Capítulo 5

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"La locura es una superstición social"

—Poemas del manicomio de Mondragón, de Leopoldo Mª Panero

—¡Juro por Dios que si me expulsan, lo último que verás antes de morir será mi cara! —Le susurré enfadada a Cormac mientras entrábamos en el despacho del director. La estancia estaba silenciosa, sin rastros del rector ni de su secretaria.

—Yo no te amenacé con un arma y mucho menos te dije que me lanzaras espagueti en la cara —refutó Cormac fulminándome con la mirada.

Le iba a contestar una retahíla de insultos, cuando vi al director entrar en la oficina, con una notoria cara de disgusto formando una firme línea en sus labios.

—Ni crean que se van a sentar en los hermosos sillones así como vienen. Se quedan de pie —sentenció, alejándonos con un movimiento de mano de los sillones—. Alguno de ustedes dos quisiera empezar a explicar ¿por qué razón el comedor y sus alrededores está lleno de comida?

—Verá, señor director... —Cormac empezó a relatarle el acontecimiento ocurrido hace un rato. 

Unos minutos antes

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Unos minutos antes.

Las clases habían sido normales, ahora nos entrábamos comiendo y charlando, cuando de repente Nathaniel dijo algo gracioso y April le tiró una lechuga en la cara. Todos empezamos a reír y vi que Cormac me estaba viendo con cara de tener algo perverso en mente.

—Te reto a lanzarle algo a alguien de la mesa —desafió repentinamente.

—Díganme, ¿cómo es que a estos dos se les ocurrió la idea de jugar a hacer retos sin sentido? —Preguntó Nathaniel riendo y rodando los ojos, a lo que April y Alex también rieron.

—Está bien —le contesté a Cormac y fueron dos segundos lo que tardé en coger mi plato de espaguetis y aventárselos.

Lo que no sé, es si estaba rojo por la salsa o porque se estaba enojando, pero lo que sí sé es que se veía bastante gracioso con algunos fideos guindando de su frente.

No me di cuenta de cuánto tiempo llevaba riéndome de lo que acababa de hacer, cuando siento algo líquido bajar por mi frente. En shock, levanto la cabeza y veo a Cormac sosteniendo un vaso ya vacío encima de mí.

Y ahí fue en donde pensé que había cometido un error al lanzarle los espaguetis.

De pronto veo impactar una dona en la frente de April. ¿A quién diablos se le ocurrió aventar una dona? A Nathaniel. Fue inevitable y me reí al igual que los demás, pero April molesta lanza su puré en dirección a Nathaniel; solo que, en lugar de darle a él, le dio a Alex. Ella se sintió apenada y antes de que dijera algo, Alex riendo le lanza un batido a Nathaniel quien gritó "¡Guerra de comida!" Y se armó el caos.

Y así inició una cómica guerra de comida, donde un montón de comida pasaba por los aires. Era algo súper loco. Pero como la felicidad no dura para siempre...

El ciclo de la vida de Caeli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora