Cap.5

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No había tenido agallas para volver a ver a Kylie después de lo sucedido en casa. Luego de lo que había escuchado salir de sus propios labios, les había pedido que se marcharan poniendo la excusa de que estaba demasiado cansada para seguir bebiendo alcohol. Anastacia andaba insistiendo en que le dijera que había sido lo que me había dicho mi hermana, practicamente me estaba acosando por saber lo que me tenía vuelta loca estos últimos días. También estaba evitando a Kendall, rechazaba sus llamadas o solamente le daba tontos pretextos de viajes que habían sido inútiles, la alta parecía conocerme lo suficiente como para saber que algo mal había sucedido. Pero mierda... ¿Que le iba a decir? Tan solo de pensar en la pelinegra me hacía querer vomitar de los nervios.

Sabía que Kylie les había inventado algo que no se lo habían tragado.

Estaba ansiosa, desesperada más bien dicho. Tenía en claro que algún día la enfrentaría, tenía que verla, tarde o temprano me la toparia en casa de Kris cuando fuera con Blake o con Kendall. Y no estuve equivocada:

Un sábado por la tarde aparque el automóvil fuera de la mansión de Kris, luego de aquella discucion que había tenido con papá no me había atrevido a verlo o a llamarle. Me sentía molesta, pero la mayoría de las veces que peleaba con el siempre teníamos la costumbre de pedir perdón, una parte de mi sabía que tenía razón respecto a mis problemas con el alcohol pero otra se negaba rotundamente a aceptarlo.

Cuando estaba por abrir la puerta esta se abrió, para mi mala suerte, mostrando a una Kylie vistiendo solamente una vata de seda ajustada que me dejaba ver que no estaba usando sujetador; me lo confirmaban sus pezones erectos. Entonces sentí mis mejillas arder al recordar lo sucedido en el baño, no recordaba perfectamente pero me sentía incómoda al imaginarme haciéndo una estupidez ante ella y con eso, llego la escena en la piscina.

— Hey baby _ — saludó mordiendo su labio, con una sonrisa que sus dientes atraparon. Me miro serena, como si no le hubiera afectado lo que ella misma había provocado.

— ¿Está papá? — maldeci cuando me escuche tartamudear.

— Esta en su habitación, creo que esta tomando una ducha porque tiene una fiesta con mamá — informó — Pasa.

Sentía las manos temblarme y las piernas apenas se mantenían firmes al tener tan cercas a mi hermana, estaba nerviosa así que practicamente corrí escalera arriba queriendo alejarme de la pelinegra lo más rápido posible. Cuando abrí la puerta de la habitación solté el aire que había estado conteniendo, pero hice una mueca al no escuchar el sonido de agua cayendo, fue cuando dí dos golpes en la puerta del baño pero al no tener respuesta la abrí. Todo estaba vacío y mire a todos lados buscando a mi padre... ¿Qué mierda sucedía?

Escuche el sonido de la puerta abrirse y cerrarse atrás de mi, volteé y vi a Kylie recargada en ella, una sonrisa traviesa se extendía por su rostro.

— He estado esperando por mucho tiempo, baby _ — murmuro acariciando sus labios — Y finalmente estamos aquí. — sus manos se abrieron caminó en un recorrido hasta llegar al moño que mantenía la vata cerrada y me quedé plasmada en mi lugar con la boca abierta cuando su cuerpo desnudo quedo al descubierto.

Mis ojos se habían clavado en sus pechos, sus pezones, como había comprobado antes, estaban erectos, eran rosados mientras su piel sin imperfecciones parecía gritarme para que me acercara. Sentí como mis bragas se humedecian al ver su feminidad. Apenas un pequeño hilo le cubría cierta zona pero la tela era tan fina que dejaba ver su vagina. Mierda. Tenía pequeños lunares esparcidos por toda su cintura, quería acariciarla.
Era una diosa, estaba segura que Kylie Jenner dejaba por debajo a la mismísima Afrodita. La misma diosa estaba celosa por la belleza que la menor de las Jenner tenía. Mis pensamientos empezaron a fluir, en una mala jugada me la imagine completamente desnuda arriba de mi mientras se movía, me llamaba la atención y a la misma vez me asustaba lo que pudiera pasar.

Una mujer comprometida, madre a sus veintidós años y mi hermanastra.
¿En que juego me estaba metiendo?

Seguía estatica en el mismo lugar cuando caminó seductoramente hasta mi, moviendo sus caderas con un poder increiblemente provocador. La pelinegra llevo sus manos a mis mejillas en una caricia, pego completamente su cuerpo al mío y mordisquio su labio al escuchar como se me escapaba un gemido al sentir sus pechos pegados a los míos. Cerre los ojos en un suspiro cuando acerco su boca a la mía, sentía su respiración dejándome alucinada.

— Esto esta mal — musite sintiendo sus carnosos labios a centímetros de los míos — Tu eres mi hermana.

— Hermana — soltó con burla — No tienes ni puta idea de todo lo que he esperado por ti. No imaginás cuantas veces me he tocado pensando que son tus manos las que me acarician, no tienes idea de lo estúpida que me sentí cuando el idiota de Blake Collins le propuso matrimonio a mi madre — su voz era ronca — Tuvo que hacerme tu hermana, joder — acarició mis labios con sus dedos — Pero esta vez no esperaré... — añadió mordiendo su labio — Quiero que juguemos, papi.

Sus palabras me inundaron la cabeza. Me quedé en shock al escuchar lo que me había confesado, sin embargo, sentí la necesidad de callarla, así que por impulso nuestros labios se habían unido. Se buscaron con desesperación cuando nos unimos en un beso hambriento con descaro, sin pudor. La cargue y sujete fuertemente su cintura, sentí como sus piernas me rodearon la cadera uniéndo su cuerpo al mío completamente. El beso era delicioso. Hambriento. Poderoso. Exquisito. Sus labios se movían expertos sobre los míos, los acaricia, los succiona y los disfruta. Su lengua toca la mía y no me contengo en responderle de vuelta, chocandose con la suya mientras saboreaba su lipstick de cereza. Mis manos parecieron tener vida propia cuando bajaro a su trasero para apretarlo fuertemente. La pelinegra suelta un gemido y tira de mi cabello para morderme el labio. Sus labios a un extremo intenso y puedo jurar que es el beso más delicioso que he tenido en toda mi vida y el tenerla desnuda me estaba volviendo completamente loca.
Sin quererlo, nos separamos por falta de aire pero ella no dudo en volver a besarme.

Sus manos se pasearon por mi cara acariciando mis mejillas con ternura y cuando dejo mis labios, subió a mi morder el lóbulo de mi oreja.

— Me encantas — jadeo.

Descendio nuevamente, esta vez bajando completamente a mi cuello para besarlo. Cerre los ojos gracias al placer que me estaba provocando su lengua, chuapaba toda aquella zona descaradamente y a la vez mordía fuertemente. Habíamos caído a la cama, Kylie estaba a horcajadas en mi regazo devorando mi cuello mientras mis manos se paseaban por su trasero desnudo. Mis manos se movieron en busca de sentirla, su piel estaba caliente y solté un gemido cuando me mordió, mierda, sentía como la burbuna de placer iba incrementando más.

Mis manos volvieron a subir, esta vez llegando completamente a su entrepierna y ella soltó un gemido cuando acaricie la humedad de su vagina.

— Jodeme, papi — jadeo — Mierda, ____, fóllame.

No podíamos ni necesitabamos hablar porque nuestros cuerpos lo decían todo. Kylie empezo a moverse como si me estuviera cabalgando, gemi cuando sentí como rozaba su feminidad en mi cuerpo. Joder. Las sensaciones que ella me empezo a provocar no las había sentido con nadie más, Kylie Jenner me estaba llevando al paraíso con tan solo su boca.

— ¡Kylie! ¡He llegado, Storm no tiene más pañales — se escucho la voz gruesa de Travis.

Weyes, feliz año atrasado.

Toxic Girl (KJ y Tu).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora