EL NIÑERO [X1-Lee Hangyul]

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-¿Entonces? -pregunté algo insegura poniéndome de pie.

-Hay Yuri... -suspiró. -No voy a decir nada a menos que me lo pregunten. No hablaré, pero no mentiré -agregó rápidamente.

Solo le sonreía inmensamente agradecida, mientras que Hangyul continuaba con su nutra mirada. No me gustaba mucho que estuviera así, la mayoría del tiempo sonreía, aunque no podría pedir que estuviera de los mas feliz con esto que nos había pasado.

Mi tía se quedó un buen rato. Hangyul comenzó a coger un poco mas de confianza. Le conté a Sunny como nos llevábamos antes y ella me escuchaba divertida. Hangyul se limitaba a reír en algunas partes de la historia mientras me abrazaba por los hombros.

-Bueno chicos -dijo Sunny. -Tengo que aceptar que hacen una bonita pareja -dijo dirigiéndose a la puerta. -Pero, apenas que tus padres pisen la casa le cuentan lo de ustedes -asentí con la cabeza despidiéndome de ella.

Antes de salir por la puerta hizo una seña con sus dedos, índice y medio señalando sus ojos y lo de Hangyul, como indicando que lo observaría. Hangyul hizo lo mismo, pero conmigo.

Apenas subió a su coche y cerré la puerta de casa, cogí a Hangyul de la mano y caminé hacia el salón.

-¿Escuchaste? -le dije con una sonrisa de oreja a oreja. -Hacemos una bonita pareja -entrelacé nuestros dedos mientras que unimos nuestras puntas de la nariz.

-¿Bonita? -soltó una carcajada. -Muy bonita pareja -remarcó la primera palabra, rápidamente de cogió de la cintura y se dejó caer en el sillón, para quedarme yo en sus piernas. Ambos reíamos mientras yo ocultaba mi rostro en su cuello. Donde en su "manzana" deposité un cálido beso, para después acomodar mi cabeza en su hombro.

-Me gusta mucho estar contigo -le susurré jugando con los dedos de su mano.

-Y a mi me gusta que te guste estar conmigo porque me gusta estar contigo -dijo rápidamente haciéndome soltar una gran carcajada.

-¡Pero que trabalenguas acabas de decir! -no podía parar de reír.

-Te amo Yuri -dijo siguiendo mis risas, pero paró mirándome a los ojos fijamente.

Mi mirada vagaba de sus ojos a sus labios. Hasta que Hangyul acortó la distancia y así fundiéndonos en un perfecto beso.

-¿Vemos un película? -le pregunté sobre sus labios.

-Lo que tu digas hermosa -me contestó para volver atrapar mis labios, no pude evitar soltar un suspiro ante sus deliciosos besos y sentí como se formaba una pequeña sonrisa en sus labios.

-Tú eliges la película -señalé la estantería llena de Cd's. Me puse de pie, pero Hangyul me cogió de la mano haciéndome regresar a él. Besó nuevamente mis labios y me guiñó un ojo para después dejarme ir.

Caminé aun riendo a la cocina, busqué para hacer unas palomitas. Las cogí despojándome del paquete, para seguido colocarlo en el microondas. Presioné dos minutos y estas empezaron a hacerse.

Me dirigí al frigorífico, cogí una lata de refresco para Hangyul y agua para mí. Busqué un recipiente profundo para poner las palomitas. Después del sonoro "clic" del electrodoméstico, las saqué y las puse en el recipiente. Llevé todo como pude al salón, mientras que veía como Hangyul ya tenía su película elegida. Al verme pasar con todo se dirigió hasta a mi para ayudarme. Cogió el recipiente con las bebidas, aunque a los segundos empezamos a reírnos porque era lo mismo, ahora él tenía todo.

Hangyul se sentó y puse el recipiente sobre sus piernas y palmeó el sillón de al lado para que yo me sentara junto a él.

-Claro, ahora prefieres las palomitas -le dije tratando de hacerme la ofendida.