No sabía que decirle, ¿Una salida? No conocía ninguna otra armas de la puerta principal.
Al no responderle y negar con mi cabeza, Jeongguk se levantó del césped y yo tambien con intenciones de seguirlo a donde sea que fuera.
Me sentí observada por lo que me giré dándome cuenta de que Jimin me miraba. Alzo su mano saludandome y yo hice lo mismo.
¿Estoy enojada? Si, pero eso no significa que voy a ignorarlo cuando el me hable o me salude, no soy de ese tipo de persona. Se que me sentí mal, pero no puedo, es feo que te ignoren.
Camine con Jeon hacia el edificio principal y nos dirigimos a las escaleras. Hoy era viernes y estábamos en nuestro horario libre antes de volver a las clases.
Nos dan 2 horas para prepararnos y hacer alguna tarea si es que olvidamos hacerla. Entonces teníamos tiempo para buscar esa "salida", pero tengo una pregunta,
— Jeongguk, ¿Como es una fiesta?
Escuche un hm, de su parte y luego dejo de subir hasta que llegue a su lado y continuamos subiendo al mismo nivel, llegando al segundo piso.
— Pues... —continuamos subiendo hacia el tercer piso, donde se encontraban algunos armarios con comidas o utensilios, entre otras cosas necesarias por si se acaban— Una fiesta es un lugar lleno de personas donde, bailan, cantan, beben alcohol —arrugue mi nariz al oír la palabra alcohol, ¿En serio hay gente que bebe alcohol?—, fuman y lo pasan bien con amigos.
— ¿Irán amigos tuyos?
— ¿Piensas cambiarme?
— ¿Por qué te cambiaría?
De reojo vi como sonreía y sin responder seguía subiendo.
Pasamos del piso tres hasta el cinco, donde se encontraba la campana que tocaban cuando era hora de entrar. Gracias a la vista podíamos ver perfectamente todo desde ahí arriba.
Podría decir que las murallas tenían al menos unos 6 metros de alto.
— ¿Enserio nadie nunca se escapó?
Negué y me apoyé en el borde para así observar todo lo que era este lugar. Las murallas y los techos de los edificios construidos en este gran terreno.
— Nadie nunca, ni siquiera el más rebelde que estuvo alguna vez aquí... —dije con nostalgia recordando a Min.
— ¿Hubo alguien así además de mi? —asenti y deje mi mentón sobre mis brazos, notando unas rejas circulares en una de las murallas. Abri bastante mis ojos— ¿Como se llam..
— Mira, —apunte a una muralla cercana al edificio donde los chicos duermen— hay una reja ahí, probablemente es una de las que quita el agua cuando esa zona se inunda.
— Genial, ¿Vamos a ver?
Una vez que llegamos al primer piso caminamos en busca de ir a ese lugar por medio del patio pero Lisa se puso frente a mi con una sonrisa maliciosa.
— ¿A dónde van? —pensé en una mentira pero Jeongguk hablo por mi.
— Vamos a un lugar secreto, si vienes te digo lo que planeamos —alzo las cejas un par de veces sonriendo. ¿Por qué siento enojo?
Lisa fue en todo el camino con la boca cerrada, escuchando cada palabra que salía de la boca de Jeon, quien le explicaba sobre la fiesta y sobre un chico llamado Taehyung.
Por lo que supuse, el chico debe de ser un amigo suyo.
Con cuidado nos escabullimos por el costado del edificio y nos dirigimos a la reja que estaba unida a una canaleta por donde yo supongo pasa el agua.
— Esto es genial —esbozo una sonrisa y se acerco parándose en la canaleta seca para tocar las rejas—. Ustedes aquí ¿Tienen algún tipo de herramientas?
Mire los grandes tornillos que unían la reja al túnel y pensé en las llaves que habían en uno de los armarios del piso tres.
— Hay llaves en un armario del piso tres, podríamos buscar ahí —dije mirandolos. No tendría que estar ayudando a Jeongguk, pero la curiosidad por salir de aquí me hace ayudar.
— Yo voy a buscarlas, traeré las mas grandes.
Lisa se alejó corriendo dejándome a solas con el mayor a nosotras.
Suspire y me acerque a él, observando bien los tornillos. Si esto iba a ser una salida, tenemos que evitar que sospechen que salimos de ahí...
Me quedé pensando mientras veía como Gguk tiraba de las rejas sin conseguir quitarlas, dando un quejido por la fuerza que estaba aplicando.
— Si esto sale bien, ¿Volveremos a salir de aquí? —pregunte haciendo que voltee a verme.
— Obvio que si, ¿Hace cuánto tiempo estas aquí?
— Desde que tengo diez años.
— ¿¡Diez años!? ¿Cuantos años tienes ahora?
— Tengo 17, casi 18—susurre mirando el túnel para saber que hay al otro lado, viendo bastante color verde y otros colores que son cálidos.
— ¿Llevas casi 8 años aquí? Te perdiste tantas cosas —dijo—. Casi lo olvido, la fiesta es de disfraces —sonrio ladino y yo ni siquiera supe que decirle ya que no tenía disfraz alguno.
— No tengo disfraz.
— ¿Tienes un traje de monja?
— Tengo dos.
— Luego me los das y te los mejorare para que seas la monja más "linda" que puedan ver.
Por algún motivo, sentía que detrás de ese mejorare había algo más.