Vuelvo a la realidad después de quedar en shock por la escena y trato de separarlos, pero uno de ellos me empujo haciéndome caer al suelo y para finalizar mejor la situación me corte un poco la maldita mano, no sé qué diablos hay en el piso que mi mano empezó a gotear sangre.- ¡Aleesa! – grito Sixa y vino hacia mi separando a los chicos. - ¿Qué diablos te paso? – yo volteo a verla y ahora todas las miradas están sobre mi ¡DIABLOS!
-Nada, es solo una pequeña cortada. – alzo mi brazo para enseñarles, pero no era solo una pequeña cortada era medianamente granda, mi brazo tenía una línea de sangre y vamos, todo fue su culpa. – Bueno, no la había visto tan grande. – los volteo a ver y Everett me mira con culpa y yo lo fulmino con la mirada.
Me paro del lugar y los volteo a ver de nuevo. – Espero que estés feliz. – menciono dirigiéndome a Everett.
Me voy a la mesa de bebidas y tomo una botella del alcohol que sea, la abro y echo un poco en mi herida, ¡Mierda! Que, si no arde esta estupidez, todo por tratar de detenerlos, me siento tan estúpida en estos momentos.
-Déjame ver. – giro sobre mis talones para ver quién era y no era necesario. - ¡Déjame ver Aleesa! – me grita exaltado por la situación.
-No, tu provocaste esto, ahora vete. – señalo al por el camino que vino.
El pasa sus manos por su cabello y jala mi mano para verla. – Lo sé, por eso estoy aquí demonios.
-No, vete con la chica que estabas, debe de estar preocupaba. – tomo mi otra mano para deshacerme de su agarre.
-No empieces y déjame ver. – él toma de regreso mi mano y yo le pego una cachetada. - ¿Qué te pasa?
- ¡Me pediste una oportunidad, una estúpida oportunidad y la arruinaste! – mis ojos empezaron a derramar lágrimas sin poder contenerlo.
- ¡No bese a nadie!, que no entiendes que yo no lo arruinaría.
- ¡Te vi, maldición si no te vi! – el me abraza y empiezo a golpear su pecho con poca fuerza mientras mis lagrimas caían. - ¡Me ignoraste toda la fiesta, le llamaste a los chicos para que bebiera y luego te besas con alguien más pensando ¿que no te vi?!
-No pensaba ignorarte, solamente que pensé que no querías que los demás supieran que estábamos saliendo, y sobre la chica lo siento no supe cómo reaccionar.
Me separo de él y lo volteo a ver a los ojos. - ¿Cómo no ibas a saber reaccionar?, sinceramente pienso que la besaste porque creías que no te vería hacerlo.
-No, no supe cómo reaccionar por el momento, tenía mucha presión de ella y de sus amigos.
-Es la excusa más estúpida que alguien me haya dicho, tus manos posadas en sus caderas, ¿vamos me crees estúpida? – cruzo mis brazos y por un momento olvide la cortada que tenía hasta que sentí el dolor de ella.
-No es una maldita excusa, debía hacerlo por cosas del pasado. – el voltea a verme y se da cuenta de mi cara. – ahora déjame ver.
Él toma mi mano y empieza a tirar más alcohol en ella, después me jala y empezamos a bajar las escaleras y me sentó en el sofá.
-Pásame tu mano. – él toma el botiquín y yo no accedo. – Vamos, por favor.
Le paso mi mano ya que no aguantaba el ardor de ella y empezó a curar mi herida y después la envolvió con una venda y lo pego con cinta para esas cosas.
-Lo siento tanto, me comporte como un idiota lo sé, pero en serio no fue mi intención lastimarte y siento la pelea que tuve con Scott, pero sé que a él le interesaste y no quiero perderte por que note el mismo interés de tu parte. – el voltea a verme y sus ojos estaban cristalinos.
-Te di la oportunidad, y aun así lo arruinaste.
-No fue mi intención, no entenderías porque lo hice. – en su rostro cayeron unas cuantas lágrimas. – todo lo que paso es mi culpa, no se controlarme al verte con alguien más.
-No, no está bien. No tengo que pagar por tu pasado. – mis lagrimas empezaron a bajar al sentir lo rota que me siento.
Él toma mi cara y pega nuestros labios, el beso se tornó triste y necesitado, lento apreciando el tiempo que tenemos aquí, los besos tienen un sabor salado por mis lágrimas.
-Perdóname, en serio Aleesa, no quiero hacerte daño y siempre que trato de no hacerlo es cuando más lo hago. – el empieza a jugar con mi cabello.
-No puedo perdonarte, no quiero ser la estúpida que disculpa rápido, tendrás que hacer cosas para poder perdonarte. – bajo mi mirada para poder verlo, pero él se ocultaba en mi cabello.
-Lo sé y hare lo imposible para hacerlo y cuando eso suceda no hare algo que te haga cambiar de opinión. -el voltea a verme y me regala una sonrisa falsa.
-Ven, vamos con tus amigos. – menciono y el asiente.
Subimos como personas desconocidas, él fue con sus amigos y yo con los míos.
- ¿Estas bien Aleesa? – Briar se acerca a mí y ve mi mano.
-Ahora está mejor, no te preocupes, solo vine a decir que me iré a dormir, siento mucho el momento de les hice pasar. – volteo a verlos a todos y les regalo una sonrisa mezclada con tristeza.
Camino fuera del círculo de Silas y bajo las escaleras, llego a mi habitación tomo mi celular y empiezo a escuchar ¨Friends de Chase Atlantic¨, mis lagrimas empezaron a bajar recordando lo que paso los días anteriores y este día, me gusta Everett, pero no estoy dispuesta a ser solo un juego, no esta vez. No quiero comenzar un juego que me lastimara igual o más que hace dos años.
- ¿Estas bien?
- ¿Crees que lo estoy?, no puedo aguantarme estas ganas de llorar por tu culpa.
-Lo siento, cambiare ese sentir, lo prometo. – siento como se hunde mi cama.
-No por favor, vete.
-No me iré, no te dejare sola. – menciona Everett.
Él se acuesta al lado de mí y me abraza, cada vez salían menos lagrimas mientras él jugaba con mi cabello el sueño era cada vez más, y cuando mis lagrimas cesaron el sueño se apodero de mi quedándome dormida en sus brazos.
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La Mansión.
Teen FictionAleesa tenia un sueño, viajar donde se conocieron sus padres y su madre lo cumplió, pero ella no sabría que ese viaje le cambiaría la vida radicalmente y mas cuando acepto quedarse en esa estúpida mansión.