Aleesa tenia un sueño, viajar donde se conocieron sus padres y su madre lo cumplió, pero ella no sabría que ese viaje le cambiaría la vida radicalmente y mas cuando acepto quedarse en esa estúpida mansión.
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Mis ojos miran fijamente a mi mejor amiga mientras mis lagrimas caen desconsoladamente, hoy confirmo mis sentimientos por él, tal vez no son muchos, pero sus palabras, su forma de ser me lastiman, sé que por parte es por el alcohol porque sin él no lo hubiera llorado por una estupidez, porque eso es una vil estupidez sentirme así, veo como Sixa viene hacia mí y siento su abrazo, el abrazo que me faltaba para sentirme completa.
-No llores por ese tarado, vuelve a ser la misma chica que eras antes de venir aquí sin importarle que pasara con el que te gustaba, ven vamos, límpiate esa cara y vámonos a casa o quieres quedarte con Briar. – ella me dice mientras juega con mi cabello.
-Vámonos, no quiero estar aquí, quiero ir a dormir.
-No Sixa, se quedará conmigo, te la llevo mañana. – Briar se mete a nuestra conversación.
-Ella quiere irse conmigo Briar, déjala.
-No, es mejor que se calme y sepa sus sentimientos a que siga ahí y se confunda más, solo será un día mientras vemos que sentimientos tiene. – el me abraza y yo hago lo mismo.
-Si es para eso, me quedo igual no planeo dejarla sola con sus sentimientos así, así que es hora de terminar la fiesta Briar. – el asiente y entramos con él.
Todos estaban disfrutando su fiesta hasta que Briar hablo para decir que se terminaba, todos los chicos se fueron y Everett me dio un vistazo de ultimo y yo solo lo ignore, no sufriré por nadie nunca lo he hecho no hoy no será la ocasión, Briar nos llevó a la habitación que estaba y ahí nos quedamos dormidos y Briar durmió en el suelo.
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Habíamos despertado al día siguiente a las 12 de la mañana, si el sueño estaba pesado y el alcohol también, bajamos a desayunar y la mama de los primos de Briar tenía hecho el desayuno ya, era Waffles con frutas.
-Bien, ¿qué quieren hacer hoy? – pregunta Briar mientras le da un trago a su leche.
-No lo sé, ¿quieren ir a los bolos? – pregunta Sixa emocionada por la idea y yo solo asiento. – Bien bolos serán.
-Hay un problema nuestra ropa está en la casa. – menciono apenas dándole un bocado a la comida.
-Es verdad, podría cambiarme y después las llevo a ustedes a cambiarse y de ahí salimos al cine y a los bolos, está bien. – las dos asentimos y el solo sonrió.
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Llegamos a la casa y entramos a nuestra habitación, todo en silencio, pero alguien toco nuestra puerta y Sixa la abre.
-Aleesa, te buscan. – menciona apuntando a la puerta y yo voy.
-Hola Aleesa, vengo a disculparme por cómo me comporte. – habla Gerard apenado por la situación de antier.
