7| Hora de visita

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Cuando estuvo frente a aquella puerta de color rojo una vocecita dentro de su mente le dijo a Sasuke que diera media vuelta y se fuera por donde había venido, que era mejor alejarse de los niños, pero simplemente no podía hacerse el desentendido, no cuando era sobre su propia sangre. Al menos así intentaba justificar la curiosidad que sentía hacia esos dos niños que llegaron desde una tierra muy distinta.

Tres toques a la puerta fueron suficientes para que el sonido de pasos acercándose se hiciera presente. Pero la persona que abrió fue justamente la que menos deseaba ver.

Dos ojos fríos como glaciales lo estudiaron con minuciosidad, una mirada que lo sorprendió un poco, pues nunca creyó que la vería en una persona como Hinata, no con la personalidad sumisa y delicada con la que la había "conocido".

– Naruto no está aquí – dijo con monotonía su voz era como la de un robot y parecía ansiosa por cerrar la puerta, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

– vine a ver a los niños – ella lo odiaba, hasta el momento, todo era normal.

El día anterior Menma había sido quien lo invitó a ir, pero olvidó considerar a la verdadera dueña de ese hogar.

– Menma acaba de salir, Naruto le ha dado otra misión hoy – comentó sin mirarlo, mientras lo guiaba hasta la cocina.

En una silla para bebes de color rosa pastel, dormitaba el pequeño niño que había ido a conocer. Frente a él había un biberón ya vacío, aún tibio y con algo de baba en la parte superior.

– ya veo, así que este es el niño – prácticamente quedó hipnotizado por el niño. Era muy pequeño y su cabello era de un rojo intenso como el de Karín y aunque aún era poco, se notaba que de mayor aquel pequeño tendría el cabello liso – A...

– Akane – termino de decir Hinata.

La mujer de cabellos cortos y azabaches observó como aquel hombre, usando su único brazo, tomaba al pequeño con la delicadeza con la que uno tomaría una muñeca de porcelana. La mirada que le dio cuando ambos ojos ónix chocaron fue tal, que logro ablandar la mirada de esta, solo un poco.

– Según Menma, ese niño se parece más a sus abuelos que a su papá, a excepción de sus ojos – el bebé se removió en el brazo de Sasuke y Hinata tuvo que ayudarlo para que pudiera sostenerlo de una forma cómoda.

– No se parecen en nada – la mujer acarició los rojizos cabellos del infante,

– Aun así, él adora a su hermano menor y parece que el pequeño también le adora, a parte de sus padres, él es el único que puede cargar al pequeño Akane sin que comience a llorar – algo de eso se le hacía familiar a Sasuke.

– ¿Qué hay de ti?

– Claro que a mí también me deja cargarlo, soy su madrina después de todo – la sonrisa sincera de la mujer hizo que la tensión en la casa menguara. Entonces de forma amable preguntó: – ¿quieres algo de té?

– solo vine a conocerlo... no me iba a quedar mucho tiempo – la sonrisa de Hinata desapareció, ahora su boca formaba una línea perfectamente recta.

– creo que deberías quedarte más tiempo, ahora que estas aquí sería bueno que pasaras algo de tiempo con él, los primeros días son críticos para el apego de un niño a sus padres y con Naruto demasiado ocupado con los exámenes no puede cuidarlo – hubo un deje de tristeza en su voz, pero apenas fue perceptible.

– nunca he cuidado un niño.

– no estoy diciendo que lo hagas "para eso estoy yo" – pensó, pero no dijo – solo te pido que te mantengas cerca de él, que se acostumbre a tu voz y a tu olor, no quiero imaginarme que me haría el "otro Sasuke" si al venir por su bebe descubre que es más apegado a su madrina que a sus propios padres – agregó sacando a relucir un aspecto poco conocido de ella.

Como un espejo DistorsionadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora