IV

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La música sonaba por el departamento a un volumen no tan alto. ¿Qué mejor que limpiar todo al ritmo de Seoul Town Road?; aquella canción era muy pegadiza y hacia mover mis caderas al compás de su melodía.

En la cama se encontraban todas las armas que la mayoría del tiempo estaban guardadas en unos cajones. Yo me estaba encargando de limpiarlas y de colocarle balas a algunas de ellas.
Una vez todas estuvieron bien inspeccionadas y lustradas, decidí guardarlas tal y como estaban antes.

Era martes, Namjoon no trabaja esos días y tampoco los jueves. Yo lo sabía pero por obvias razones fingí decepción cuando me lo comentó. Aunque despues de todo, quizás era buena idea no vernos todos los días; tal vez para no cansarnos el uno del otro.

La cama ya estaba hecha, los muebles ya estaban repasados, el baño ya estaba limpio luego de haberme duchado, la cocina también estaba limpia; ya había almorzado por lo que tuve que ordenar todo sí o sí.

Mientras terminaba de poner la ropa sucia en la lavadora mi teléfono comenzó a sonar.- Jimin.- Pensé soltando un suspiro; ese enano era muy molesto cuando quería.
Me sorprendí un poco cuando "Jefe" era la palabra que más se veía en la pantalla; realmente deseaba que fuera Jimin.

—Buenas tardes —sonreí aunque el contrario no lo notaría.

—¡Jin! ¿Cómo han ido las cosas? Se que debí llamarte antes, lo siento —hablaba de manera energética que hasta debía alejar un poco el teléfono de mi oreja.

—Oh, bastante bien. Es un blanco bastante fácil, ¿sabe? —el contrario rió—. Aunque...yo no sabía que tenía novio.

Nosotros no sabíamos ni siquiera que era gay —soltamos unas risas y luego nos quedamos en silencio. Él fue el primero en volver a hablar—. ¿Vas a acostarte con él?

—¿Puedo?

Sabes que sí, Jin. Pero conoces las reglas; nada de-

—Nada de sentimientos —lo interrumpí haciendole saber que conocía aquella "regla"—. Vamos, Lee. Ya no soy un adolescente, este es mi trabajo y voy a cumplir.

Solo quiero recordarte algo —yo escuchaba con atención y con algo de nerviosismo—. Namjoon no es como las personas que acostumbras a tener entre tus manos. Es joven, fuerte, ágil y eso podría complicar las cosas.

—Se lo que debo hacer y se que no puedo tener sentimientos con una de mis víctimas, eso suena absurdo.

Solo te lo decía por si acaso. Tal vez ya estabas embobado o enamorado —escuché su áspera risa y yo fingí que su comentario me había hecho gracia. Aunque realmente lo único que había conseguido fue volver mi mente un remolino. Yo no estaba enamorado de Namjoon; ni siquiera sentía algun tipo se sentimiento ¡Claro que no!

¿O sí?

—Tranquilo, yo veo a Namjoon como a todos los demas; alguien que no sabe lo que su destino le tiene preparado. Y aunque sea alguien inocente, debo hacerlo por mi propio bien.

Me enorgullece escucharte hablar de esa forma, Jin. Recuerdo cuando apenas emitías alguna palabra o lo inmaduro que eras —pude sentir su sonrisa sin siquiera verla.

—Ya he crecido, supongo que ya es momento de ser alguien más maduro, ¿no cree?

Claro que lo creo. Tienes razón, Jin —yo me quedé en silencio—. Bueno, llamaba para saber más que nada como te encontrabas y como te estaba yendo. ¿Te gusta la casa?

—La casa es muy bonita. Es pequeña pero es perfecta para alguien que vive solo —le di una vista al lugar, afirmando así mis palabras.

Estas en lo cierto, mi sobrino solo vive con la novia asi que es un tanto acogedora para ambos. Esperamos que no hagas tanto desorden

50 VECES ROSA // ~namjin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora