Parte 21 Contigo siempre.

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Aromas, cada objeto en este mundo tiene su propia esencia. Ninguna es igual a la otra todas son diferentes y todas se manifiestan de diferentes formas, algunas tienen un agradable aroma otras no tanto pero cada uno tiene su propia característica.

Las persona también tienen una aroma único, algunos lo llama feromonas, otros lo llaman la esencia del alma y otros dicen que tal cosa no existen.

Sin embargo la verdadera esencia de una persona no puede ser vista por los ojos, es algo especial. Una persona puede pasar toda sus vida sin darse cuenta que lo tiene, hay quienes llegar a darse cuenta que la persona a su lado es la preciado toroso en cambio hay otros que pueden pasar toda una vida buscándolo pero nunca lo encontraran.

Dos llamativos personajes arribaron al puerto de Muelle de Loto con una sonrisa en sus rostros.

Los pecadores que los vieron llegar no pudieron evitar contemplar la belleza de aquellos dos jóvenes. Ambos tenia idénticas apariencia casi parecían la misma imagen de un espejo pero si los miraba atentamente tenía pequeña diferencias.

El que parecía el mayor tenía una apariencia delicada como la de un fino jade .Sus largos cabellos negros caían como hilos de tinta sobre su espalda resaltando su era piel blanca y unos orbes  violeta llamativo.

Su sonrisa era cálida como una suave briza primaveral que traía calma a quien la viera pero al mismo tiempo sus labios rojos invitaban a la perdición como un fruto prohibido.

El segundo tenia la misma belleza celestial que el primero pero sus ojos eran un color dorado oscuros, su rostro no parecía tan delicado debido a que tenia sus cejas fruncidas pero su aspecto molesto le daba un toque adorable. Sus sedoso cabellos negro estaban en parte atados con alta corona mientras que la otra parte caída sobre su espada de forma libre .

Ambos jóvenes de no más de 15 años llevaban túnicas blancas con bordados morados. En sus frentes portaban una distintiva cinta con patrones de nubes mientras que en su ropa estaba el emblema de la secta Yunmeng Jiang.

—Muelle De Loto nunca cambia— Dijo el mayor

— ¡Solo nos fuimos por un año! ¡Es obvio que nada ha cambiado!— El menor rodeo los ojos con fastidio. 

El mayor no se molesto por la actitud de su hermano menor, en cambio una sonrisa algo peligrosa se formo en su labios —Apurémonos, escuche que algunas ratas se filtraron en la secta.

La actitud del menor cambio de repente cuando escucho esas palabras – Tienes razón.

Ambos hermanos dirigieron a las puertas principales de la secta Yunmeng Jiang , su llamativa apariencia provocaba que cada persona que pasara se detuviera a mirarlos como si dos inmortales hubieran descendido a la tierra.

Algunos alfas y omega que fueron cautivadores por aquellas bellezas e intentaron sentir su aroma para saber si tenía oportunidad pero se sorprendieron al descubrir que no percibían nada de ellos.

— ¿Serán Betas?— murmuraron algunos.

— ¡Que importa si lo son! Son tan guapos.

Ambos jóvenes ignoraron los chismes sobre sus personas y atravesaron las puertas de la secta. Algunos nuevos discípulos estaban a puntos de detenerlos al no reconocerlos pero antes de que pudieran hacer algo basto una mirada seductora de ambos hermanos para que los dejaran atontados.

Con pasos silenciosos ambos hermanos ingresaron a la residencia principal atravesando sus elegantes pasillos hasta llegar a una determinada sala y como si fueran el viento que soplaba abrieron las puertas.

AromasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora