6| Primera misión

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Menma soltó un bostezo por el aburrimiento que sentía. Había sido llamado a la torre Hokage por su papá de ese mundo, porque, según él, tenía un tema que muy importante que conversarle. Solo esperaba que fuera rápido, no quería llegar tarde a la práctica de kunai de Hima. No es que tuviera interés en ir, es solo que lo había prometido y no era alguien que faltara a sus promesas.

– Uno, dos, tres, uno, dos, tres – murmuraba haciendo un ritmo.

Entonces un bullicio se escuchó desde el fondo del pasillo, era el actual equipo siete y como se esperaba, quien venía quejándose en voz alta, era Boruto.

– ¡qué digo que no tengo tiempo para misiones, Maestro Konohamaru! ¡Tengo que entrenar el rasenngan, dattebasa! – se quejó. Cuando ambos chicos de ojos azules miraron se miraron con el mismo grado de desagrado – ¡¿y este que hace aquí?!

– esperando al Hokage, tenía que algo que hablar conmigo – Sarada se adelantó al rubio saludando al azabache.

– hola Menma – saludó ignorando la rabieta de su compañero – ayer no terminamos de hablar.

El azabache solo se rascó la cabeza con un gesto nervioso.

– perdón, tenía que ir a ayudar al maestro Shino a la academia – sin querer si mirada fue a parar en el integrante que estaba más atrás, pero tan rápido como su mirada se cruzó con la de Mitsuki prefirió apartarla.

– ah sí, el me comento que lo estuviste ayudando con las prácticas de shuriken, kore – Menma asintió a lo dicho por Konohamaru.

La puerta se abrió y Shikamaru salió para indicarles que ya podían entrar.

El mal llamado extranjero, vio sorprendido el pésimo estado en el que estaba el Hokage. Su piel estaba más pálida y sus ojeras estaban más pronunciadas desde la última vez que se vieron y en su escritorio se podían ver algunas manchas de café. Miró a los otros que estaban con él y notó que nadie parecía darle importancia a eso, como si aquel intenso estado de fatiga fuera muy común en su padre, ni siquiera Boruto parecía que le importara, cosa que le indigno de sobremanera.

– Bueno, los llamé este día para encargarles una misión.

Las respuestas no se hicieron esperar: Sarada y Menma se miraron confundidos, Boruto parecía molesto con aquello, Konohamaru solo suspiró y Mitsuki no mostró ninguna otra expresión aparte de su sonrisa.

– sé que tan cerca de los exámenes es algo extraño, pero por los preparativos de los mismos no tenemos suficiente personal disponible – argumentó – Menma – miró ahora al joven azabache con una leve sonrisa, quizás había notado su rostro perplejo al entrar – esta es una buena oportunidad para que puedas entretenerte, mi intuición dice que trabajaras muy bien con ellos.

– lord ho...

– ¡¿Cómo crees que podríamos trabajar con él?! – Interrumpieron Boruto y Menma al mismo tiempo.

– además él... – Boruto miró al más bajo con sospecha.

El azabache se sobresaltó recordando el incidente de la mañana. ¿El Hokage sabía que estuvo a punto de perder el control de su chakra? La expresión calmada de su rostro no mostraba signos de saberlo. Sasuke no debió habérselo dicho.

Naruto levantó una ceja y continuó.

– piensas que por no haber entrenado antes con ustedes será un problema, pero lo conozco lo suficiente para saber que posee una gran capacidad de adaptación – el rubio menor quiso protestar, pero chasqueó la lengua y se quedó callado. Boruto parecía contener palabras venenosas en su garganta, conteniéndose apenas.

Como un espejo DistorsionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora