Capítulo 10 - parte 1

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"Quedarnos en vernos pronto. Me dio vergüenza decirle que deseaba verla al otro día o que deseaba seguir viéndola allí mismo y que ella no debería separarse ya nunca de mí."
— "El túnel" Ernesto Sabato.


Hoy es miércoles eso significa que han pasado tres días desde el beso entre Cormac y yo, del cual no hemos hablado, eso no significa que no nos hemos visto porque debemos reunirnos después de clases para cumplir el castigo que nos dieron, y estoy demasiado feliz porque ya el viernes termina.

— ¿Lista? — pregunta Cormac llegando al frente a mío, asiento en respuesta mientras despego mi espalda del casillero y empezamos a caminar hacia el comedor.

— De verdad que me va a dar un coma por lavar tantos trastes — lloriqueo viendo todas las ollas, platos y vasos en el lavadero.

— No seas dramática, además solo faltan dos días y ya seremos libres — me anima alegremente — Vamos comencemos, pondré música.

Después del primer día de nuestro castigo Cormac y yo decidimos traer un pequeño parlante para escuchar música, tampoco significa que por ser un castigo deba de ser aburrido. Además, nos ponemos a hablar y así las horas pasan rápido.

— Caeli — me llama luego de un rato.

— Dime — lo vuelvo a ver momentáneamente para continuar lavando una tonta olla que no se le quitaba algo grasoso que tenía en el fondo.

— ¿Quisieras...quisieras salir conmigo? — balbucea nervioso mirándome.

— ¿Qué? — pregunto sorprendida al escucharlo, dejando caer la olla.

— Caeli... ¡Caeli me estás mojando!

— Lo siento, no me había dado cuenta — exclame dejando de apuntarle con el rociador despegable y poniéndolo de nuevo en el fregadero.

Cuando volteo a verlo automáticamente comienzo a reír, llevo las manos a mi boca tratando de frenar mi risa, pero era algo imposible porque Cormac se veía súper chistoso todo mojado.

— Sabes, creo que deberíamos de estar a mano — sonríe maliciosamente agarrando una olla con agua.

— Cormac, ¿qué estás haciendo? — Pregunto al verlo acercarse lentamente mientras retrocedo — Cormac, ¡no! — grito fuertemente al sentir el agua fría impactar sobre mi piel.

Y así de nuevo empezamos una guerra, pero esta vez de agua y jabón, convirtiendo todo en un completo caos.

Sin verlo venir me resbalo, Cormac intenta sujetarme, pero de igual manera ambos caemos al suelo, pues era algo lógico que eso pasara en algún momento ya que todo el lugar estaba con agua.

Sus brillantes ojos me miraban fijamente y poco a poco nuestras risas fueron apagándose, hasta que llegó a un punto donde solamente se escuchaba nuestras respiraciones.

— ¡Pero, ¿qué han hecho?! — Grita fuertemente una voz femenina de la nada.

Automáticamente los dos nos levantamos, pero nuestros pies se enredaron e incluyendo lo resbaladizo que estaba el piso nos volvimos a caer.

— Lo sentimos tanto — me levanto rápidamente —por favor no le diga al director— suplico juntando mis manos, la señora de la cocina se cruza de brazos molesta mientras nos observa.

— Sí, nosotros lo limpiaremos, de verdad, no es necesario comentarle al director de esto — trata de convencerla Cormac con ojos suplicantes.

La señora suspira — Váyanse ya, yo me encargó — señala la salida con su cabeza.

El ciclo de la vida de Caeli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora