sentarte. — Jimin le dijo a Jungkook señalando a su cama y caminó hacia su armario.

Sacó una camisa grande y suave y unos pantalones de dormir. Cuando se volteó, encontró a Jungkook de pie al lado de la cama con la cabeza gacha y las manos detrás de la espalda.

Jimin soltó un suspiro al verlo en esa posición. Sería un proceso largo sacar a Jungkook de lo que estaba acostumbrado.

—Arriba los brazos. — Pidió Jimin y Jungkook lo miró confundido.

El ojinegro hizo gestos con las manos indicándole al menor que alzara sus brazos y Jungkook muy despacio obedeció. Cuando Jimin empezó a ponerle la camisa, un fuerte sonrojo subió por el cuello del joven esclavo y se intensificó cuando vio a su poseedor arrodillarse en el suelo para ponerle el pantalón.

—Ahora a comer. — Dijo cuándo se levantó y se sentó sobre la cama, tomando la tacita con una desus manos.

Con la otra mano palmeó la cama para que Jungkook se sentara. Jungkook lo dudó unos instantes, pero su instinto de esclavo le pedía obedecer, así que se sentó. La verdad era que Jungkook tenía miedo, mucho miedo.

Nunca había visto a un poseedor así y tenía un temor increíble de que su dueño lo estuviera engañando, haciéndole creer que estaba a salvo para luego convertirse en un poseedor como todos los demás.

— ¿Crees poder comer solo o te ayudo? — Preguntó Jimin y Jungkook negó con la cabeza, tomando la tacita con sus manos.

El castaño alzó la cuchara y miró a Jimin, como pidiendo permiso y el ojinegro asintió con una pequeña sonrisa.

Jimin sintió como su pecho se expandía al ver a Jungkook tomar un sorbo de la sopa y gemir de satisfacción.

—Despacio, no queremos que lo vomites por apresurarte, ¿cierto? — Dijo Jimin cuando vio que Jungkook empezó a tomar la sopa de manera acelerada.
Nadie te la va a quitar y dentro de un par de horas te daré más, lo prometo.

Jungkook lo miró con los ojos abiertos; nunca en su vida le habían dado tanta comida. Asintiendo, Jungkook tomó su sopa despacio y se dio el lujo de disfrutarla.

— ¿Te puedo hacer algunas preguntas? — Preguntó Jimin y Jungkook asintió.
— ¿Cuántos años tienes?

—Creo que tengo 17, Señor, no recuerdo. — Respondió Jungkook después de pensarlo.

Jimin se sorprendió, creía que tenía unos 15 años, pero suponía que era por lo delgado que estaba.

—¿Cuantos... poseedores has tenido anteriormente?
Jimin preguntó, sabía que toda esa información estaba en el formulario que le dieron en el C.A.E pero quería conversar más con el joven esclavo.

—D-Dos.
Respondió Jungkook y antes de que Jimin pudiera intervenir, Jungkook se lanzó al piso arrodillado frente a él, la taza de sopa cayendo con él y regando el poco contenido que quedaba.
— Por favor no me devuelva, Señor, ¡porfavor! Le juro que haré todo lo que me pida y cumpliré todas sus órdenes pero ¡no me devuelva!

Jungkook se estaba empezando desesperar y a ahogarse con sus propios sollozos así que Jimin se lanzó al suelo asustado y lo envolvió en sus brazos.

—Sé que he sido he tenido muchos dueños y que eso no es bueno pero por favor no lo haga Señor. — Siguió Jungkook y Jimin sintió como sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas. — Si me devuelve me matarán y le juro que yo puedo seguir órdenes...

—Shhh, tranquilo... — Susurró Jimin al oído de Jungkook Le dolía demasiado escucharlo y verlo tan roto. — No te voy a devolver, te protegeré por siempre, ¿entendido?

Jimin no tenía idea de lo que estaba diciendo,solo se estaba dejando llevar por el instinto y en ese momento lo único que quería era proteger al débil chico que lloraba en sus brazos. Después de un largo rato de llorar, el joven esclavo se había quedado dormido en los brazos de Jimin.

Con delicadeza, el mayor lo alzó y lo acostó en su cama, arropándolo con las cobijas. Luego recogió la taza del piso y caminó al baño en búsqueda de un paño con el cuál limpiar la poca sopa esparcida en el suelo.

Al terminar, Jimin apagó la luz y salió de su habitación, cerrando con lentitud la puerta para evitar despertar al ojiazul.

Caminó por toda la casa buscando a su madre y la encontró sentada en el sofá de su oficina, leyendo. Al verlo entrar, alzó la mirada.

—¿Cómo sigue Jun- — Empezó a preguntar su madre pero frenó en seco al ver a su hijo con lágrimas rodando por sus mejillas, mordiendo con fuerza los labios para contener los sollozos y las manos hechas puños a los costados de su cuerpo. — Ven, mi niño.

Jimin casi que corrió hacia su madre y se dejó envolver en sus reconfortantes brazos. Solo así pudo dejar salir todos los sollozos que le oprimían el pecho y lo ahogaban. Se sentía como un desconsolado niño llorando porque se rompió su juguete favorito.

Pero esto era mucho más, esto era un ser humano que habíasido tratado como una mierda antes de que Jimin llegara a su vida. Su madre sintió como las lágrimas le empezaban apicar los ojos al ver a su hijo estremecerse de esamanera entre sus brazos.

— ¿P-Porqué ti-iene que s-ser el m-mundo tan mierda, m-mamá? — Dijo Jimin con dificultad en medio de sus sollozos.

Su madre ni siquiera tuvo la fuerza para hacerle una reprimenda por maldecir. Sabía que lo que tenía a su hijo en ese estado había sido el nuevo miembro de la casa y detestaba que su hijo tuviera que pasar por algo así.

Cuando lo llevó al C.A.E, ella esperaba que Jimin escogiera a cualquier esclavo y que lo trajera a casa para que tuviera una vida segura y buena, como la que le habían brindado a Iseul . Pero debió saber que su hijo tendría el gran corazón como para no traer un esclavo a la casa, sino de salvarlo.

—Shhh... — Consolaba su madre a Jimin mientras él dejaba salir todo lo que necesitaba. — Ya está acá, ya lo salvaste. Ahora todo será mejor.

De alguna manera, Jimin llegó a estar acostado en el sillón con la cabeza recostada sobre el regazo de su madre, ella pasando sus manos por el cabello del ojinegro y de vez en cuando pasando sus dedos por sus mejillas, limpiando las interminables lágrimas.

De alguna manera, Jimin llegó a estar acostado en el sillón con la cabeza recostada sobre el regazo de su madre, ella pasando sus manos por el cabello del ojinegro y de vez en cuando pasando sus dedos por sus mejillas, limpiando las interminables ...

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Siendo sincera, editando este capítulo se me salió La lagrimita.
😢😭

Actualización Bellezas.

Gracias por Leer.

Liberame «JIKOOK» ┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora