#9 Un milagro

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Altagracia Sandoval

Siento como me dejo caer en los brazos de braulio, el dolor es cada vez más intenso, mi pulso se agita cada vez más, me hace falta la respiración y trato de no cerrar los ojos, miles de emociones se apoderan de mí, la preocupación, la angustia, el dolor, mis pensamientos se centran en mi bebe, el miedo de perderla hace que me tiemble el cuerpo, nunca habia sentido un dolor tan grande hasta ahora, siento como si algo me estuviera quemando por dentro que recorre mi cuerpo lentamente hasta quitarme la respiración, los pensamientos van a mil por hora, llevo mis manos hacia mi vientre presionando la herida que ahora llena mis manos de sangre, siento como un líquido caliente comienza a bajar por mi cuerpo, se perfectamente que es, se me rompio la fuente, en mis ojos se acumulan las lágrimas amenazando con salir...

Braulio sigue mirándome, su mirada está llena de confusión, debatiéndose en que es lo que debe de hacer, puedo notar su preocupación

Altagracia: Por favor ayudame... digo con un hilo en la voz-mi fuente ya se rompió, por favor necesito que me ayudes, mi bebe...

Braulio de inmediato me toma en brazos, dejó caer mi cabeza hacia atrás,  mis ojos comienzan a cerrarse, intento mantenerme consciente, Braulio comienza a caminar velozmente hacia la salida que hace poco yo intente abrir, salimos y se lograba ver la calle, el se acerco a una camioneta que se encontraba estacionada cerca de donde ma habia secuestrado, y me subió delicadamente al asiento de copiloto, cuando me sento sentí un dolor, en la parte baja de mi vientre,lleve mis manos a mi vientre para hacer presión en el, el tiempo estaba contado, y ambos lo sabíamos muy bien, Braulio encendió el auto y acelero conduciendo a donde yo me imagino al hospital más cercano, el tiempo era eterno, mi dolor cada vez era más fuerte estaba muy preocupada por Luci, sabía que la herida de bala podía haberla lastimado o matado al pensar en aquello mi cuerpo se llenó de temor, el nudo en la garganta que tenía se hacía cada vez más grande y las lágrimas que amenazaban con salir ahora corrían por mis mejillas, los pensamientos llegaron a mi mente, ya era de noche, veía las luces fugaces de París por la ventana, intentaba mantener mis ojos abiertos...

Se que ya llegamos al hospital, me encuentro muy aturdida, las voces a mi alrededor se escuchan lejanas, como en cámara lenta veo borroso, en tonos blancos...logro ver como Braulio aun me tiene en sus brazos caminando por el hospital, de inmediato los doctores llegan a mi, y si por supuesto, ellos se detienen por unos instantes por su expresión sé que saben que soy Altagracia Sandoval aun asi me colocan en una camilla, siento el suelo vibrar al mismo tiempo en el que se mueve la camilla a donde yo me imagino el quirófano...


Doctor: Muy bien señora Sandoval, se que me escucha necesito que sea fuerte, esto va a ser muy difícil, delicado, arriesgado pero el tiempo nos está comiendo-Lo escuchó atentamente, puedo notar la preocupación tras cada palabra que dice, el dolor hace ahogar mis gritos, me siento debil y el doctor lo nota así que mientras trata de explicarme que es lo que va a hacer las enfermeras, me inyectan varios sedantes, me inyectan también en mi brazo los conectores para la transfusión de sangre y el suero, colocaron una máscara de oxígeno en mi nariz- Si se llegaran a complicar las cosas necesito saber que es lo que quiere que hagamos...La bebe o usted- Aquellas palabras que tanto temía sonaban una y otra vez en mi cabeza

Altagracia: Mi bebe...logre escucharme decir con un hilo de voz

Doctor: Bien, esto es lo que vamos a hacer, como ya ha llegado al punto ideal de dilatación haremos el parto natural y una vez que nazca la bebe la intervenimos con cirugía y trataremos de sacar la bala, pero su vida correría mas peligro debido a la pérdida de sangre, 

Altagracia: Haga lo que tenga que hacer doctor pero salvé a mi hija...

Siento un dolor muy fuerte en la parte trasera de mi espalda, me habían colocado la epidural, a estas alturas siento dolor en todo el cuerpo, como si mi vida se me estuviera yendo, sigo consciente, me ayudan a colocarme en posición...

La Doña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora