Simón comprende que Juan Pablo no es culpable de las penas y tormentas que han pasado él y su familia durante doce largos años, pero aún así sus vidas se unen de una forma que ni la propia razón podría llegar a comprender y todo por un siniestro pro...
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[ Villamil ]
Desde niño siempre soñé con formar una familia. Poder compartir eternamente mi vida con una mujer de la que esté perdidamente enamorado y convertirme en un padre ejemplar, es una meta que deseo cumplir.
Claro, para eso debo establecer un futuro sólido, con un trabajo estable que me permita tener una vivienda a la altura de mis expectativas y obtener ingresos suficientes para satisfacer las necesidades de mi familia.
Planifiqué todo hace varios años: universidad, carrera, trabajo, esposa, número de hijos, postgrado, vivienda, mascotas y hasta la raza del perro. Tenía todo fríamente calculado, para tan sólo decir "Villa, hazlo."
O eso hasta que a la vida le importaron un carajo mis planes y los echó por el desagüe.
Primero, a mi padre no le hizo ni pizca de gracia la universidad de mi elección y mucho menos la carrera, por lo que mi sueño de estudiar música en el Conservatorio fue desechado y reemplazado por la Universidad de los Andes y la carrera de Ingeniería industrial, no puedo mentir, me gusta la ingeniería y la universidad es fabulosa, pero ahora solo puedo imaginarme qué habría pasado si hubiera hecho lo que quise desde un principio.
Como no pude estudiar música, la idea de ser un solista famoso y vivir de ello tampoco resultó. Así que ahora estoy condenado a vivir en una burbuja de burocracia al graduarme, estaré atado una silla en la empresa de mi padre y de la que sólo me despegaré al morir. Por si fuera poco, mi novia Gabriela me dejó en cuanto le confesé mi homosexualidad recién descubierta, no rompimos en buenos términos y ahora actuamos como si esos seis años de noviazgo nunca hayan existido, me duele eso, ya que yo sí la quise mucho; con mi ruptura con Gabriela, los hijos se fueron al carajo y por la universidad no tuve tiempo para citas.
Y el perro, pues, a los doce años descubrí que soy alérgico.
¿Qué les parece mi vida?, Absurda, ¿No?
Pues dejó de serlo cuando lo conocí.
Simón Morales.
El hombre más perfecto que puede existir.
Mi ángel de la guarda.
El ser que la vida me ha enviado para garantizame que todo sacrificio que realicé en el pasado está completamente recompensado.
Lo amo con locura. Y hoy estoy por unir mi alma con la suya por siempre en una ceremonia sencilla en el jardin de mi casa, frente a varios amigos, es exactamente todo lo que siempre soñé.
Estoy seguro de que todo estará bien, el amor que Simón y yo nos tenemos es inmenso y en pocos minutos nos juraremos amor eterno e iniciaremos nuestra nueva vida juntos a base de nuestro amor.
Un amor que sé que es indestructible.
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