#43 Aliados

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Mis ojos estaban cerrados pero mis recuerdos gritaban con furia.

Flash Back

Corrí de nuevo a la casa, Clara estaba en el piso desangrándose, Azucena entre lágrimas sostenía su cabeza, como si de esa forma pudiera evitar que se marchara. Me acerqué lentamente, mi mirada se perdía en su herida , ya no había nada que hacer. Andrea abrazándola lloraba sin consuelo.

Andrea: Mami, no quiero que te vallas al cielito aún.- Aquellas palabras me quebrantaron como rayos cayendo en mis venas.

Saúl volvía del Jardín resignado de perseguir a aquellos hombres, al ver aquella escena dejó caer sus rodillas a lado de su hermana. Jaime tomó de la mano de Azucena que apretaba con fuerza la de Clara y que a su vez Clara sostenía la de Andrea, Saúl lo único que podía hacer en estos momentos era unirse a aquel estrechamiento de manos y así lo hizo.

Saul: Perdón- Soltó entre sollozos, otra vez te fallé.- Clara tosió tratando de aclararse la garganta y agarrando fuerzas que ya no le pertenecían habló.

Clara: Nunca me has fallado.- Haciendo referencia a su pasado más que a su presente, cuándo Saul aún era un niño y ella una mujer víctima de la violencia. Una leve sonrisa se formó en el rostro de ella al decir estas palabras, haciendo que las lágrimas de Saúl cayeran y con ellas el peso que había cargado toda su vida.

Clara: Cuídala.- Saul asintió con la cabeza mirando en mi dirección.

Saul: Lo haré.

Clara: Los amo, perdón por dejarlos una vez más, sólo que en esta ocasión- comenzó a llorar- no creo regresar.

Clara: Y...- su voz comenzaba a volverse más débil- Andrea, eres lo más bonito que la vida me pudo dar.

Los sollozos de la familia Aguirre resonaban en mi alma, Mónica se acercó a mí, no lo dudé ni un segundo y la jale contra mi cuerpo para abrazarla, sus brazos rodearon mi espalda correspondiendome. El abrazo era tan fuerte que el dolor se hacía menor y parecía que todo estaría bien si me quedaba a lado de ella, no podía evitar pensar "Al menos mi pequeña mujer está a salvo"

Saul: Altagracia- mencionó mi nombré como si fuese la última vez que lo hiciera- Mi hermana quiere decirte algo.

Deje un beso en la frente de Mónica y me separé del abrazo. Me arrodillé junto a Clara y sus ojos se clavaron en los míos.

Lleve una de mis manos a su mejilla.

Altagracia: No tenías que hacerlo.

Clara: Claro que sí, ahora has que valga la pena, si alguien puede acabar con esto eres tú.

Asentí, ella acercó la mano con la que sostenía a Andrea para entregarmela.

Clara: Tú siempre fuiste la índicada.- Fué lo último que dijo antes de cerrar sus ojos.

Andrea lloro como nunca, tratando de hacer reaccionar a su mamá así que la jale para abrazarla y evitar que viera a su mamá en ese estado mientras pataleaba tratando de safarse de mí. Los gritos de Azucena eran realmente desgarradores, Jaime la sostuvo entre sus brazos para ayudar a levantarla pero fue imposible pues ambos habían sufrido la muerte de su hija dos veces y Saúl... El solo se fue.

La Doña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora