Prólogo

3K 160 9
                                    

Narrador omnisciente:

Los ubicaré rápidamente en un vago contexto de esta historia.

Las estrellas y la Luna brillaban en el manto de la noche presente, todo aparentaba tranquilidad en el castillo de Telmar, sin embargo, tal serenidad fue irrumpida con los gritos desgarradores de una mujer dando a luz, la futura madre traía al mundo al primogénito de Lord Miraz. Las sirvientas y damas de compañía, ayudaban a la enfermera real con el parto. Finalmente el esperado niño nació, la noticia se corrió por el castillo hasta llegar a oídos del General de batallas, quién era el encargado de informarle al Lord.

- Lord Miraz - llamó el General - fue un varón - informó.

- Los cielos nos han bendecido - dijo el Lord mientras que miraba por la ventana el cielo nocturno - conoces tus órdenes, - afirmó volteando su cabeza en dirección al presente - General Glozelle.

- Si mi señor - respondió el nombrado para seguidamente retirarse de la sala.

Todos en el castillo sabían lo que sucedería si nacía un niño, por lo que, al enterarse el profesor del príncipe que era el legítimo heredero al trono, se dirigió lo más rápido que pudo a la habitación del chico, al haber mucha seguridad por parte de los guardias, tuvo que ir encapuchado, para pasar desapercibido. Al llegar a la habitación se acercó a la cama del príncipe y le tapó la boca para evitar cualquier ruido por parte del joven, éste despertó sobresaltado pero al notar de quien se trataba, se relajó para luego despejar su boca.

- 5 minutos más - pidió el chico dándole la espalda a su profesor.

- ¿No observarás esta noche las estrellas príncipe? - dijo el profesor llamando la atención del joven, quién confundido lo miró - ven, apresúrate.

El joven se levantó de su lecho y fue arrastrado por su anciano profesor.

- ¿Profesor qué sucede? - preguntó el príncipe.

- Tu tía dio a luz hace poco... - respondió el nombrado deteniéndose frente al armario del joven quién nuevamente le miró confundido - ...a un niño - aclaró el anciano abriendo el armario y adentrándose en él, seguidamente abrió una puerta al fondo del ropero que los conducía a un pasadizo secreto, el joven príncipe estaba paralizado, analizando lo recién dicho por su profesor, sin embargo reaccionó cuando esté lo llamó.

En ese momento se oyeron pasos en el corredor alertando al joven quién se escondió en el armario entrecerrando la puerta para poder ver a través de la abertura. El General junto con sus hombres, entró sigilosamente a los aposentos del príncipe, rodearon la cama de la habitación y dispararon al mueble. El joven quedó perplejo al ver el plan macabro de Lord Miraz, y siguió a su profesor por los pasadizos secretos. Mientras que el General Glozelle se daba cuenta de la ausencia del noble.

Caspian X, el real príncipe legítimo al trono, llegó a la armería del castillo con la ayuda de su profesor, se armó y vistió para luego montar su caballo.

- Debes ocultarte en el bosque - ordenó el profesor viendo a su fiel aprendiz.

- ¿El bosque? - preguntó algo temeroso nuestro príncipe, el bosque era una zona de temer para los habitantes de Telmar, muchos habían entrado, pero ninguno había salido, la creencia decía que era gracias a diversas criaturas que se ocultaban en la oscuridad y atacaban en el momento más inesperado.

- Le temen, no te seguirán - explicó el anciano quién sacó un objeto envuelto en una pequeña manta - encontrar esto me ha llevado muchos años - dijo entregándoselo a Caspian - no lo uses, a menos de que sea necesario.

- ¿Algún día te veré otra vez? - preguntó preocupado el príncipe, le importaba la salud de aquel sabio que le enseñó todo lo que ahora sabe de su reino y del que había antes de éste, Narnia.

- Eso espero noble príncipe, aún hay mucho más que debo contarte, todo lo que conoces cambiará ahora - dijo emotivo el sabio.

- SUBAN EL PUENTE - se oyó la orden de un guardia del puente.

- Huye de aquí - finalizó el profesor dándole al caballo una palmada para que avanzara.

Caspian obedeció a su maestro y huyó, evadiendo y luchando con todo aquel que lo privara de su huida. Cuando ya había cruzado el puente que separaba Telmar del bosque se volteó a ver los fuegos artificiales que eran lanzados al cielo nocturno.

- ¡UN HIJO! ¡UN HIJO! ¡ESTA NOCHE LADY PRUNAPRISMIA LE HA DADO UN HIJO A LORD MIRAZ! - gritó alguien desde la lejanía, informando a todos la noticia que los llevaría a su perdición.

Inmediatamente después del anuncio, Caspian vio al General Glozelle acercarse a su posición acompañado por sus hombres. El príncipe no perdió el tiempo y siguió su camino en dirección al bosque con el Glozelle pisándole los talones, sin embargo todos los hombres del General se detuvieron al ver a Caspian entrar al bosque al que tanto temían.

- No sean supersticiosos o prefieren terminar en el calabozo - amenazó Glozelle.

El príncipe se adentraba cada vez más en el bosque, el General y sus soldados lo seguían, el príncipe volteó a ver a sus perseguidores y cuando volvió la vista al frente se topó con la rama de un árbol que lo hizo caer de su caballo, sin embargo, el estribo de la silla quedó enganchada con la bota del noble.

El corcel siguió su camino, arrastrando a Caspian por el suelo, luego de luchar contra el estribo que lo mantenía cautivo, logró zafarse del mismo para quedar tendido en el suelo exhausto, se apoyó en sus brazos y miró a su alrededor notando la presencia de dos pequeños seres en lo que parecía ser una cabaña en las raíces del árbol junto a él.

- Nos vio - susurró uno de ellos.

El otro enano sacó su espada al notar que el príncipe observo su espada, con intenciones de tomarla, se acercó a él amenazante, más sin embargo se detuvo al notar el cuerno de la reina Susan a los pies del noble. Sorprendido lo miró.

Entonces se oyó el relinchar de los caballos en la lejanía, el enano frente al príncipe le ordenó a su compañero encargarse del noble, mientras que él se encargaba de los invasores, y así fue con coraje hacia los caballos telmarinos.

El enano que quedaba desenfundó su espada y se acercó a Caspian, éste al notar las intenciones del enano, extendió su brazo hasta alcanzar el cuerno de Susan, para luego hacerlo sonar, el enano golpeó al príncipe haciéndolo caer inconsciente. Lo último que vio nuestro querido príncipe fue las estrellas y luna brillante junto al manto de esa noche. En resumen, el reino de la piadosa reina de antaño.

Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian ~Edmund y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora