Había despertado en mi habitación por ende sé que Everett me trajo hasta aquí, ayer fue una noche tranquila, y a veces extraño que sea así, sin tanta fiesta sin tanto drama incluido, he estado pensando que tal vez por no estar con las chicas este perdieron a Sixa este verano, pero que puedo hacer cuando me gusta estar con Silas y los chicos, siento que puedo ser yo, sin tener que ser muy femenina con ellos, y se que con las chicas debería de serlo pero no, no quiero.
-Hola. – saludo mientras me siento en el comedor a esperar mi desayuno, ya que Sixa estaba haciendo desayuno. - ¿Dónde estaban ayer? – ella voltea a verme ante la pregunta.
-Ayer que se fueron unos chicos son invitaron a una fiesta a las 6:30, pero hacíamos 30 minutos de aquí hasta el lugar planeado y no los despertamos porque todos vimos que estaban muy ebrios los chicos y no queríamos despertarlos solo para decirles que había fiesta ya que me imagino que estarían cansados. – ella camina hacia mi con un plato de comida. – Ten, otra pregunta ¿Cómo diablos le hiciste para llevarte a los chicos? – ella le da una tajada a su comida mientras me ve.
-Bueno, estaban ebrios no sabrían que hacer así que Sali por ellos y llame a un taxi, pero espera... el coche de Everett sigue en el bar. – mi mano automáticamente fue directo a mi rostro. – Bueno termino de comer y le digo.
Comí lo más rápido que pude ya que era algo tarde y ya había dejado su coche hace un día atrás y no sabíamos si alguien se lo había llevado por tanto rato en el estacionamiento. Voy a paso apresurado hacia la habitación de Everett y toco la puerta.
-Ah, hola Aleesa, ¿Qué pasa? – abre la puerta Gerard y sus ojos se abren ante su sorpresa.
-Hola Gerard, vengo a ver a Everett, ¿puedes llamarle? – el asiente y va por él.
- ¿Qué pasa Aleesa? – Everett sale de su habitación y cierra la puerta.
-Lo que pasa es que, tu coche esta en el bar y pienso que tal vez si lo dejas más tiempo pueden llevárselo por ocupar espacio innecesario.
-Si no has venido en mi coche ¿cómo nos has traído? – el toca su sien tal vez intentando recordar como los había traído.
-Bueno, a decir verdad yo tampoco podía manejar mucho así que pedí un.. – no me dejo terminar para el terminar la frase.
-Taxi, bueno Alessa ¿sabes manejar? – yo asentí ante su pregunta – bien, le pediré el coche a Gerard y cuenta lleguemos por el mío y tu manejaras el de él, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
El entra rápido a la habitación y tarda como unos 5 minutos en salir, creo que no fue fácil pedir ese coche.
-Bien, es hora de irnos. – el jala mi mano y sale corriendo hacia el garaje sin decir una palabra.
-Bien, ¿qué sucede? – pregunto ya estando arriba del coche al ver que llevaba mucha prisa.
-Am... marque al bar y solo me dieron 45 minutos antes que se llegaran por el carro y el bar no queda muy cerca que digamos.
Vaya, solo 45 minutos para un bar que estaba a 20 minutos sin muchos coches, ahora me imagino con varios ya que era medio día.
El manejo sin control, lo más rápido que pudo y eso era de 80 km/h no mucho dirán, pero había coches, demasiados mi ansiedad subió al ver como se pasaba de carril a carril, por dios este chico siempre me saca de control aun que él no lo desee.
-Bien, llegamos unos minutos antes, me bajare por el coche y tu cámbiate a piloto. – el se bajo del coche y fue al suyo.
- ¡Oye!, trata de no ir rápido, no puedo seguirte el paso si vas así. – menciono antes de que suba al coche y el asiente.
El arranca el carro mientras mis nervios van a mil por hora por el hecho de que tal vez puede ir rápido para molestarme, puse la radio para relajarme y eso hacia hasta que vi el coche de Everett ir más rápido de lo normal, ¡DEMONIOS!, que no escucho lo que le dije o por qué demonios hace eso. Piso mas el acelerador para tratar de alcanzarlo, pero entre más lo alcanzaba más rápido iba, que demonios le pasa. Decido ir mas lento ya que no conozco estoy lugares, me estaciono en un lugar rápidamente para poner la dirección de la casa en mi celular ya que no pienso seguirle el paso a Everett, mejor a paso lento que a paso de muerte.
~~~
Llegue a la casa y lo primero que veo es a Everett esperándome.
- ¿Qué demonios te pasa?, te dije que no fueras rápido y parece que te dije lo contrario. – le digo mientras bajo del coche y el empieza a reírse.
-Solo quería ver cuanto aguantabas, pero ya veo que nada. – el sigue riéndose hasta que me que me acerco a él.
-No es mi coche para ir a mil por hora, pero parece que tu no entendiste que el coche era prestado. – le digo mientras con mi dedo índice se lo pongo en el pecho. – así que ahora se que tus planes no suelen ser muy buenos que digamos.
-Lo son, hice que fueras rápido por un momento, pero tu miedo te detuvo.
- ¡Que no es mi coche, demonios! – comencé a caminar hacia la casa mientras lo maldecía en mi mente.
-Oye Aleesa, las llaves. – veo como el estira su mano.
-Alcánzalas, si es que puedes. – saco las llaves de mi bolsillo y se las tiro a su lado derecho.
Camino hacia mi habitación y veo a mi amiga preparándose, vaya esto es agotador, fiesta tras fiesta o sea aceptaría si fuera en otro lado menos en la casa, pero todas eran aquí.
-¿A dónde vas tan arreglada? – pregunto mientras ya se la respuesta.
-Hoy hay una fiesta en casa de los primos de Briar, iba a decirte cuando estabas desayunando, pero te fuiste muy rápido. -responde algo emocionada, vaya esa respuesta si que no me la esperaba. -Así que cámbiate que Briar me pidió que fueras sí o sí.
-Bien. – respondo tajante ante su orden.
Ella sabia que no me gustaba que me dieran ordenes, menos si se trataba de muy poco tiempo para hacerlas, así que me bañe lo más rápido que pude y seque mi cabello y me cambie con unos jeans negros y un crop top rosa de tiras, mientras el maquillaje solo era rímel, delineador y pintarme las cejas y así es como hago magia, lista en 30 minutos, espectacular.
-Bien, nada mal para solo 30 minutos para arreglarte, bien salgamos.
Salimos de la habitación y ahí estaban todos, esperándonos o mejor dicho esperándome.
-Bien chicas, como somos varios y son pocos coches, Sixa se ira conmigo mientras tu Aleesa te iras con Everett. – Habla Havah.
- ¡No!, no me dejen con este loco. – menciono automáticamente al recordar lo rápido que maneja, veo como todos se me quedan viendo extrañados por mi actitud.
-Lo siento Aleesa, pero te toco irte con el ya que los demás coches se llenaron. – yo solo la miro con ojos de gato regañado, pero eso no le funciono.
Todos salieron y yo fui hasta atrás y Everett igual.
- ¿Preparada para la carrera de autos? -menciona Everett cerca de mi oído y se va con los demás.
Maldición, como me pudo tocar con la persona que maneja tan mal, esto no va a estar nada bien, y antes de salir del lugar tomo una botella de Vodka y lo llevo a mi boca para relajarme un poco por lo que iba a suceder.
- ¿Qué demonios haces?, es hora de irnos. -Entra Everett y ve que estoy tomando del Vodka que había sobrado días atrás.
- ¡TRATO DE RELAJARME ANTE LO QUE VIVIRÉ EN TU COCHE, GENIO! – le doy por ultima vez un trago y con ese llevaba ya 4 y estaba algo relajada para mi sorpresa.
El jala de mi brazo para sacarme fuera de la casa a lo que yo tomo rápido la botella de alcohol y me subo dentro del coche, al lado de él, otra vez esto será una pesadilla.
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La Mansión.
Teen FictionAleesa tenia un sueño, viajar donde se conocieron sus padres y su madre lo cumplió, pero ella no sabría que ese viaje le cambiaría la vida radicalmente y mas cuando acepto quedarse en esa estúpida mansión.