Voodoo doll - 04

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El pequeño alien despertó, con una confusión, no recordando bien en donde estaba. No tardó mucho sin embargo, en darse cuenta que estaba en una extraña cápsula, que estaba demasiado empañada para ver a través del vidrio.

Recordó lo último que había visto antes de dormirse. A Dib sonriéndole para apoyarlo, ante sus nervios por el procedimiento.

Pues, había sido un éxito, dado que ahora mismo se encontraba en su cuerpo.

Tanto había extrañado esto... por fin ser él mismo una vez más, se sentía increíblemente feliz...

Notó que su cuerpo estaba en condiciones excelentes, lo que significaba que el humano realmente se había esforzado para devolvérselo en el mejor estado posible.

Al recordar al humano, empezó a darle curiosidad... dónde estaba?

Golpeó ligeramente el cristal de su contenedor con su dedo, y pudo visualizar una figura acercándose.

Este limpió el cristal desde afuera, revelando ser el mismísimo Dib, que al ver sus ojos rosados sonrió con un toque de emoción.

Se alejó por un momento, para abrir la cápsula, supuso Zim, y efectivamente, vio que la mitad del contenedor se desplazó hacia afuera, saliendo un poco de vapor junto con el aire, y exponiéndole al mundo, una vez más.

Volvió su mirada hacia un lado, para encontrarse con la de Dib, que lo observaba con tal admiración, y se le acercaba despacio, para no exaltarlo.

Se agachó un poco para quedar al nivel del alien, y poder examinarlo cuidadosamente. Hasta darse cuenta de que...

Volvió su mirada rápidamente para aclararse la garganta, haciendo que el más pequeño se diera cuenta, de que estaba completamente... expuesto.

Se sintió avergonzado, aunque sabía que el chico alto probablemente ya lo había visto así antes una de las veces que experimentaba con él, y eso le provocaba más vergüenza y un poco miedo al mismo tiempo.

Aunque un poco era quedarse corto.

Le dio pánico. Aunque solo haya sido por un momento.

Al volver a levantar la mirada, vio a Dib extenderle una pequeña prenda color pastel.

—Destrocé tu traje de invasor hace tiempo... espero que... no... te lo tomes a... mal. Por eso traté de conseguirte algo sabes? Así me disculpo por haberte caus-

Zim solo se la arrebató de un tirón, cortándole el discurso a Dib, y se lo puso.

Era una bonito suéter, y un par de jeans ambos pequeños. Le quedaban bastante bien.

—G-gracias... Dib...

Su voz apenas salía y era bastante ronca, por no haberla usado hace un largo tiempo, supuso.

—Hey, no te esfuerces mucho- te duele la garganta? Puedo conseguirte algo frío para refrescarla.

—N-n...o...

—No es problema, en serio! Pero... tienes que prometerme que no vas a salir de aquí... por favor.

No le sorprendía, se esperaba algo así de Dib. Aunque lo haya devuelto a su cuerpo, no era garantizando su libertad, o por lo menos, no todavía...

Pero... estaba siendo muy tranquilo y amable, sin contar sus ataques de ansiedad ligeros... así que no le vio mucho problema.

[...]

Dib salió en camino a un café, y pidió algún frappe bien dulce para llevárselo a su pequeño compañero.

Se sentó en una de las mesas a esperar, mientras observaba hacia afuera, a los vehículos que pasaban, cada uno más violento que el otro.

« d r a b b l e s » [ZaDr] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora