Especial de Navidad ❀ツ

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Naruto y Hinata estaban escondiendo los regalos para sus hijos. Intentando que el curioso de Boruto no los hallara antes de tiempo, y que Himawari no abriera puertas al azar, ya que parecía ser su nuevo pasatiempos.

Esa Navidad la pasaban con la Familia Uchiha, junto a la pequeña Sarada, la princesa de la familia. Boruto siempre la molestaba pero Hinata descifró que era porque realmente la quería, y no la detestaba tanto como él le solía decir a menudo.

—¡Boruto, Sarada-chan! —Exclamó la esposa Uzumaki mientras servía la comida en la mesa—, ¡hora de comer, por favor bajen!

Mientras tanto, en la habitación del pequeño príncipe de la familia Uzumaki, una azabache y un rubio estaban jugando a la persecución. Sarada perseguía a Boruto con el fin de que le devolviera el listón que era de su madre cuando era joven.

—¡Debemos ir a comer, dámelo!

Gritaba la pequeña Sarada mientras corría detrás del odioso Boruto quien, siempre la molestaba y eso la deprimía al hacerla creer que él la odiaba. Mientras que a ella realmente sentía cariño por él, a pesar de las condiciones en la que siempre estaban.

—¡Atrápame cuatro ojos!

La pequeña Uchiha dejo de corretear detrás de él y se quedó cabizbaja mirando el suelo de la habitación, mientras apretaba sus puños al costado de su cuerpo. En eso, Boruto se dió cuenta de esto y se acercó lentamente a dónde estaba ella, dobló sus rodillas y miró su rostro desde abajo.

—¿Qué pasa, Sarada? ¡Estás llorando! —Gritó y la azabache intento empujarlo pero el rubio se alejó primero—, ¡hey! —exclamó ofendido.

—¡¿Por qué me odias tanto?! —Hizo un puchero y se frotó los ojos con sus manos por debajo de los anteojos.

Mientras tanto, abajo en el comedor estaba tan alegres hablando de los viejos tiempos que ya se habían olvidado que los chicos no habían bajado de la habitación del chico. Mientras Himawari estaba jugando a rodar por todo el suelo, hasta que Naruto la agarro y se la llevó con él a la mesa y fue tomada por su tía Sakura.

—¿No es Hima-chan hermosa? —Habló con una voz chillona y la pequeña Hima rió tiernamente—, eres muy linda. —Confesó y le besó la frente con suavidad, provocando que la menor sonriera de forma inconsciente e inocente.

Mientras que en la otra habitación, Sarada seguía llorando mientras Boruto trataba de consolarla de forma inútil.

—¡No, claro que no! —dijo sin pensar—, yo realmente no te odio Sarada.

—Pero... ¿por qué siempre me peleas?

Boruto sintió que sus mejillas empezaron a arder y se puso más nervioso de lo normal. Jugaba con sus dedos sin saber que decirle realmente, hasta que algo loco se le cruzó por la mente. Y su inocencia no le dijo que años después seguiría sintiéndose avergonzado de ese momento.

—Sarada. —La menor sollozó y lo miró. De repente sintió como este le besaba la mejilla y se alejaba corriendo de la habitación. Sarada se puso roja debido a eso y notó que ahora el listón que Boruto le había arrebatado estaba sobre su falda.

—Boruto baka... —Tomó el listón y se lo colocó como lo hacía Sakura al ser genin, y bajó al comedor aún con las cara algo roja.

Naruto | Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora