Epílogo.

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—¿Danna?—apartó la mirada de la pantalla pero sin separar las manos del teclado de mi ordenador portátil . Christopher está mirándome fijamente con esa sonrisa en el rostro que me hace recordar nuestros días de universitarios cuando nos conocimos.

—¿Si?

—¿Cómo vas?—cuestiona comenzando a caminar en dirección a mí con una taza de café en sus manos. Deja un beso sobre mi frente colocando la taza frente a mí y luego toma asiento a mi lado. Sus ojos castaños me dejan sin aliento de la misma manera que hace nueve años.

Ya no es un chico de veintiuno pero sus treinta le han sentado condenadamente bien. Su cabello castaño hace la combinación perfecta con su tez blanca y sus ojos avellanados. Es el ser más lindo y maravilloso que existe sobre la faz de la Tierra y la mejor parte. ¡Es mío!

—Estoy en la parte final...—respondo encogiéndome de hombros. Él ríe.

—Espero que al menos que me hayas dando el papel protagónico en tu libro.—farfulla haciéndose el ofendido. Me rio en voz baja y asiento divertida.

—Eres el personaje que se le mencionó en dos capítulos y en el tercero murió...—me mofo y me mira tratando de parecer indignado. Me acerco a él y apoyo mi cabeza en su hombro. Mi piel se estremece en respuesta cuando siento sus labios en mi cabeza.—Eres el protagonista de mi libro y también el amor de mi vida...

—También eres el amor de mi vida.—me dice.—No soy escritor como tú ni nada parecido pero si eres el amor de mi vida, has sido el amor de mi vida desde que nos conocimos...—hace una pausa y me aparto para mirarlo.—Y no tienes ni idea de lo orgulloso que estoy de ti por todo lo que estás logrando, estás cumpliendo tu sueño y eso es lo mejor de todo...

—Estoy cumpliendo mi sueño, tengo al mejor marido y cómplice del mundo, tenemos a las gemelas más hermosas y traviesas sobre la faz de la Tierra y un perro.—le explico.—Si eso no es lo más perfecto del mundo. ¿Entonces qué es?

—Te amo.—me dice antes de terminar con la distancia que nos separa. Deja un pequeño beso sobre mis labios y al suave roce los treinta millones de mariposas del amor que se hacen presentes cuando él me besa se activan de golpe.

Han pasado nueve años desde que nos conocimos, desde nuestro primer beso pero la sensación que me provocan sus labios sigue siendo la misma, es como tener todo un santuario de mariposas en el estómago, es como sentí como millones de diminutas hormigas recorren mi cuerpo de arriba-abajo. Es tan extraño y tan familiar a la vez que hace que mis pensamientos vuelven y que mi cuerpo en contra de mi voluntad reaccione. Es perfecto.

—También te amo, con todas mis fuerzas, Christopher...

—¡Mamá!—el grito de Ellery llena al aire seguido del sonido de un ladrido por parte de Angelito. Me aparto de Christopher para girarme y encontrar a mi hija de siete años observarme con sus enormes ojos marrones –idénticos a los de su padre- y una mueca en sus labios. Su mejilla está manchada de pintura morada y suelto un suspiro. Porque la mirada que tiene y su postura corporal sólo anuncia una cosa. ¡Pelea de hermanas!

—Ellery...—la llamo mientras Chris se queda en silencio analizando la situación.

—¡Eliza me pintó la mejilla y yo no le hice nada!—se queja y un momento después Eliza hace presencia, se cruza de brazos y le lanza a su hermana una mirada suficiencia. Físicamente son gemelas pero en cuestión de personalidad son completamente opuestas la una a la otra. Ellery es tierna, noble y hasta un poco débil en cuestión de actitudes mientras que Eliza es determinada, obstinada y no le tiene miedo a absolutamente nada para tan sólo tener siete años.—¡Ella es mala conmigo, mami!

EL BESO DE UN ÁNGEL (EBDUA #1)|Christopher Vélez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora