Al llegar a su casa, Dib se sentía como la persona más confundida del planeta. Zim había estado... coqueteando con él, y no se había dado cuenta. Pero... era necesario que toda la eskuela se enterase? No le quedaba claro, pero todavía tenía la sospecha de que era algún plan detallado que todavía no había podido descifrar, Zim tenía las más alocadas ideas, después de todo.
Aún ligeramente sonrojado, fue a alimentar al Gato Espacial.
—Flerken...?
El pequeño fenómeno azul se acercó al humano, ronroneando alegremente, y este se agachó a acariciarle. Podía ser un amor de mascota, cuando no tenía 12 metros de altura y cinco bocas con dientes enormes.
Luego de asegurarse de que el Flerken no le había quitado más que las mangas de la gabardina, fue a su habitación, probablemente a dormir, como siempre. Debía descansar su mente antes de que se le ocurrieran más cosas extrañas respecto al Chico Espacial.
Se durmió rápido.
[...]
A Dib le gustaba el otoño, la considera la mejor época del año. La hojas se ponen rojas, y hace frío, pero no tanto. Eso era algo que a Dib le gustaba también. El frío le daba más razones para usar la infame gabardina negra. Pero eso no era todo. Le daba una excusa para faltar a clase a veces, y no tener que soportar a sus compañeros. Incluyendo a Zim.
Se encontraba sentado en clase. No había nadie, y él simplemente miraba el paisaje de afuera, el patio de la eskuela. Había mucho viento, por lo que todos se habían retirado temprano, se acercaba una tormenta.
Sintió una mano sobre su hombro, y al voltear, vio al alien. No tenía su disfraz, pero sí un abrigo rosa y una bufanda. Al encontrarse con su mirada, una de las antenas del alien tembló ligeramente. Tenía una expresión tranquila, lo cual era extraño.
En ése momento, escucharon un relámpago. El de piel verde se sobresaltó, y corrió a esconderse debajo del escritorio de la Sra. Bitters.
Dib fue a verlo, y se encontró con el alien, ahora su rostro rebosaba de pánico. Y temblaba. Mucho.
El chico de gabardina le extendió una mano.
Caminaron juntos en silencio, hasta llegar a casa del alien. Entraron los dos, y Zim se quitó la bufanda y el abrigo, quedando con su uniforme de invasor de siempre.
Se encontraban los dos en el sofá, muy cerca uno del otro. Dib sabía que algo estaba fuera de lugar, pero no sabía qué.
Se abrazó al más pequeño, y se sintió...
Feliz.
Extrañamente feliz.
Zim correspondió su abrazo, acurrucándose junto a él.
Entonces despertó. No sobresaltado, ni en sudor frío, simplemente despertó. Pero tardó un momento en darse cuenta de que no estaba en casa de Zim, y que hacía más frío del que debería.
Se sentó en la cama, para notar que su ventana estaba abierta. Y escuchó algo caer.
Zim estaba del otro lado de la habitación, con su expresión de sospecha como siempre, sentado en su escritorio con los brazos cruzados.
—Zim...?
—Ése soy yo.
—Qué haces en mi habitación... a las dos de la mañana?!
—Vine aquí ayer, a las nueve, y tu hermana me recibió. Estuve esperando a que despertaras para asustarte. Pero perdí la motivación hace dos horas.El alien habló con sus gestos exagerados de siempre.
—Pero entonces por qué sigues aquí?— dijo el humano, con cara de sospecha.
—Te ves bien cuando duermes.— Zim le respondió con monotonía y sinceridad.Y Dib recordó su sueño. Su rostro inmediatamente se encendió de la vergüenza.
—T-tienes que irte, a... ahora!
Dib se levantó tan rápido como pudo para empujar al alien fuera de su habitación.
—No! No voy a irme ahora! Está lloviendo!
—Mejor para mí! Solo quémate de una vez!
—NO!El alien empezó a empujar al chico también, y tropezaron. El alien cayó sobre el chico, y al darse cuenta, su cara se volvió a ruborizar, fuertemente.
Su rostro estaba tan cerca, y sintió su respiración ligeramente agitada. El humano dejó escapar un sonido, que si hubiera sido cualquier otro en lugar del alien, lo hubiera malinterpretado. Pero el Chico Espacial simplemente lo tomó como un gesto de cansancio.
—Quítate!— habló el humano, para romper la tensión. Empujando al chico alien a la vez.
Este se levantó y se dirigió directo a la cama de Dib, se acostó y se acurrucó entre las sábanas.
—Oye, Dib-cosa, cierra la ventana— le ordenó desde debajo de las sábanas.
Dib se levantó indignado, salto sobre la cama, y a la vez ese bulto que era Zim, cerrando la ventana de un empujón.
—Hey!
—Te lo mereces, estúpido alien!
—Ni siquiera te hice nada!
—Ha! No necesito que me hagas nada para saber que eres un alien malvado, y te mereces cada cosa que se te suceda.A esto, Zim se abalanzó a Dib, molesto, y lo inmovilizó sujetado sus manos a cada lado de su cabeza.
Al darse cuenta de la sugestiva posición, al menos para él, Dib empezó a moverse, tratando de liberarse, pero el invasor era fuerte, y se sentó sobre su estómago para asegurarse de que no lo pateara.
—Victoria para Zim!
El de piel verde lo miró sintiéndose confiado, y provocó otro sonrojo al chico, que empezaba a darse cuenta de varias cosas.
—Zim-
—Ahora que he ganado, tendrás que hacerle un favor a Zim.
—Q-qué?!
—Tendrás que sonreír!El humano suspiró aliviado, aunque no sabía que debería haber esperado de alguien como Zim.
Supuso que... no estaría mal darle el gusto a Zim... por una vez en su vida.
Se relajó, sus mejillas quedando suavemente coloradas esta vez, y esbozó una sonrisa. Sin embargo, todavía estaba incómodo por la situación, por lo que su sonrisa parecía... tímida.
El alien quedó completamente quieto. Seguía sujetando fuertemente a Dib, pero al mismo tiempo, admiraba al humano. Tan incómodo por la situación, tan agitado y...
Lindo.
Le costaba admitirlo, pero debería.
El humano realmente era lindo.
Y no sabía que hacer con esta información. Así que solo disfrutó del momento.
Dib, por su parte, notó lo semejante que era esto a su sueño. Y se sintió terrible por no hacer nada al respecto. Se sintió terrible por estar tranquilo, cuando un fenómeno del espacio lo estaba sujetando contra su cama, a las dos de la mañana...
Oh.
Oh.
Sintió un escalofrío recorrer su espalda. Esto le gustaba.
Se levantó rápido al darse cuenta de que el alien estaba distraído. Dejándolo tirado y confundido, sobre las sábanas de su cama.
Fue directo, al baño. Se desvistió y encendió la ducha, con agua fría.
Debía despertarse. No podía estar pasándole esto.
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« d r a b b l e s » [ZaDr]
Fanfictionsólo un libro de drabbles de Invader Zim. disfruten! <3 -Invasor Zim pertenece a Jhonen Vasquez Este es mi primer libro de fanfics de Invasor Zim, disfruten! Portada hecha por mí ^^ Creo que debi avisar por adelantado.. habrá spoilers de los comics...