⇝「Capitulo XVIII」

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La mañana siguiente, Jimin llevaba alrededor de una hora despierto pero aún seguía acostado en su cama con el ojiazul sobre su pecho. Sentía su vejiga estrujar, pero por nada del mundo despertaría a Jungkook de su pacífico sueño.

Así que ahora estaba mirando hacia el techo, sus dedos subiendo y bajando por la espalda del joven esclavo, dejando caricias en su paso. En cierto momento sintió como Jungkook se removió un poco sobre su pecho y Jimin lo escuchó bostezar. Creyó que el joven esclavo se levantaría o se separaría, pero se quedó allí acostado y despierto.
Jimin sintió que se enamoró un poquito más.

—¿Jungkook, estás despierto? —Susurró Jimin a pesar de que sabía que ya el castaño lo estaba.

El esclavo movió su cara para poder ver a los ojos a su dueño y provocó que sus rostros quedaran a centímetros de distancia. Jimin sintió sus labios picar de las ganas que tenía de devorarlo a besos.

—Sí, Señor. — Respondió Jungkook, sin dejarse inmutar por la cercanía.

— ¿Ya te dije que tienes los ojos más bonitos? — Susurró de nuevo Jimin, sentía que si hablaba más duro rompería esa hermosa burbuja en la que estaban en ese momento. La cara de Jungkook fue invadida por una inmensa sonrisa y soltó una pequeña risita.

—Sí Jimin, me lo dices a cada rato. — Murmuró Jungkook sonrojado; no se acostumbraba a llamar a su poseedor por su nombre.

—Bien. ¿Tienes hambre? — Preguntó Jimin y se arrepintió al instante porque provocó que Jungkook se sentara y se separara de su cuerpo.

—Un poquito, Señor. — Respondió el ojiazul yse levantó de la cama.
— Iré a prepararle el desayuno.

— ¡Espera! — Exclamó Jimin al ver a Jungkook caminar hacia la puerta.

— ¿Qué te parece si lo preparamos juntos?—
Al escucharlo, Jungkook arrugó su frente levemente y un pequeño puchero se formó en sus labios.

—Lo que usted desee, Señor. — Respondió Jungkook y Jimin quiso golpearse al escucharlo responder con la clásica respuesta del esclavo.

—No. — Dijo Jimin y se levantó, caminando hacia Jungkook, quien ahora tenía los ojos Muy abiertos y debía admitir que estaba un poquito asustado.

Confiaba en su nuevo poseedor, pero no podía negar que Jimin podía ser tan dominante algunas veces que le provocaban ganas de caer de rodillas y quedar a su merced.

— Quiero que me respondas con honestidad, ¿quieres que te ayude o prefieres que no lo haga?

—E-Es que me gusta cocinarle, S-Señor. — Tartamudeó Jungkook mirando a su dueño directo a los ojos. Jimin soltó un suspiro pesado al escucharlo.

—Sabes que no estás en la obligación de hacer todo por mí, ¿cierto? — Preguntó Jimin y sintió su cuerpo relajar al ver como volvía la sonrisa al rostro del menor.

—Sí, Señor. Y lo hago porque quiero hacerlo.

—Bien. — respondió el mayor con una sonrisa y abrió sus brazos. — ¿Me regalas un abrazo?

En instante el menor estaba entre sus brazos y con su cara pegada al cuello del mayor.

—Ya te dije que no tienes que pedirlos. Mis abrazos son tuyos, Jimin.

 Mis abrazos son tuyos, Jimin

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Liberame «JIKOOK» ┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora