Capitulo 1.

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-Aleesa, es hora de irnos

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-Aleesa, es hora de irnos. - grita mi mamá ante la hora que era.

- ¡Voy bajando! - grito sin más, para que se tranquilice un poco.

No me gustaba viajar, pero el hecho de al fin poder viajar al lugar que siempre he querido y que mi mamá al fin podrá regalármelo me hace quitar la pereza que me dan los viajes.

-Bien, es hora de irnos ¿ya te despediste de tus amigos?

-No, porque tendría que hacerlo si regresare. - respondí con una duda.

-Bien, Sixalea viene en camino. - habla mi madre sin interés alguno.

Me emociono ante lo que menciona mi mamá, no recordaba que mi mejor amiga hará este viaje conmigo, sus padres le han permitido venir conmigo por las vacaciones, es genial. Me lave los dientes mientras llegaba Sixalea ya que vive relativamente cerca, por no decir que a unas tres casas de la mía.

- ¡He llegado! - Escucho gritar a mi amiga desde el baño.

Termino de lavarme los dientes y bajo corriendo a la sala de estar para tomar nuestras cosas e irnos rápido al aeropuerto. Nos subimos al taxi que mi mamá había pedido ya que estaríamos unos largos días o semanas ahí.

~~~

Habíamos al fin llegado al destino, a Los Ángeles tal vez piensen que no es la gran cosa viajar de un país a otro, pero para mi lo era ya que mi madre me contó que conoció a mi padre en Los Ángeles y que yo había nacido en aquí donde estoy ahora, pero cuando mi padre murió, mi madre decidió venirse de regreso a Italia y solo pensar que estaré en el lugar donde nací, donde estuvo mi padre me hace feliz.

-Bien niñas, antes de ir al hotel ocupamos ir a un lugar importante.

Nosotras asentimos y nos subimos a un taxi mi madre dio una dirección en Beverly Hills, me preguntaba por qué mi madre quería ir allá, tal vez tenia que solucionar algo con su viejo amigo.

Llegamos a la dirección que mi madre le dio al taxista y nos bajamos, a decir verdad, era unas calles llenas de mansiones, me preguntaba que hacíamos aquí.

-Bien niñas bájense, tenemos que ver a alguien importante.

Nos bajamos y nos dirigimos a la primera mansión que había, mi madre toco el timbre y salieron unas personas mayores.

- ¡Oh!, Antonela querida pensé que no vendrías, y esta debe de ser Aleesa, es igual a él. - menciona mientras nos abraza.

-Ho..la.- menciono tímidamente.

No entendía que estaba sucediendo, ¿ella era mi abuela paterna?, porque estábamos aquí ahora.

-Por tu cara de sorpresa creo que te debo una explicación querida Aleesa. - Yo solo asentí y ella empezó a hablar. - Bien, creo que ya te disté una idea, pero, aun así, yo soy tu abuela paterna y sé que te preguntaras porque nunca te buscamos o porque nunca tuvimos el contacto con ustedes. Bien tu madre y mi hijo tuvieron una relación hermosa, pero cuando tu padre murió Antonela decidió alejarse de todos esto, de nosotros sin decirnos nada, tardamos años en encontrarlas queríamos ver a nuestra nieta, hace un año las encontré, le marqué a tu madre para que vinieran, pero ella me dijo que sería mejor cuando estuvieses de vacaciones ¨permanentes¨, yo acepte con gusto y no dejábamos de tener el contacto, al contrario yo le ayudaba a tu madre con dinero semanal para ustedes, cuando tu madre dijo que estabas lista, hice todo, compre los boletos para que vinieran, yo no culpo a tu madre de quitarnos tu presencia, sé que le era difícil para ella quedarse aquí, con nosotros, sé que todo le recordaría a él, pero me alegro poder verlas y tenerte cerca.- termina dándome un abrazo.

Mis lagrimas brotaban de mis ojos, no podía contenerlas, solo corrían sin más yo abrace a mi abuela y ella me recibió con los brazos abiertos.

-Tengo un trato para ti Aleesa, ¿quieres escucharlo?

-Claro. - menciono algo temerosa por su propuesta.

-Bien, quería que tú y tu amiga se queden aquí sus vacaciones, están rentando una mansión que es solo para jóvenes, vivirán cerca de sus padres, pero podrán hacer lo que quieren, fiestas todo ese tipo de cosas, claro, tu abuelo y yo pagaríamos eso con tal de tenerte cerca, aquí tienes también una habitación por si no te sintieras segura.

-Yo, no sé qué decir, es muy buena la idea, pero, creo que es demasiado para alguien que apenas acaba de ver después de mucho tiempo.

Ella volteo a verme con una sonrisa.

-No te preocupes, es lo mínimo que podemos hacer por no haberte visto durante mucho tiempo.

-Si así lo desea, podemos hacer eso mientras están las vacaciones.

Ella sonrió y nos abrazó a todas, salimos para ver donde era la ¨Mansión¨, o mejor dicho la casa de adolescentes hormonales.

-Bien es aquí, quedan exactamente una habitación para las dos, las aparte por si llegabas a decir que si, por cierto, empieza mañana, prepárate por qué será lo mejor que vivirás, o eso me dijeron las personas que hacen esto.

Yo asentí y regresamos a la casa de mi abuela, me es extraño decirle abuela a alguien que acabo de conocer, a decir verdad, mi madre se despidió de mí y de Sixalea dejándonos con mis abuelos, a decir verdad estoy nerviosa, ni siquiera sé si Sixalea quiera ir al lugar, pero no me hizo falta preguntarle para darme cuenta que si quería, porque al comentar eso mi ahora abuela sus ojos se iluminaron, pero ahora solo era descansar por el largo viaje que teníamos y el largo día que tendremos mañana.

~~~

Habíamos despertado por la alarma de la abuela, y vimos la hora y eran las 12 del medio día, era algo tarde por que debíamos arreglarnos y preparar las cosas que nos llevaríamos a la casa esa.

-Me alegro que despertaran, desayunen rápido si es que así se le puede decir y arréglense para ir a esa casa.

Nosotras asentimos y terminando de cenar subimos a arreglarnos.

-No se si sea buena idea ir a esa casa. - Le menciono a Sixalea comiendo mis uñas por los nervios.

-No te preocupes, no creo que nos la vayamos a pasar mal. - dice ella saliendo del baño cambiada.

-No sé, es algo diferente para nosotras, son personas mimadas Sixa.

-Solo trata de divertirte un poco, estamos de vacaciones, trata de salir de tu zona de confort, al fin y al cabo, ellos solo los veras estas vacaciones. - dice tomándome de los brazos para tranquilizarme un poco.

A decir verdad, tenerla aquí me ayuda mucho, ya que no hubiera aceptado entrar a esa casa sin conocer a nadie más, la verdad siento que no me será muy grato estar allá por que pensaba relajarme estas vacaciones no estar saliendo como lo hacía con Sixa.


La Mansión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora