VI

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Hoy es el día.

Eran las 9:00 a.m y estaba en la cocina con una taza de café en mi mano. Pensaba y pensaba que debía hacer.

¿Y si aun es muy temprano? ¿Y si no siente nada por mí y solo piensa que quiero ser su amigo? O peor ¡¿Y si la tiene pequeña?! Malditas inseguridades.

Una vez terminé mi pequeño desayuno, lavé y sequé mi taza; era una linda tacita de un color rosa por fuera y negra por dentro; me sentía identificado con aquel pequeño objeto de cerámica.

Aun estaba en pijama; pijama que se basaba en un boxer y una enorme camiseta rosa flamenco.

Puse algo de música como acostumbraba a hacerlo y comencé a acomodar todo.
Hice mi cama, ordene mi ropa, junte la comida del día anterior.

Hice todo lento para que solo pasaran dos malditas horas.
—Aysh, es muy temprano aun —realmente era alguien impaciente.

Ramen fue mi almuerzo; no tenía ganas de cocinar asi que fue la primer y unica opción que tenía.

Mientras me quejaba por lo caliente que estaban aquellos fideos, decidí hacer video llamada con Jimin.
Tomé la laptop que había quedado en mi maleta e ingresé a Skype para contactarme con mi amigo.

—¡Jin, Hyung! —mi amigo gritando me hizo sobresaltar en mi lugar apenas respondió. Me aterrorice al ver su rostro golpeado.

—Jimin, ¿qué te pasó en la cara? —sonrió como un tonto.

Mi gatito se enojó conmigo —desvió su mirada triste—. Ahora está bañandose.

—Jimin, ¿por qué dejas que te golpeé? —fruncí mi ceño.

Es que simplemente lo hace, ¡pero es tan lindo! No puedo odiarlo, no puedo, no puedo ¡No puedo! —lo observé por unos segundos y solté un gran suspiro.

Estas mal, Jiminie.

—Juro que si te pone un dedo encima, lo matare. No estoy bromeando —lo miré bastante preocupado. Pero es que cualquier persona se preocuparía; Jimin tenía morado en el pómulo izquierdo, su belfo partido y unos raspones por encima de su ceja. Nunca lo había visto así.

—¡No! ¡No le haras nada! —abrió sus ojos demostrando la furia que había desatado en su interior—. ¡Él me ama y yo lo amo!

Quería decirle muchas cosas, pero como siempre, ninguno de los dos entiende o escucha asi que creí que sería mejor llamar en otro momento.
—Como tú digas, Jimin. Hablamos otro día.

—¡No, espera! —se acercó a la pantalla como si aquello evitara que cortara; aunque funcionó—. Yoongi me dijo que vas a matarlo hoy.

—¿Te dijo algo más? —pregunté nervioso ya que no quería que supiera mucho de aquella charla; me daba vergüenza admitir que le había pedido algún tipo de consejo.

Que ibas a cogertelo —respondió como si nada.

—¿Solo eso?

Sí, solo eso. Oh, mi lindo gatito terminó de ducharse —sonrió y dirigió su vista a otro lugar—. ¿Prometes llamarme cuando lo hagas? O cuando pase lo que sea que tenga que pasar.

—Lo prometo. Pero tú deberías prometerme algo también —me crucé de brazos y miré fijamente su rostro golpeado.

¿Qué cosa?

—Que te cuidarás. Por favor, no quiero perderte —me miraba de una forma atenta —. Se que discutimos muchisimas veces pero eres como un hermano para mí y para Taehyung.

50 VECES ROSA // ~namjin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora