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-¿Quién se aprovechó de ti? -eso no lo pronunció Wooyoung y mucho menos yo, me giré hacia el umbral y vi que era Hangyul el que entraba al salón cargado con las bolsas.

-Tu idiota... -dije mientras se acercaba amenazantemente a Hangyul. Traté de pararlo cogiéndolo de la camisa, pero fue inútil, me quedó en frente de él y lo empujó.

-Mira... -soltó una sarcástica y furiosa carcajada. -No sé de qué mierda estás hablando –puso las bolsas en el suelo. -Pero será mejor que te largues ahora –le dijo amenazante.

-Bueno... -reí nerviosa mientras me ponía entre los dos, de frente a Wooyoung. -Creo que será mejor que te vayas –le dije casi rogando colocando las manos en su pecho.

-No, yo no me voy hasta partirle la cara a este –ni siquiera me miraba, solo lo miraba a él y estaba segura de que Hangyul lo miraba igual.

-Genial, no sabes las ganas que tengo de dejarte en el suelo –sus voces llenas de rabia, me hacían estremecer.

-Ya basta, dejaros de tonterías. Wooyoung por favor vete –le insistí, pero lejos de hacerme caso, me cogió de la cintura, para echarme a un lado.

-¡Wooyoung! -dije cuando le dio un golpe a Hangyul, este pasó el dorso de su mano por debajo de su labio inferior, para limpiar la gota de sangre. -¡Basta! -volví a gritar, solo que ahora Hangyul fue el que le golpeó.

Todo pasaba tan rápido y a pesar de mis seguidos intentos de sepáralos, si no era Wooyoung, era Hangyul el que me hacía a un lado.

-¡Wooyoung!¡Uno más y no te vuelvo a hablar en la vida! -le grité haciendo que se diera la vuelta para verme. Su ceja y su labio sangraban al igual que Hangyul.

-No puedo dejar que este tipo se aproveche –dijo Wooyoung molesto.

-¡Pero entiéndeme, no me hizo nada! -me puse nuevamente en medio. -Por favor vete...

-Sabes que te quiero... -me dijo resignado. Se acercó a mí y me besó la mejilla.

Miró fulminantemente a Hangyul una vez más y salió de la casa. Escuché el golpe de la puerta e inmediatamente me llevé las manos a la cara para ocultarlo.

-Por eso quería hablar contigo, para evitar que le dijeras a medio mundo que abusé de ti –me dijo furioso, mientras cogía las bolsas del suelo.

-Yo no dije absolutamente nada a nadie –le dije caminando detrás de él.

-Si claro...entonces ¿Por qué ese imbécil se me echó encima?

-¡Tal vez porque vio las marcas que me dejaste! -dije indignada.

-Discúlpame, pero tu dejaste las mismas marcas, incluso o incluso peor en mi cuello y no estoy quejándome con la primera persona que vea -dejó las bolsas sobre la mesa de la cocina.

-Ahora resulta que tengo yo la culpa.

-Si... ¡tienes la culpa de haber hecho esa fiesta, beber hasta perder el conocimiento y no dejarme ir! -se acercó mientras enumeraba fríamente lo que decía.

-¿No dejarte ir? -dije riendo. -¿A caso de apunté con una pistola? ¿Te amarré? O ¿Te amenacé para que te quedaras? -ahora yo enumeré con mis dedos.

-Pues, uno solo recuerda lo que le conviene...

-¿Lo que le conviene? -volví a reír. -No lo creo, porque nada de lo que sucedió me conviene y aun así recuerdo algunas cosas.

-¿No te conviene? Shh Hangyul, si podemos –dijo intentando imitar mi voz.

-¡Eres un idiota! -dije molesta. -¿Sabes qué? Tómate tu día, vete con tu novia o por ahí.

EL NIÑERO [X1-Lee Hangyul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora