XII

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Tres días habían pasado luego de aquel encuentro con Namjoon. Todo iba tranquilo y podría decir que excelente ya que estaba ideando un plan para acabar con aquel morenazo. Un nudo se formaba en mi estomago de tan solo pensar en aquello pero realmente no había mucho por hacer.

Veneno era mi herramienta mágica. Hacía unos días limpiando el departamento encontré un frasco con aquel liquido; era cianuro. La escena en mi mente era excelente pero no podía imaginarlo con el rostro de Namjoon.

"Bebía de aquel vaso tan tranquilo que ni siquiera podía sospechar ni un poco de lo que había sido vertido allí. La tos había comenzado con el pasar de los minutos y su rostro rojo suplicándome que lo ayudara solo me dejó sentado frente a él, observando la escena sin una pizca de remordimiento. Pasaron las horas y el cuerpo tieso tendido en el suelo comenzaba a molestarme así que voltee su cuerpo; no tenía rostro, no era nadie, no era él y no quería que lo fuera"

Ese era el momento en el que restregaba mis ojos y me olvidaba de esa mierda.

La alacena y heladera estaban casi vacías así que debía ir un supermercado por algo de comida, lo necesario para no volver a salir hasta el fin de semana.

Me coloqué las prendas que más rápido encontré y luego de tomar todo el dinero simplemente salí.

(...)

Los precios habían aumentado un poco. No tanto como para no pagarlos pero si lo suficiente como para notarlo. Todo lo que llamaba mi atención ingresaba al carrito y lo que no obviamente era ignorado.

Las ruedas de aquel carro se deslizaban con mucha facilidad por todos los pasillos pero frene en seco, moviendo algunas cosas del interior cuando vi a Hoseok allí. Odiaba a aquel tipo pero antes de que pudiera "escaparme" de allí me vio y su irritante voz se hizo presente.

—Que coincidencia, ¿no crees? —habló acercándose a donde yo estaba.

—Sí, lamentable coincidencia —sonreí falsamente, apenas mirandolo.

—Oh, que amargado te ves, querido, ¿alguien necesita un buen polvo?

—¿Por qué mierda me hablas con tanta confianza? —respondí frunciendo mi ceño, dispuesto a irme lejos de aquel tipo.

—¿Por qué no? ¿Tanta vergüenza te da que te hable así? —Ambos comenzamos a caminar, yo tratando de evadirlo pero el siguiéndome en todo momento—. Vergüenza debería darte acostarte con alguien como él.

—¿De qué hablas? —Frené el carro de nuevo y lo miré.

—Él ha dicho que podía conseguir a alguien mejor el día que terminamos, quería verificar si realmente había conseguido algo bueno pero...—me dio una mirada de arriba a abajo—...creo que me equivoque. 

Mis manos temblaban y mis ojos se desviaban al frente. El impulso de querer arrastrarlo de los pelos por todo el supermercado y reventar su cabeza con una de las puertas de alguna heladera me estaba consumiendo casi por completo pero ni mis pies ni mis manos podían moverse.

—Pero no te preocupes, dudo que alguien quiera estar con alguien como él. Tan tonto, tan inservible. Es una masa de musculo que no vale la pen-

No lo deje terminar, realmente no podía seguir escuchando su mierda. Mi preciosa y delicada mano se estrelló contra su rostro.
—¡No te atrevas a hablar de él así! ¿Quién te crees que eres? ¿Tanto te dolió que ya no te quiera en su vida? —Hablaba fuerte y eso llamaba la atención de algunas personas, incluyendo a la seguridad del lugar—. ¡Quierete un poco y deja a mi Namjoon en paz! —Iba a darle otro golpe pero la mano del guardia me detuvo.

50 VECES ROSA // ~namjin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora