Séptimo Acto.- El cerdo y los sentimientos

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Cabe decir que el mensaje de Shinobu no fue la gran cosa para el salvaje muchacho, solo le dejaba en claro que no molestara a Yumiko-san y le dejara hacer su trabajo. Inosuke no estaba de ánimos y aún recordaba como la mayor menospreció una de sus más valiosas pertenencias. 

Pero, la mujer decidió disculparse con el muchacho, el cual quedó un poco absorto por las hermosas palabras que la mujer podía soltar, sintió su sinceridad por lo que no le quedó de otra más que perdonarla, él es el rey de la montaña y por ende suele ser generoso... de vez en cuando.

—¡Muy bien mujer gigante! Estás perdonada.


Ahora varios días pasaron para que oficialmente Yumiko pudiera dar su primera clase, reunió todo el valor y escogió bien sus palabras para inducir a Inosuke para que estudiara, por lo que esa mañana luego del desayuno logró detener al muchacho que partía directo al bosque para poder escapar. 

"Es bastante persistente" Pensó Yumiko cuando sostuvo su hombro y este volteó algo sorprendido, obviamente sin quitar su gesto de ligero enojo. 

—Inosuke-kun, no estás interesado en aprender... puede que el guardián aparezca si ve tu esfuerzo— Sin embargo, la reacción del joven fue diferente y un poco molesta al tener que subir su mirada.

—¡Me cansé de aprender cosas que no entiendo y no me sirven! ¡Yo buscaré al guardián con mis manos!— Y sin más se volteó para salir corriendo hacia las puertas corredizas que daban al bosque... Yumiko nuevamente se quedó sola en su propio hogar y su rostro entristeció cuando no pudo realizar su cometido...

A la mujer no le quedó de otra que sentarse en el borde del pasillo que da vista al bosque por donde el muchacho con cabeza de jabalí se marchó, la suave brisa movía sus cabellos como si fueran hojas cayendo en pleno otoño.

Tan endeble, tan sutil... Todo lo contrario que pudo haber imaginado, enseñar puede ser difícil cuando el alumno no tiene interés, todo le parece agobiante e inútil y lo comprende, pero ya son reglas que tiene establecidas desde años.

La mujer de ojos grises suspiró y cerró sus ojos para pensar en un nuevo plan, algo que atrajera la atención a su pupilo, pero solo recordó aquella melancólica melodía que su madre solía cantarla para ella...

Sus labios se separaron y de forma tímida volvía a encarar aquella melodía, con el paso de los segundos tomaba más confianza y el sonido que provocaba se volvía agradable. En estas alturas su boca se curvaba alegre y su canto salía con más seguridad, con más claridad y con una ligera pizca de nostalgia... Al terminarla sus ojos se volvieron a abrir y por los costados de sus mejillas, pequeñas gotas de agua resbalaban involuntariamente.

—¿Por qué lloras?

Los ojos de Yumiko se fijaron hacia un costado y observó la máscara de jabalí cerca suyo, ella ni siquiera escuchó cuando el joven se acercó, pero ahora estaba algo avergonzada por llorar frente a su pupilo. Trató de desviar su mirada y con la manga de su kimono trataba de cubrir su rostro, pero la mano del joven Inosuke la sostuvo de una manera firme.

—¿Por qué lloras?— Volvió a preguntar y es que para él era algo confuso que aquella gigante que se la pasa sonriendo estuviera triste, peor aún que llorara. De alguna manera lo inquietaba—¿Te duele la panza? ¿Te lastimaste?— Estaba decidido a seguir preguntando hasta que le contestara, pues su curiosidad por ella crecía.

Yumiko miró directamente a los ojos al joven y volvió a mostrar una sonrisa más relajada, más sincera a pesar que lloraba, él no la entiende, definitivamente no puede. La suave mano de la mujer pasó por encima de la suya, la cual no la dejaba marcharse y la apartó. Con delicadeza limpió el rastro de agua que le quedaba y por primera vez trató de abrirse con alguien que no fueran las hermanas Kocho.

—No me duele nada y tampoco me he lastimado.

—Entonces ¿por qué llorabas?

—Porque recordé a un ser querido que ya no está aquí... Mi madre murió hace mucho tiempo, pero el cantar esa melodía me puso nostálgica.

—¿Nostálgica?

—Sí, es aquella sensación de tristeza cuando vuelves a recordar a alguien o algo que no podrá volver o se encuentra muy lejos... Es similar a la añoranza, es mejor dicho su sinónimo— Inosuke tenía toda su atención fija en ella, esto le daba una señal de que quería saber más.

—¿Qué es un sinónimo?

—Sinónimo es una palabra que comparte similitud con otra o puede ser referido a una frase... como alegría, su sinónimo puede ser satisfacción, felicidad, júbilo, gozo... hay bastantes palabras— Yumiko regresó su vista al frente, sin tener un punto específico al cual mirar.

—¿Puedo preguntarte algo?— En realidad Inosuke no respondió, por lo cual ella tomó su silencio como aceptación—¿No extrañas a alguien?—

El silencio reinó y nuevamente el viento solo era el único testigo de esa escena, los cabellos delgados de la mujer se mecían como aquellos pelos que tiene la máscara de jabalí, el tiempo pasaba y aún Yumiko no sabía su respuesta por lo que volteó a ver a su joven pupilo y este lentamente se sacó su mascara. 

Él no sentía ningún peligro con la gigante y decidió quitarse su máscara pero su rostro volteó hacia los árboles, tal vez eso sería algo difícil de explicar, hay muchas sensaciones que quiere expresar pero no conoce el significado para expresarlo. 

—No lo sé... 


【Ens é ñame】 - [Inosuke  ̶H̶a̶s̶h̶i̶b̶a̶r̶a̶ Hashibira]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora