Capítulo 6

81 16 1
                                    

"No hay ser humano, por cobarde que sea, que no pueda convertirse en héroe por amor"

—Platón

La primera semana del colegio había pasado como el viento y de verdad lo agradecía. Ahora era viernes y estaba demasiado feliz, podríamos tener un descanso y hacer cosas productivas... O no. Tal vez April viniera a casa a ver películas y comer porquerías, o tal vez leyera un libro, dormiría o sencillamente me tiraría a ver una serie. Cualquiera opción sonaba bien.

Lo bueno es que el día de hoy salimos temprano, lo malo es que toca entrenamiento de nuevo. Por suerte no será tan largo, entonces tendré la mitad de la tarde libre. Me encontraba desayunando, cuando suena mi celular avisando un nuevo mensaje de April diciendo "Lo siento". No entendía por qué me decía eso.

Sonó el timbre de la casa y me levanté, confundida. No esperaba visita. Al abrir la puerta me llevé la sorpresa de que era Cormac.

—Hola, ¿Estás lista para el colegio? —Me pregunta con una reluciente sonrisa que me descoloca por un instante.

—Me falta lavarme los dientes, pero ¿qué haces aquí? Pasa —lo dejé pasar, extrañada. Cerré la puerta tras nosotros y lo guie a la cocina; debía lavar y guardar la loza de mi desayuno.

—¿No es obvio? —Frunció el ceño, viéndome guardar los platos. Negué con la cabeza y le hice seña de que me esperara—. Pues vengo para irnos juntos para el colegio —explicó levantando un poco la voz para que pudiera escucharlo, porque me encontraba lavándome los dientes en el baño de visitas.

Al salir del baño, lo miré incrédula.

—Ni loca, no pienses que seré tu chofer —me reí, agarrando mi bolso. Luego empecé a caminar hacia la salida haciéndole un ademán para que me siguiera, cosa que hizo.

—De hecho yo te llevaré —aclaró al salir de mi casa.

—¿Y en qué piensas hacerlo? —Dije cerrando la puerta.

—Pues en eso, obviamente —al decir eso voltee a ver hacia donde me señalaba.

Y ahora sí que estaba en shock.

—¡NI loco pienses que me voy a montar contigo en una moto! —Mascullé saliendo de mi asombro, negando con la cabeza.

—Oh, vamos, ¿no confías en mí? —Preguntó, a lo que lo miré con las cejas levantadas.

¿Tendría que responder?

—Bueno, eso fue un golpe duro. Estaba pensando en que como debemos pasar dos semanas juntos por el castigo sería bueno empezar a llevarnos bien —declaró alzando los hombros y caminando hacia su moto. Me extendió un casco, esperando una respuesta de mi parte—. ¿Qué dices?

—Está bien, pero que conste que si acabo en el hospital por tu culpa no saldrás vivo —advertí rodando los ojos, pero con una pequeña sonrisa.

—Tú siempre imaginando lo peor de mí.

—Yo no he querido decir eso. A veces solo me dejo guiar por lo que muestran las personas, además solo dije eso en son de broma.

—A veces lo que demostramos no es lo que realmente somos, a veces nosotros como humanos no sabemos cómo actuar ante cosas que nos ponen nerviosos o ante cosas nuevas; mostramos otra cosa para que no descubran lo que somos o sentimos en nuestro interior —pestañeé sorprendida, con la respiración entrecortada. No me había esperado eso. Aunque él pareció restarle importancia a lo que acababa de decir—. ¿Lista?

—No —confesé aterrorizada—. ¿Qué debo hacer?

—¿Nunca habías subido en una moto? —Negué con mi cabeza—. Bueno, primero debes ponerte el casco, así —indicó mientras me ayudaba a ponerme el casco, eso lo sabía pero dejé que lo hiciera porque era tierno ese gesto—. Luego debes poner un pie aquí y así agarrar el impulso para pasar el otro pie al otro lado —explicó después de un momento de vernos fijamente a los ojos, señalando donde debía poner un pie y cómo debía de hacer para subir; ya él se encontraba en la moto.

El ciclo de la vida de Caeli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora