Holy Kiss

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Contaba los minutos y segundos en los cuales lo único que pude hacer fue pensar en ellos labios, esos benditos labios que le había otorgado Dios.

Estaba perdido, malditamente perdido en ella, de todas las mujeres de las que podría haberme caído de rodillas, tenía que ser una estudiante de escuela de monjas, mejor dicho la mejor estudiante de esta academia.

Podría sonar como un completo pervertido pero es lo que soy; un jodido pecador, tuve tantas tentaciones que ninguna de las frutas que he probado en mi vida, ninguna de ellas la estoy deseando como la deseo a ___. Una fruta completamente pura, el maldito fruto prohibido en propia carne y hueso.

Cualquiera de los que están fuera de este lugar estarían dispuestos a morderla, probarla.

Pasar mis clases junto con ella con mi anhelo de tenerla solo para mi era lo único que hacía. Notar como otros chicos la miraban con los mismos ojos que yo, el tema, es que ellos no saben que es mía, ni siquiera ella sabe que es mía.

¿Parezco un psicópata? Si, lo parezco, pero verlos tener la misma chica en mente me estaba sacando de mi lugar, pero aún que ellos quisieran probarla, yo ya había tocado sus labios con mi bendita lengua, y tenían un delicioso sabor a cereza que hubiera probado a fondo si ella no me hubiese suplicado soltarla.

Lo que fue para mi escucharla jadear cuando pasee mi lengua en su labio inferior, oír su súplica cuando su cuerpo deseaba que la probará. Ni siquiera había puesto resistencia, cuando la había soltado se había quedado solo un par de segundos en la misma posición.

Tener un santo beso con ella era mi misión principal, pero mi problema es que no quiero tocarla, no por miedo, quiero que se entregue completamente a mi, no solamente en cuerpo, la quería con su alma, ¿Por qué quiero el paquete completo? Porque me encanta, con los pocos días que llevo aquí se que es un ser de luz, tan pura que no podría ni siquiera dudaría en defender a alguien si es dañado, por más que haya cometido un error.

Mi corazón se había enternecido el día en que me salvó de esos estupidos azotes del sacerdote, que posiblemente se la jala pensando en cada una de las adolescentes que se arrodillan en esa inútil iglesia, no soy creyente, eso está más que claro. Pero no lo soy por el hecho de que "la biologia" dice, no, simplemente, ¿Por qué creería yo en alguien que tacha al sexo como un tabú, donde la homosexualidad es lo peor de la faz en esta tierra? Podría pasarme horas diciendo las cosas incorrectas de las que habla la biblia.

Mi intención no es faltarles al respeto, pero lastimosamente, varios cristianos me han faltado el respeto por las decisiones que he tomado en mi vida, ¿Por qué amar a un Dios que no me ama lo suficiente como para protegerme?
Simplemente es una pregunta que jamás será respondida.

— Jeongguk.

Salí de mi cabeza cuando el chico rubio que se me acercó el otro día se sentó junto a mi en el patio donde estaba tan sumido, observando el verde césped.

— Jimin.

Este chico era otro santo al igual que mi querida ___, pero para mi mala suerte, el también estaba tan enloquecido con ella. No me lo dijo, pero lo noté ayer cuando ___ le entrego uno de sus dulces -que parecía ser su favorito-, sus mejillas se habían tornado del color que tomaba ___ cuando la miraba fijamente.

Quería preguntarte si tu, viste a ___ —sus mejillas ya tenían tinte rojo con solo decir su nombre.

— No, de hecho pensaba ir a buscarla, necesito que me ayude a retomar las clases para tener todo completo, sabes que entre hace menos de dos semanas.

Era la verdad, pero por la razón que ella me evitaba y trataba de estar lo más ocupada posible no podía pedirle ayuda siendo que la necesito, aunque suene como una excusa para tenerla nuevamente cerca.

— Te ayudo a buscarla, digo, ambos la necesitamos...

No creo que la necesites más que yo, tienes más de mil para elegir, ella ya tiene una serpiente cuidandola.

— Esta bien —solte finalmente levantandome del césped con él.

Ambos caminamos por todos lados sin encontrarla, ni siquiera la chica que está con ella la mayor parte del tiempo, ¿Lisa se llamaba no? No lo recuerdo bien pero es una rubia.

Suspire y abri las puertas de la iglesia, observandola allí, arrodillada frente a uno de los bancos principales, ¿Por qué esta rezando? En cierta parte, ella era la única en este lugar.

Abri mis labios para lanzarle algún comentario pero Jimin se me adelantó diciendo:

— ¡___! Te estuve buscando junto con Jeongguk.

Al escuchar mi nombre me miró y se sonrojo casi instantáneamente logrando que yo sonriera ladino por el simple hecho de sonrojarla, es tan preciosa, ¿Donde estuviste en el tiempo que yo estaba pecando?

Me acerqué caminando con lentitud hasta dar con ellos dos, viendo el cuerpo de ___ temblar sutilmente.

— ___, necesito que me prestes tus libretas hasta el lunes y que me ayudes con cosas que no entiendo, tal vez no entienda tu letra.

Me excuse y ella habló con su voz tan bonita:

— Bien, deja que ayudo a Jimin primero y luego llevo mis libretas a tu habitación.

Y iba a esperarla, tan ansioso que mi apetito por darle un santo beso podría esperar.

My Oh My -j.jk-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora