#18 Verdades

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Sentí sus labios rozar los míos, fue una sensación increíble realmente increíble cuando nuestros cuerpos  hacieron contacto temblaron  al momentos. Nuestras respiraciones se agitaban, ambos queríamos mas que un simple roce a si que el beso se intensifico en una perfecta danza en donde yo esta vez era la bailarina principal, cada parte de el encajaba perfectamente en mi, el me atrajo mas aferrando nuestros cuerpos, tomo mi nuca para asegurarse de que no iba escapar, nuestras cabezas se movían de un lado a otro buscando el mayor placer, le di acceso a su lengua y comenzó a moverla como el solo sabia hacerlo, me tomo de mis caderas y me levanto como si estuviera hecha de aire, aferre mis piernas alrededor de la suya en el trayecto nunca dejó de besarme. Logro colocarme contra la pared, sentí como su miembro se levantaba debajo mio. Nuestras miradas se cruzaron por algunos instantes. Esto era una locura. Tome su cabello con fuerza acercando sus labios a los mios, Mientras lo besaba no dejaba de mirarlo era como si mis ojos se hubieran quedado a vivir en los suyos y nunca quisieran mudarce.

Saúl: Te amo Altagracia- pero ignore por completo su comentario miles de recuerdos pasaron por mi mente, y el dolor que me causaba volvio, dejando el sufrimiento sobre mi pecho.

Lo mire a los ojos en busca de que aquello que acababa de decir fuera cierto, coloque mi mano en su mejilla y baje la vista. Una lágrima también cedió ante mi melancolía.

Altagracia: Tu sabes que no- solté y aquellas lágrimas que había estado conteniendo durante tanto tiempo comenzaron a salir, lo empuje con fuerza para que se alejara de mi.

Limpie mis lágrimas con brusquedad, el solo me veía tratando de entender que es lo que pasaba.

Saúl: ¿Altagracia?

Camine hacia la puerta de la cocina ignorándolo por completo necesitaba salir de ahí, lo mire de reojo.

Altagracia: Vete, Saúl.- Salí de ahí  dejando mis emociones hechas añicos por el y si detestable insistencia por no dejarme en paz.

Subí las escaleras directo hacia mi habitación, solo esperaba que se fuera y me dejara tranquila. Que ya no me buscara. Aunqie en el fondo estaba dispuesta a correr hacia sus brazos y entregarme a el.

Siento como Saul me toma del brazo  fuertemente he intenta detenerme. 

Altagracia: Suéltame Saúl te dije que te fueras- ¿En donde carajos estaba seguridad? Cierto que los despediste. Que inteligente Altagracia. ¡Bravo!

Saúl: Altagracia, necesitamos hablar, es en serio, todo esto que sentimos no puede quedar en tan solo un simple adiós. Hundido en el mar.

Altagracia: ¿Quieres ver que si?....Adiós y recuerda que si me hundí en el  mar fue por  qué tú me orillaste a eso. Nunca lo olvides Saul.

Me safe de su agarre con brusquedad y me apresure a subir las escaleras pero Saúl me seguía el paso.- Camine lo mas rápido que pude hacia la habitación y al llegar lo primero que hago es intentar cerrar la puerta pero Saúl pone su peso sobre ella evitando que la cierre, forcejeamos un poco y suelto varios gemidos al dejar caer todo mi peso en esta y evitar que entrara pero de un momento a otro siento un fuerte golpe que hace que me alej. Genial. El Licenciadito  había entrado. El cierra la puerta detrás suyo con seguro y yo solo me quedo observándolo completamente paralizada, sabia que una vez dentro vendría el enfrentamiento que durante años trate de evitar y que aun a si nunca tendría el valor de rechazar. Necesita reclamarle todo lo que me hizo, sacar mi rabia de una buena vez, y darle un buen golpe en dónde no le da el sol.

Saúl: Como dije, necesitamos hablar.

Altagracia: Bien, esta bien. ¿Quieres hablar? Vamos a hablar. Es mas ponte cómodo ¿Quieres que mande a pedir café?

La Doña IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora