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•Mateo•
Estos 4 meses sin Roma habían sido realmente duros. Aunque con el tiempo todo estaba empezando a ser un poco más fácil.

Yo estaba tan enfocado con mi música, batallas y viajes que casi ni me daba el tiempo para extrañarla aunque su ausencia se notaba y de vez en cuando me pintaba el bajón y tenía ganas de tomarme un vuelo y volverla a abrazar.

-hola Teo- dijo Maca sacándome de mis pensamientos

Ella era una de las nuevas bailarinas que había contratado mi papá, tenía mi edad y era bastante simpática. Había venido con Sol, otra chica, aunque esta era más grande y no tenía tanta relación.

-hola maca todo bien?- le sonreí

-listo para el ensayo?

-me extraña, hay que esperar a sol igual

-no, hoy no va a poder venir porque se sentía mal. Ayer comió algo que le cayó para el culo y esta con vomitos

-uhh pobre, decile que se mejore de mi parte cuando le hables

-dale, le digo. Y tu papá tampoco viene?

-no, tenía que arreglar un par de cosas con comuna cuatro así que o llega tarde o no viene

-osea que somos sólo nosotros dos?- pregunto curiosa

-asi parece. De ultima si no tenes ganas lo dejamos para mañana u otro día que pueda sol y que venga mi viejo

-no, yo estoy re bien. No falta tanto para el show y hay que pulir algunas cosas, pero si queres que lo dejemos para otro día no hay drama

-no bueno, ya que estamos acá practiquemos un poco a ver qué nos sale

-si tenes razón, de ultima si nos cansamos vamos a mi casa que queda cerca de acá y merendamos algo.- me sonrío

-dale me encanto

Pusimos las pistas de música, para luego ubicarnos en nuestros lugares y empezar a hacer lo que nos tocaba.

Macarena bailaba demasiado bien, y había sido seleccionada entre muchas chicas que habíamos visto para que ocupara ese lugar.
Bailaba desde los 4 años y eso se notaba en el tonificado cuerpo que tenía y la soltura con la que realizaba los pasos.

A mí por mi parte me tocaba cantar y moverme por ciertos puntos estratégicos del escenario, tampoco era tan complicado pero había que practicarlo para que no surgiera ningún imprevisto durante el show.

-ultima?- soltó maca agitada después de más de hora y media de ensayo, configurando el reproductor de música

-sii dale, mándale- le respondi sonriendo de lado

Estábamos haciendo el último ensayo, yo tenía que dirigirme un poco hacia atrás para que las bailarinas hicieran un paso que me incluía y luego caminar hacia donde estaba el público, nose si estaba distraído o ya me había cansado de hacer tantas veces lo mismo que calcule mal espacio y termine cayendo junto con maca que se encontraba justo atrás mío.

-teooo- rezongo está muy cerca de mi boca ya que se encontraba encima mío

-perdón maca, nose que hice, mala mía- me disculpe mirando sus labios

-está bien, no pasa nada- sonrío mirando confundida de mis ojos a mis labios y cortando poco a poco la distancia que nos separaba.

El beso empezó lento e inseguro pero se fue afianzando a medida que agarramos confianza. No sabía lo que estaba pasando, no sabía si frenarlo o no.

-para, mmm, yo...- lo frene

-perdón, perdón, re mala mía, sorry, me deje llevar-dijo nerviosa empezando a levantarse

-no pasa nada- dije arrepintiéndome de haber parado y volviendo a conectar nuestros ojos para luego besarla

-vamos a mi casa...- soltó la morocha entre besos

-si, está bien

Acomodamos todo el estudio y rápidamente nos dirigimos a la casa de Maca que como había dicho quedaba a solo 5 cuadras

Ni bien entramos la ropa empezó a sobrar, ella me quito la remera de un tirón, mientras yo quitaba su crop top

-no hay nadie no?- pregunte para asegurarme y subiéndola a horcajadas

-Nono- soltó mientras dejaba leves marcas en mi cuello

-sillón o cama?- pregunte acelerado

-lo dejo a tu criterio

Por lo poco que vi, la casa era muy linda y lo que más llamaba la atención era el gran sillón que se encontraba en el centro del living

La deposite suavemente ahí para empezar a quitar las pocas prendas que le faltaban, mientras ella hacía lo mismo conmigo.

Hacia mucho que no hacía esto y se sentía raro tocar otra piel que no fuera la de Roma. Sus besos eran distintos, sus movimientos y su mirada también.

Cuando todo termino decidí irme rápidamente de ese lugar, agarre mi ropa y me cambie.

-pense que íbamos a merendar- me dijo calmada ella

-mmm... lo dejamos para otro día. Me tengo que ir, me re olvide de un asunto que tenia

-pero... todo bien ?

-si todo bien, igual no es de malo pero no te ilusiones porfa

-fue solo un polvo Teo, tampoco me quiero casar con vos

- mejor entonces- dije depositando un corto beso en sus labios y saliendo de la casa.

Segunda regla: no extrañarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora