DÍA OCHO. TRES: ¿TRATOS TORCIDOS?

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Alastor no cabía de la confusión esa Charlie se veía menos colorida que su "querida" Charlie, además de no aceptar su propio seudónimo, lo pero era verse así mismo con temor, eso era repulsivo un llorón, ¿él? Eso era completamente inaudito, inaceptable, improbable, quién en los nueve círculos del infierno podría creerlo, ni él mismo ciertamente, aun estando frente a frente.

-Al viniste por mí-

Dijo Charlie lanzándose sobre él a abrazarlo, se sintió el frío de un abrazo no correspondido, extrañada observo al mitad ciervo.

- ¿Al, papi que te sucede? -

Lo mira y siente como la aleja de manera tosca.

-Lo siento, solo vine a llevarte devuelta-

Dijo con su acostumbrada sonrisa permanente, otra vez volvían a ser lejanos, como había sucedido, mientras no estaba habría sido seducido por aquella asquerosa bruja de su ex cuñada, no él parecía no tener el interés de solo acostarse con ella.

-Al que quieres decir disculpa-

Alastor sentía otra vez ese sentimiento de rechazo que tenía antes hacía Charlie, el estar solo le había hecho sentir extraño y se había abierto a un espacio que antes no tuvo, ese espacio para pensar lo que sucedía entre ambos.

-No voy a discutir ahora sobre lo nuestro Charlie, así que volvamos rápido a nuestra dimensión, tendremos bastante tiempo de camino para que hablemos de nuestra situación-

Dijo intentando de abrir un nuevo portal, pero este no logró tan siquiera abrirlo, ya que cayó inconsciente, charlie1 lo sostiene con dificultad para que no se golpee.

-Creo que tu querido ciervo no conoce sus límites-

Los tres le llevaron al sofá donde horas antes estuvo Charlie, el peli azul se encontraba a una distancia demasiado prudencial, de su contrario, le temía a todo, pero más al novio de Charlie casi sintió que lo mataría después de ello, el pelirrojo comenzaba a abrir sus ojos lentamente divisando a la rubia.

-Creo que no tengo más energía, nos quedaremos estancados hasta que la recupere-

Dice incorporándose lentamente, el estómago de Charlie 1 comienza a rugir del hambre hacía 5 horas que no había comido nada en absoluto.

-Puedo preparar la cena si me lo permiten-

Dice el pelirrojo, el peli azul se queda mirándolo fijamente.

-No somos tan contrarios, yo también cocino-

Alastor solo suspira, Charlie 2 observa la cara de fastidio del pelirrojo, le parecía interesante y muy atractivo.

-Sabes tengo una pregunta ¿Acaso no sabes dónde llevan tus portales? -

Preguntaba el peli azul observando detenidamente al pelirrojo, el mismo rodó los ojos que acaso era tan obvio?

-en efecto mi azulado amigo, no lo sé-

Los tres lo miraron con extrañeza, como no lo sabía, la más sorprendida fue Charlie1 al parecer se había agotado toda su energía buscándola, ahora comprendía él porque estaba tan molesto.

-Cariño, quiere decir que te gastaste tu energía solo para buscarme, eso es muy lindo de tu parte-

Dice Charlie llevando su mano al rostro del Alastor1, pero el mismo la detuvo antes que llegase a tocar su piel.

-Puede ir, Al te puede ayudar a prepararla-

Le guiña un ojo al pelirrojo, algo se estrujo en el estómago del peli azul, acaso comenzaba a ¿sentirse celoso?, ambos fueron a la cocina dejando a una contrariada Charlie1 y a una conquistada Charlie 2.

Ambos ciervos se encontraban en la cocina, el peliazul se queda mirando a su contraparte, pregutandose el porque ahora parecía empeñado en evitar a la charlie de mejillas rojas.

-Oye, sabes a diferencia tuya yo si conozco los portales, puedo devolverlos a su dimensión si me ayudas-

El pelirrojo movió sus orejitas prestando atención al peliazul.

-Me conozco muy bien como para saber que quieres algo a cambio pero que?-

El peliazul sonríe con timidez.

-Quiero que me ayudes a declararme a mi Charlie-

El pelirrojo bufó levemente molesto, sabía que aveces el mismo hacía proposiciones estúpidas, como esa última semana, pero esa fue la que se ganó el premio.

-Claro, que más, debes tener una segunda intención debajo de esa tonta sonrisa, no soy estúpido sabes-

El peliazul suspiro con una mirada tan melancólica, hasta el pelirrojo sabía que su contraparte estaba a punto de llorar, por lo que suspiro nuevamente.

-Acepto el trato, solo no llores por favor, por lo que más quieras no llores, no soporto que lloren-

Dijo el pelirrojo mirando a su contra parte.

-Bien, no lloro ves, ahora vamos a servir-

Dice completamente tranquilo el peliazul, ahora como le haría estaba difícil que la tipa se fijara en ese llorón, solo que Al no sabía que la peliblanca ya lo amaba a pesar de ser un llorón, sirvieron la cena, el pelirrojo estaba demasiado distante de Charlie, la cual lo había notado desde hace horas.

-Bien Al creo que dormirás conmigo, creo que la pareja quiere dormir juntos verdad?-

El pelirrojo observo a la peliblanca.

-No hay necesidad, por respeto creo que podré compartir la habitación con el tipo azul, así duermes más tranquila Charlotte.-

Tanto charlie1 como Charlie2 estaban completamente confundidas, se les había volado de la barda, ya que querían estar cerca de sus respectivos chicos ciervos.

-He terminado de cenar como no hay objeción debo pedirle mi estimado amigo azul, que me muestre donde voy a descansar hoy-

El peliazul se levanta guiando al pelirrojo un poco decaído ya se había imaginado como aprovechar que Charlotte estuviese dormida, pero eso decayó por la respuesta de su contrario, la rubia y la peliblanca se fueron a su respectivo sitio de descanso, tanto Alastor como Charlie no pudieron pegar un ojo en toda la noche; Charlie pensando en ¿que hice mal?; mientras Alastor se carcomía solo en su duda de que su relación era solo una mala broma.

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STRAWBERRY DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora