Capítulo 3

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"Los pájaros tienen su nido, la araña su tela, el hombre la amistad"

—William Blake.

Suena el despertador y gracias a Dios esta vez sí pude apagarlo sin necesidad de aventarlo. Al voltear no vi a April, así que supuse que había bajado para desayunar. April era muy madrugadora, además que duraba mucho controlando esos rizos.

Al terminar de alistarme, bajé las gradas y me dirigí hacia la cocina. Al entrar me encontré con que mi madre ya se había ido. April estaba desayunando cereal, a lo que me serví igual.

—Tu madre dice que lo siente, pero tuvo que irse rápidamente porque la llamaron del trabajo y me dijo que te diera esto —comentó tomando una cucharada de cereal. Me senté y agarré la nota que me extendió, la cual decía que suerte y que me amaba mucho. Sonreí y comencé a desayunar.

Terminamos de desayunar y nos metimos en el auto para ponernos en marcha hacia el colegio. Hoy me sentía más tranquila, pero seguía igual de distraída.

Les contaré un poco sobre nuestra noche de chicas, quitando las partes en donde comimos como chanchas o lloramos viendo películas.

Resulta que a April de verdad le llama la atención este chico que conoció, quien también es nuevo y que por cierto Nathaniel no mencionó ese detalle. El punto es que han estado hablando, ese es el motivo por el que April a veces se distrae con el celular. Luego estuvimos hablando de Cormac, en donde admití que sí me llama la atención. Y como molesté a April con el otro chico nuevo, que por cierto se llama Alex, pues ella también me molestó con Cormac.

Nuestra noche se basó en cotilleo y diversión.

—Si sabes que debemos pasar por Nathaniel, ¿verdad? —Recordó de repente April levantando la vista de su celular y posándola en mí, logrando sacarme de mis pensamientos.

Abro los ojos como platos y detengo automáticamente el carro. —¡Miércoles, April! ¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Porque pensé que lo recordabas, él lo menciono ayer después de salir del colegio.

—Lo olvidé por completo, te recuerdo que tuvimos una noche de chicas —aclaré mientras daba la vuelta para ir a recoger a Nathaniel.

April se rio. —Siempre olvidas las cosas. No olvidas tu cabeza porque la tienes pegada.

Minutos después recogimos a Nathaniel, quien no sospechó nada sobre que casi lo dejamos tirado. Llegamos al colegio y cuando nosotras estábamos en nuestros casilleros, llegó un chico alto a saludar a April. No lo había visto antes, pero no era muy difícil reconocerlo ya que el chico tenía unos lindos ojos color avellana y, según la descripción que me dio April, podía decir con certeza que era Alex. Voltee a ver a mi amiga quien sonreía como una boba y me reí internamente.

—Hola —saludé—. Soy Caeli, la mejor amiga de April. Me presento yo porque creo que April quedó sin sentido de habla y está en estado hipnótico como para hacerlo —miré a April quien seguía sonriendo pero me lanzó una mirada asesina.

Él tan solo rio.

—Así que tú eres el de la sonrisa perfecta, mucho gusto —le dije, tendiéndole la mano. No duró ni dos segundos mi mano extendida; la retiré automáticamente ya que April me había pegado un codazo en el estómago, que me hizo brincar y chillar de dolor.

—Discúlpala, no sabe lo que está diciendo. Parece que está teniendo un problema en conectar su cerebro con lo que sale de su boca —explicó, por supuesto mintiendo, pero finalmente saliendo de su estado de estupidez. Ahora me estaba viendo con cara de póker.

El ciclo de la vida de Caeli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora