Capítulo 12

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"Quédate con aquellas personas que puedas ser tú, en toda tú esencia y con total libertad."
Autor desconocido.

Era un sábado que marcaba el paso de varias semanas desde la memorable cena, con la semana santa ya atrás y los exámenes finales asomándose antes de las esperadas vacaciones de verano. April y yo estábamos tendidas en el suelo de mi habitación, contemplando el techo decorado con estrellas que brillaban por la noche. Habíamos terminado nuestras tareas y la monotonía comenzaba a hacerse sentir.

— Tengo una idea — dije, incorporándome.

— ¿Cuál? - preguntó April, sentándose frente a mí con curiosidad.

— ¿Qué tal si les hacemos una broma a los chicos? — propuse emocionada.

— ¡Me encanta la idea! Y ya sé cuál — respondió April con malicia.

— ¿Qué tienes en mente? ¡Dímelo! —insistí ansiosa.

—Qué tal si ponemos miel en un tarro encima de la ducha junto con plumas que caerán cuando abran el grifo, además cambiamos sus champús por tinte artificial de cabello.

—¡De compras se ha dicho! —exclamé, levantándome rápidamente, y April hizo lo mismo.

Después de una búsqueda frenética de suministros, finalmente conseguimos todo y regresamos a mi habitación para poner en marcha nuestro plan. Decidimos empezar en casa de Nathaniel, ya que se encontraba en la de Cormac y Alex. Su madre nos dejaría entrar si le decíamos que olvidamos algo.

—¿Y cómo hacemos para entrar en la casa de Cormac? — pregunté.

— Tú los distraerás, porque no soy buena en eso. Lo que no sé es cómo voy a entrar sin que me vean.

—Por la habitación de Alex; es la última y siempre deja una ventana abierta. Pero tendrás que subir al árbol para entrar — sugirió April, y la miré pícaramente. Ella rodó los ojos.

—Bueno, en marcha —dije, cargando las cosas en la mochila.

Cuando llegamos a la casa de Nathaniel, tocamos el timbre, y su mamá salió.

—Hola chicas, ¿cómo están? ¿Qué hacen por aquí? Nathaniel no está.

-Hola, estamos bien, y ¿usted? Lo sabemos, pero es que un día de estos le presté mi cuaderno de matemáticas a Nathaniel y ahora que estábamos haciendo los deberes me acordé, así que era para ver si podíamos recogerlo - expliqué, sabiendo que ella siempre asociaba los deberes de matemáticas conmigo.

—Muy bien por dicha. Claro, pasen, ya saben dónde es. Estaré en la cocina si me necesitan — dijo, abriendo la puerta antes de dirigirse a la cocina.

Subimos rápidamente a la habitación de Nathaniel, cerramos la puerta y nos pusimos manos a la obra. Después de tener todo listo, bajamos y nos despedimos de la señora Mastroiani.

Nos dirigimos a la casa de Cormac y Alex, donde April tocó el timbre, y Cormac fue quien salió.

—Alex, te buscan — escuché a Cormac gritar. Rápidamente subí por el árbol, como April había sugerido.

La ventana de Alex estaba abierta, y después de entrar, comencé a poner en práctica nuestro plan. Al salir de la habitación de Alex, me dirigí por el pasillo, esperando que April estuviera distrayendo a los tres, no solo a Alex.

Visualicé la habitación de Cormac con facilidad; en la puerta había un dibujo de un libro en madera con su nombre.

Al entrar, me sorprendí de lo ordenada que estaba su habitación. Primero, preparé todo para la broma y luego me entretuve explorando su estantería. Cormac era un amante de la literatura, con una colección que iba desde lecturas antiguas hasta algunas más recientes.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2024 ⏰

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El ciclo de la vida de Caeli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora