Black Crush - 02

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Dib seguía allí, parado en la terraza de un edificio, alrededor de medianoche, el viento soplando alrededor de ellos, y la luna pintando todo de azul.

Zim se le había confesado.

O lo que vendría a ser el equivalente alien de una confesión de amor.

Una confesión de odio. Odio romántico.

Ni siquiera sabía que llegaría a existir algo así.

Estaba en blanco, no sabía que decir ni pensar. Era muy complicado.

Él odiaba a Zim, de eso estaba seguro, pero no sabía si era el mismo odio que Zim sentía por él.

Realmente, pensándolo a profundidad, su relación era bastante formal. Para ser una de odio.

No iba a negar que Zim era un parte importante de su vida, y aunque había días en que lo único que deseaba era disecarlo, no tenía idea de qué haría si el desapareciera de sus vida.

Nunca se había puesto a pensar de su relación de esta forma. Pero...

Zim era importante para él, y no habría daño en intentar su extraño noviazgo basado en odio. A pesar de que no estaba seguro de que le gustara el concepto general.

Estaría aceptando salir con Zim, en cierta forma. Y aunque no era lo peor que le pudiese ocurrir, era algo considerablemente grande.

Notó que no decía nada, cuando Zim empezaba a entrar en pánico. Parecía haberse arrepentido de su confesión.

Mierda, siquiera importa tanto?

Podría intentarlo.

—Zim... yo em, no sé muy bien si soy capaz pero... podría... intentarlo.

Los ojos rosados del alien se iluminaron, y se acercó al humano.

—Entonces... me odias?

—S... si, claro que te odio.

No entendía porqué estaba tan nervioso, era por el hecho de ser ahora el... cómo lo había llamado Zim? Kissme... era algo así.

No tuvo tiempo para pensarlo demasiado porque el más bajo lo agarró del cuello de su gabardina y le plantó un beso, más suave de lo que esperaba.

—Ahora eres mi kismesis, Dib-larva.

Habiendo dicho esto, se fue corriendo, casi dando saltitos de la alegría.

Nunca termina de sorprenderme...

Ahora se encontraba solo, en la cima de uno de los edificios más altos de la ciudad. Si se acercaba al borde podría ver todo en luces.

Se quedó observando por un rato, y decidió volver cuando iban a dar las tres, tenía que dormir por lo menos un poco.

[...]

Con apenas tres horas de sueño, no se espera un muy buen rendimiento académico. Dib era consciente de esto, por lo que no paraba de pensar en mil y un formas de estrangular a Zim después de clases.

No se dio cuenta hasta el segundo periodo de que lo único en su mente era "Te odio, Zim" y sintió su rostro arder cuando lo notó.

Maldita sea! Tan rápido?

No podía creer que ya empezara a entender mejor su extraña relación. Todo tendría que haber seguido normal, tal vez con la excepción del beso de la madrugada, pero ahora, estaba seguro de que Zim le había convencido de algo demasiado extraño.

A la hora del almuerzo decidió hablarle sobre ello.

—Zim.

—Dib-bestia.

« d r a b b l e s » [ZaDr] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora