C6: Escéptico.

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—¿Qué pasa?—cuestionó Christopher llevando su helado hasta sus labios. Danna lo miró un momento, frunció sus labios y arrugó su nariz haciéndolo reír mientras entraban en el departamento.—De acuerdo. ¿Ahora que te pasó...?

—¡Esto sabe asqueroso!—se quejó.

—¡Danna!—la retó el muchacho dejando las bolsas del súper encima de la encimera de mármol de la cocina. Ella lo miró fijamente.—¿Qué son esos modales?—cuestionó divertido.

—¡Sabe horrible!—replicó de nueva cuenta.—Eso no es helado es...es...es...—negó.—¡No es helado!

—Es helado.—le informó Christopher como si fuese la cosa más obvia del mundo.—Sólo que es helado sin azúcar...porque recuerda que eres como los veganos pero del azúcar y si se nos ocurre darte helado vas a terminar desmayada de nueva cuenta...—Danna dejó escapar un largo suspiro y apartó su mirada.—Vamos, pareces nena de tres años haciendo berrinche...—se burló.—Dan... ¿estás enfadada conmigo...?

—Sí.

—¿Qué? ¿Y por qué estás enfadada conmigo? Si sólo te estoy cuidando...—hizo una pausa y negó.—Que ironía. Eres tú quién debería de cuidarme a mí y no al revés...—musitó en voz baja.—De acuerdo, creo que tener un ángel silencioso es mucho peor que tener un ángel preguntón que no para de hablar un segundo. Te quedas callada y pareces una psicópata que planea algo muy malo...—Danna se dejó caer en el sofá de la sala y Christopher la miró un segundo. Dejó escapar un largo suspiro encaminándose en dirección a ella.—Toma...—anunció tendiéndole su helado.

Danna lo miró un momento antes de ofrecerle una amplia sonrisa y tomarlo.—Este si es un helado.—le indicó.

Christopher entornó sus ojos y avanzando hasta la cocina.—Lo único que sé es que seguro pasaré unos días increíblemente tranquilos...

—El súper es divertido...—comentó. Christopher la miró fijamente.

—¡Claro que no! ¡Es horrendo!—se quejó.—Eso lo dices sólo porque en Angelopolis no tienen supermercados...

—¡Terminal B de la antesala del norte elevado!—lo corrigió lanzándole una mala mirada. Christopher se echó a reír.—Y no, no tenemos supermercados porque no necesitamos comer...

—Cuando dices terminal B me da la impresión de que es una estación de metro.—se burló ganándose una mala mirada.

—¡No te burles de mi esencia!—replicó la muchacha.

—No me burlo de tu esencia, me burlo de ti.—le informó. Danna entornó sus ojos.—Por cierto, Joel me llamó esta mañana para decirme que estábamos invitados a una especie de reunión en su casa...—soltó y automáticamente Danna lo miró.—Al principio dije que no quería ir pero creo que ahora vas a estar con toda esa energía drenada me parece una excelente idea...

—¿Qué?

—Tal vez drenándote un poco la energía vas a actuar como una humana común y corriente: normal.—Danna volvió a entornar sus ojos y Christopher se echó a reír.

—Que divertido eres.—se quejó.

—Has aprendido mucho de los humanos ¿sabes?—musitó el muchacho.—Entornas los ojos, te encoges de hombros, usas el sarcasmo, amas los arándanos azules y el helado...—comentó.—Te estás volviendo humana, Danna...

La chica lo miró alarmada.—Claro que no.—respondió poniéndose de pie.

—Por cierto...creo que deberíamos comprarte un abrigo, Danna. No puedes ir por la vida llevando mi abrigo todo el tiempo; se supone que cuando una persona se muda lleva consigo sus cosas; entre ellas ropa.—Danna suspiró.

EL BESO DE UN ÁNGEL (EBDUA #1)|Christopher Vélez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora