El Altozano de Aslan.

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Narra _____:

Otra vez me encontraba caminando, una de las cosas que más aborrezco en el mundo, hay veces que puede llegar a ser agradable, sí lo admito, pero no pensarías lo mismo luego de recorrer media Nación a pie. Me encontraba maldiciendo el hecho de no tener una montura en la cual desplazarme hasta que Dylan se acercó a mí.

- Hey, ¿cómo vas enana? - preguntó sonriendo.

Lo miré con cierta desaprobación ~ Pues no muy bien hermano mío, me duelen los pies y además empecé el día trotando, por estar desesperada buscándolos.

- Ja, yo lo empecé siendo despertado en mitad de un maravilloso sueño y además bajo amenaza de emboscada - contrapuso. Se lo mucho que odia que lo despierten, lo aprendía a las malas de pequeña.

Una vez lo desperté temprano una mañana de navidad para que pudiésemos abrir los regalos, dijo que se vengaría por haberlo despertado tan temprano para algo tan menospreciable en comparación a su amado sueño. Al día siguiente dormía con tranquilidad hasta que sentí como alguien volcaba el colchón de mi cama haciéndome caer, y como cereza del pastel, un cubo de agua helada cayó sobre mí, terminando de despertarme.

Mi cara se formó en una mueca tras aquel recuerdo, él rio satisfecho.

- Bueno, admito que, lo tuyo también es algo malo, pero tranquila hermanita te puedo llevar en mi espalda para alegrarte un poco el día - propuso sonriendo amable.

Sentí como mi cara se iluminaba y sin pensarlo dos veces, asentí. Dylan paró y se arrodilló para poder montarme en su espalda, cuando lo hice se levantó y siguió caminando.

- Uff, oye, ¿qué has estado comiendo?, pesas como vaca - dijo burlón. Inconscientemente el color me subió a las mejillas y las inflé, le pegué suavemente en modo de protesta haciéndolo carcajear.

Miré a otro lado encontrándome con la mirada de Edmund y Lucy quienes veían la escena, sonrientes, ellos iban delante de nosotros, delante de ellos estaba Q.A acompañado de sus amigos, Nikabrick y el tejón, que si no me equivoco su nombre era buscatrufas. Gracias a la posición de altura que tenía pude ver más allá, encontrándome con que Susan, Peter y Caspian iban juntos al frente de todos. Dylan se adelantó un poco llegando junto a Lucy y Ed.

- ¿Estás cansada? - me preguntó Ed. Yo asentí - Pues en ese caso, cuando Dylan necesite un descanso yo puedo reemplazarlo...

- NO, nunca me podrás reemplazar Edmund, yo la llevaré - explotó Dylan sorprendiéndonos a todos.

- La verdad yo también estoy algo cansada Ed, ¿podrías llevarme a mí? - dijo Lucy, con una sonrisa traviesa en su cara.

- Por supuesto Lu - le siguió el juego su hermano.

~ Yo ya no estoy cansada, puedes bajarme Dylan, así descansas ~ completé el juego, mi hermano iba a caer seguro.

- Pues en ese caso yo te llevo Lu - me bajó de imprevisto, haciéndome tambalear, por suerte Ed me sostuvo de la cintura. Sonrojada asentí en agradecimiento, al voltear a ver a nuestros hermanos, Lucy ya estaba sobre Dylan.

- Gracias por ser tan considerado, Dylan - agradeció Lu, con las mejillas rosadas.

- E-eh si... no hay de que - contestó mi hermano imitando el sonrojo de la menor. Ed y yo reímos bajito y nos acercamos a ellos tomados de las manos.

Tras cierto tiempo caminando pudimos escuchar parte de la conversación que tenían Q.A y sus compañeros.

- ¿Y bien? ¿cómo son? - preguntó el tejón con curiosidad.

Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspian ~Edmund y tú~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora