⇝「Capitulo XVI」

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Tal como su madre le había dicho, solo le hicieron un par de preguntas con respecto al comportamiento de Jungkook y tras responderlas,fueron libres de irse. Por suerte, no había rastros del guía en la zona de la recepción, así que Jimin y Jungkook salieron tranquilos y entraron al auto.

— ¿Cómo les fue? — Preguntó la madre de Jimin y el ojinegro soltó un fuerte suspiro.

—Odio este maldito lugar. — Respondió Jimin sin mirarla y ella no pudo regañarlo por maldecir; ella también odiaba el lugar.

Sin articular más palabras, su madre arrancó el auto y en silencio se dirigieron a su casa.Al llegar, Jimin de nuevo ayudó a Jungkook a salir del auto y tras agradecerle a su madre por llevarlos, juntos caminaron escaleras arriba hacia la habitación del mayor. Jimin se lanzó boca arriba sobre su cama y tapó sus ojos con un brazo. Se destapó al sentir como la cama se hundía un poco, indicándole que Jungkook se había sentado a su lado.

— ¿Me regalas un abrazo? — Dijo Jimin después de observar a Jungkook.

Con un sonrojo y una pequeña risa, Jungkook se acostó para abrazarlo y quedó casi que totalmente acostado sobre Jimin.

El ojinegro sintió un cosquilleo en su estómago al escucharlo reír y quiso escucharlo de nuevo.Con una sonrisa juguetona, Jimin pasó sus dedos por las costillas del menor y soltó una carcajada al escuchar el grito que soltó el pequeño.

Cuando dejó de reírse, lo apretó de nuevo a su pecho y pasó con suavidad sus manos por la espalda del menor. Si no hubiera sido por los cardenales que la adornaban, hubiera seguido haciéndole cosquillas.

Sabía que era demasiado cursi, pero Jungkook había pasado por tanta mierda que se merecía una buena y gigantesca dosis de cariño.Por las caricias en la espalda y por el cansancio de un cuerpo en recuperación, el joven esclavo cayó dormido sobre el pecho de Jimin.

Manteniendo las caricias, Jimin cerró sus ojos para él aprovechar y tomar una siesta. Justo cuando se iba a quedar dormido, escuchó un par de golpes en su puerta. Al abrir los ojos, vio a su madre entrando despacio en su habitación.

—Dejaste esto en el auto. — Susurró su madre con el folder informativo de Jungkook en sus manos.

—Gracias mamá. — Respondió Jimin mientras estiraba un brazo y ella se acercó y le puso el folder en la mano extendida.

—Le diré a Inseul que le prepare algo para dentro de un rato. — Susurró de nuevo su madre con una sonrisa y extendió una mano para dejar una pequeña caricia sobre el cabello del menor.

Jimin sonrió al ver que su madre también le estaba tomando cariño al joven esclavo y soltó un suspiro al verla salir de la habitación, cerrando la puerta tras de sí. Teniendo mucho cuidado de no despertar al menor, Jimin abrió el folder y observó toda la información que había.

Nombre de sistema: C-301.
Nombre de registro: Jungkook.
Fecha de nacimiento: 13/10/2000.
Esclavo de categoría:
Nacido (_)
Vendido (X)
Entregado (_)

Cantidad de devoluciones: 2.

•Primera devolución: 23/01.
Motivo de devolución según el poseedor:
Dejó de servir.
•Segunda devolución: 08/04.
Motivo de devolución según el poseedor:
No sabe seguir órdenes.

[En caso de querer ejercer la devolución, presentar al esclavo a las oficinas del C.A.E junto al formulario y una carta adjunta con el motivo de devolución.]

Jimin pasó la página y encontró una copia del formulario que tuvo llenar para hacerse poseedor. Además encontró las cartas de los dos imbéciles que habían tenido a Jungkook.

Sin pensarlo dos veces y sin tomarse siquiera el tiempo de leer media palabra, Jimin tomó las cartas con ambas manos y las rompió en dos, provocando que el joven esclavo se sobre saltara en su pecho. El mayor dejó el papel de lado y pasó sus manos sobre la espalda del menor, como Arrullándolo para que se durmiera de nuevo.

Cuando Jungkook volvió a quedarse dormido, Jimin tomó de nuevo el folder en búsqueda de más información sobre el menor, pero no había más. Jimin esperaba encontrarse información como alergias, tipo de sangre, nombre de sus padres, sus apellidos, pero no había más. Como si para el mundo Jungkook no fuera otra cosa más que un esclavo. Y así era.

Con un suspiro amargo, Jimin hizo a un lado el folder y volvió a envolver al menor en sus brazos. Si antes sentía una urgencia por llenar al menor de cariño, pues tras leer el formulario el sentimiento se multiplicó y ahora quería simplemente pasar sus días llenándolo de caricias.

Y la verdad, no era una mala idea.

Y la verdad, no era una mala idea

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Liberame «JIKOOK» ┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora