¿Cómo demonios se vive sin saber como utilizar tu poder?
África es una vampira psíquica que va a ser buscada por Aro vulturi pero él no sabe lo poderosa que se vuelve. Emmett y ella vivirán esas situaciones y se ayudarán. Qué es ese olor que él nota...
Unas horas después llegamos a El Caribe. Todo es tan...soleado. Una limusina nos espera al bajarnos del tren y vamos directamente al lugar donde residiremos durante nuestra estancia.
Emmett me ha dicho que aquí vamos a estar una semana completa, puesto que los Cullen tienen una parte gigante de la isla a nombre de ellos.
-Sigo esperando la respuesta de donde sacáis tanto dinero.- Río y Emmett me mira, puesto que estaba metido en sus pensamientos.-¿Estás bien?
-Si, sólo necesito cazar.- Me giro y sigo a lo mío.
Al llegar, bajamos de la limusina y entramos a la casa tropical de la mano. Miro a mi alrededor fascinada toda la casa hasta que entramos en la habitación.
-Es increíble...- Emmett me agarra de la cintura y comienza a darme pequeños besos en el cuello.
Me giro y lo empujo sentandolo en una silla enfrente de mi, mientras me quito la cremallera del vestido poco a poco dejándolo embobado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Emmett sonríe y se levanta mientras me coge de la cintura y da besos en mi abdomen hasta que llega a mi cuello. Sonrío y le rompo la camiseta pasando mis manos por su torso ganandome un suspiro por su parte, que me hace enloquecer.
Emmett muerde mi labio con pasión mientras me agarra de las piernas haciendo que las enrolle en su cadera. Me lleva a la cama y me deja con cuidado sobre ella. Sus manos recorren todo mi cuerpo sacándome suspiros desde el fondo de mi pecho.
-Emmett...
(.....)
Abro mis ojos acostumbrandome a la luz solar. Emmett me sonríe y me besa dulcemente. Bostezo volviendo a acurrucarme con él, mi oso ríe.
-A veces eres muy mona.
-¿Sólo a veces?- Le hago un puchero y él me besa la punta de la nariz.
-Hace unas dos horas no eras mona...-Sonríe refiriéndose a lo que ha pasado entre las sábanas.
Le pego haciendo que él ría. Emm me aparta y se levanta mientras se coloca su ropa interior. Yo hago lo mismo.
-Oye, preciosa, ¿no tendrás una camiseta en la maleta?- Inclino la cabeza para un lado pensando si tengo alguna o no.
-Sí, creo que tengo una, es la talla más grande que he encontrado, me gusta la ropa ligera.
La lanzo una camiseta y él la atrapa en el aire.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
