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-Entonces seguro que está todo bajo control –dijo alegre mi padre.

-No, no me deja hacer nada divertido –le dije haciendo voz de niña pequeña.

-Sabía que él era buena elección -dijo seguro. -Bueno hija, le miré a tu madre cuando llegue que te llame.

-Vale, los amo –fui lo último que dije antes de cortar. Me di media vuelta para salir de mi habitación y buscar a Hangyul, pero al parecer se me había adelantado ya que estaba apoyado en el marco de la puerta.

-"No lo soporto" -levantó una de sus cejas. -"Regresen lo más pronto para que se vallan" -soltó una carcajada. -No cambias... -dijo molesto y se dio la vuelta para irse por el pasillo. Había escuchado la llamada, todo lo que había dicho, aunque era mentira. En cuanto reaccioné, salí corriendo de la habitación.

-¿Hangyul? -dije mientras daba ligeros golpes en la puerta de su habitación. -Hangyul, ábreme. Déjame explicarte.

-¿Qué me vas a explicar? -abrió la puerta. -¿Qué finges que te gusto para que te devuelva el coche? O ¿para hacer otra fiesta?

-No... -le dije seria. No me gustaba para nada como me hablaba. Estaba a punto de darme media vuelta y tirar a la basura nuestros cinco minutos de reconciliación. Respiré profundo y pensé antes de hablar. -Cuando te tranquilices y si es que te da la gana de escucharme, hablamos -sonreí forzadamente y me di la vuelta. Esperaba que me reclamara por irme, pero solo escuché la puerta cerrarse. Resignada entré a mi habitación donde pasé todo el día.

***

Me desperté por el constante cosquilleo que sentía en mi mejilla, que poco a poco se desviaba a mis labios, delineando delicadamente el margen de estos. Abrí los ojos lentamente y me encontré con Hangyul. Al verme despierta me sonrió y ceso sus caricias.

-¿Te había dicho antes que eres hermosa? -me dijo mirándome fijamente.

-Engreída, chiflada, malcriada, inmadura, egocéntrica... -enumeré con los dedos. -No... creo que no me lo has dicho –le dije haciéndolo reír.

-Entonces supongo que solo lo pensé -dijo mirando hacia el suelo.

-Hangyul –le llamé, haciendo que subiera la mirada. -Si le dije eso a mi padre es porque lo conozco. Si le hubiera dicho que estabamos bien, inmediatamente contrata a otro -sonrió mostrandome su dentadura.

-Entonces ¿no quieres que me valla? -levantó su ceja izquierda mientras se comenzaba a acercar.

-No –le dije mientras me movía a un lado y levantaba las sábanas para que se tapara conmigo. Se acomodó a mi lado y me abrazó por la cintura para después apegarme a su cuerpo, igual, me abracé a su torso y acomodé la cabeza en su hombro.

Pasábamos todo tiempo juntos, me divertía mucho con él. Hacía ya una semana desde que nos hicimos amigos.

-¡Hangyul, bájame! -le grité desesperada.

-No lo creo –dijo riendo mientras caminaba conmigo en brazos hacia el jardín.

-¡Hangyul! -dije pataleando cuando vi que se dirigia a la piscina y se paraba en el borde. -Solo fue una broma, además también me pareces sexy con bigote, barba y gafas –reí.

FLASHBACK

Hangyul, se había quedado completamente dormido y yo no lograba dormirme. Baje a por un vaso de agua a la cocina. Cuando lo tenía volví a subir a mi habitación. Me senté en el lado de Hangyul para admirarlo. Volví a coger el vaso y por accidente cayeron en mis lápices y rotuladores. Me agaché para recogerlos. Miré una vez más a Hangyul que dormía plácidamente y después mirar a los rotuladores que tenía en mano. Guardé todos excepto el negro. Lo destapé y dibujé en su cara un bigote, un poco de barba, gafas y un corazón en su mejilla.

EL NIÑERO [X1-Lee Hangyul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora