Frunci el ceño siguiendo a Jeongguk por todos lados hasta llegar detrás de la iglesia donde había una enorme muralla y un espacio más que reducido.
— ¿Qué? Estoy enfadada aún...
Susurre cruzando mis brazos mirandolo notando lo serio que estaba mientras paseaba su lengua por la cara interna su mejilla para luego chasquear su lengua.
— Quiero pedirte perdón por lo del otro día, no me gusta que mi Angelita esté enfadada —sonrío ladino haciendo que mis mejillas ardieran, ¿Por qué me causas esto?
— ¿Tu Angelita? Yo no soy de nadie —murmure con mi mirada baja evitando que viese el color que tomaban mis pómulos.
Vi sus pies acercarse y senti su mano alzar mi mirada por el mentón, dejándome cara a cara con él. Trate de mantenerme al margen pero no podía, sus ojos eran tan...
— ¿No eres mía? —senti como un escalofrío recorría todo mi cuerpo. Cerre mis ojos y aparte mi rostro de su mano con intención de que se fuera luego de mi rechazo, pero no sucedió.
Sus manos se colocaron en mi cintura como aquella vez hace unos días y yo llevé las mías a sus brazos con algo de fuerza, tratando de apartarlo.
— No soy tuya, yo no soy de nadie —dije fingiendo hacerle frente cuando estaba aterrada, mejor dicho, ansiosa. Esa pequeña pecadora que apareció en mi cuando nos besamos estaba diciéndome déjalo tocarte pero mi otra yo se negaba completamente.
Retrocedi hasta chocar contra la pared y frunci ligeramente el ceño, jadeando al tener su aliento chocando contra la comisura de mis labios.
— Entonces... ¿Quieres ser mía?
— No soy un objeto Jeongguk.
Apreté más su agarre y me gire a verlo con cierto enfado aunque en el fondo había saltado cuando pregunto.
— Mis disculpas —se acerco mucho más, acelerando cada parte de mi—, reformulo, ¿Te gustaría pecar con este demonio? —abri mi boca para contradecir lo que pudiera pero mis dedos se enterraron más en sus brazos cuando sus labios se impactaron contra los míos.
Cerre con fuerza mis ojos pensando en separarme pero no podía, ninguna parte de mi cuerpo hacía caso a mi cerebro.
Mi agarre se hizo más débil y el suyo más fuerte atrayendome a él, logrando que mis pies se pusieran de puntillas para poder dejarlo probar más de mi, esto me gusta, esta mal.
Sus labios tan dulces se separaron de los míos y su lengua se paseó por entre mis labios como si pidiese permiso para entrar en mi boca.
— J-jeongguk.
— Perdóname, ____ —un choque eléctrico fue lo que sentí cuando nos miramos a los ojos mutuamente mientras sus brazos me rodeaban abrazandome por la cintura, sin dejarme pararme bien en el suelo.
— T-te perdono...
No sentía este tipo de cosas desde ese chico tan rebelde que se saltaba las normas aquí, ese chico que un día se fue y que jamás regreso.
Mentiría si dijera que no tenía miedo, porque lo tenía.
Estaba haciendo cosas indebidas detrás de una iglesia, besandome con un chico que habra cometido más de un pecado.
Ahora me encontraba en esa misma Iglesia, pidiendo perdón por todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor.
¿Que pasaría si algún día me encuentran con él dándonos un beso? Lo van a dañar, tengo miedo de ellos, tengo miedo de que lo golpeen como esa vez.
Desarrolle tanta debilidad cuando conocí a Yoongi, nunca nos besamos, jamás fuimos más allá de abrazos y mimos, él era... era tan tierno, detrás de esa capa de chico tan malo era demasiado dulce conmigo.
Mis piernas se apagaron a mi pecho y mis brazos las rodearon para dar paso a mi sollozar, me sentía tan mal al recordarlo, sabiendo bien que aún esos pequeños sentimientos estaban a pesar de haber pasado ya 3 años sin verlo.
¿Seguir y buscar a alguien más? Eso suena a usar a una persona pero, me gustaría continuar, me gustaria conocer más a Jeongguk, me hace sentir como me hacía sentir Yoongi pero es... es diferente. Jeongguk es una mezcla entre rudo y tierno a la vez.
¿Esta mal? ¿Y si me enamoro de él y también se va de aquí? ¿Y si jamas nos volvemos a ver luego? Estoy tan asustada al pensar en esto. ¿Por qué me gustan este tipo de chicos? ¿Por qué no me gusta Jimin? Si él es tan dulce, no lo comprendo, no te comprendo corazón.
Alce mi mirada y me limpie mis lagrimas para levantarme del asiento e salir como si no hubiera llorado, dando una sonrisa a todos ahí afuera, viendo a Jeongguk dormir en el pasto del patio.
Me acerqué y me senté con mis piernas cruzadas, dejando mis codos en mis rodillas para verlo bien. Relájate ____, empieza de nuevo, desde cero.
— Angelita —¿Como supo que soy yo?—, tengo algo que decirte. —abrió un ojo y yo alce una ceja como interrogante— En dos días tengo una fiesta y, planeo irme de aquí —las últimas palabras las susurro—, quiero que vengas conmigo, además... conoces bien este lugar, quiero que me digas donde hay una salida donde podamos irnos.