#47 Como en los viejos tiempos

418 31 4
                                    

7:30 a.m

Saúl limpio mis lágrimas mientras yo hacía lo mismo con las suyas, se aferró a mi cuerpo y me dió un tierno beso en la frente.

-No importa lo que pase, porque jamás te abandonaré Altagracia, lo que sea que tengamos que hacer lo haremos juntos.

...
...
...

4:30 de la madrugada.

El viento fresco se colaba por la ventana, removí mi cuerpo en la incómoda cama, el brazo me dolía y el frío no ayudaba en nada. Mientras la oscuridad limitaba mi vista mis pensamientos me provocaban insomnio. Habíamos estado todo el día y parte de la madrugada investigando a los parientes de los monkeys, contactos, lugares públicos, direcciones, redes sociales, lo que fuera pero nada. Era como sí la tierra se los hubiese tragado.

Después de horas y horas frente a las laptops, llamadas y mensajes la única dirección qué habíamos encontrado era la de una casa y eso gracias a una publicación en Instagram de una persona cercana a Romelia Vega.

El brazo de Saúl rodeaba mi cintura, me sentía agotada pese a eso mis ojos no podían cerrarse pues además de mis pensamientos intranquilos sentía una preocupación que se mantenía a flor de piel. Así paso toda una hora que se me hizo eterna, solo quería abrazar a mi bebé.

Frustrada y olvidando por completo el esguince lleve mi brazo bruscamente hacia mi frente soltando un grito provocando que Saúl despertara.

-Altagracia- dijo acoplandose rápidamente y encendido la lámpara de noche- ¿estás bien?- pregunto al ver mi mala cara mientras evitaba mover el brazo.

-Sí, no es nada. Creo que fue un calambre o algo así. - solté mientras esquivaba su mirada.

-Como que un calambre déjame ver- dijo acercándose a mi y apartando la bata negra de mi hombro.- rodee los ojos cuando la venda que cubría la mitad de mi brazo salió a relucir. El paso su mano sobre su rostro negando con la cabeza.

-Esto también me lo ocultaste. Dime ¿qué fuiste hacer el día que desapareciste?

-Ya te dije fuí a buscar a mi hija.

-¿Cómo te hiciste eso?

Porque carajo los hombres preguntan tanto.

-Me pegue con una pared. No la ví, estaba caminando rápido y me lastime.- al decir aquello note lo estúpido que sonó.

-Sé qué estás mintiendo, lo que no sé es porqué, al menos hubieras buscado una mejor excusa.

-Saul yo...

-Revise tu bolso

-¿Qué hiciste qué?-solté molesta

-Estoy preocupado, había dos armas ¿quieres decirme porqué?

Pero le esquivé la mirada y calle.

-Bien.-dijo decepcionado.- Cómo puedo confiar en ti si no me das razones para hacerlo.

Rodee los ojos, esa frase la había escuchado salir de su boca miles de veces pero nunca me acostumbraba a oírla. Voltee mi cuerpo y trate de dormir.

Narrado por la escritora.

7:00 am.

Luci se encontraba acostada en la pequeña cama, miraba fijamente la pared opaca que yacía frente a sus ojos. Escuchaba gotear el grifo del lavabo que producía un eco en el sótano. Estaba asustada más sin embargo sus genes gritaban "Se valiente" y lo era.

La Doña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora