capítulo 6. vergüenza

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{Draco's Pov}

-Empiezo yo- anunció Hermione sentada en la extensa alfombra que cubría el suelo de la mansión Malfoy.
-Tengo una pregunta- comenté desde el sofá- Pansy, ¿Por qué cojones sabes dónde está guardado el alcohol en mi casa?
Pansy sonrió alejándose de él, y murmuró:
-Bueno, ya sabes, tu casa es mi casa y esas cosas que se dicen. Además, puede que cuando estás enfermo y vengo a cuidarte me ponga hasta el culo de Whisky...
Me levanté de un salto, y me lancé sobre ella.
-¿De qué estás hablando? Te vas a enterar Pans- la amenacé antes de agarrarle de los pelos y traerla hacia mí.
Por un instante, nos olvidamos de la situación, de la gente y los problemas que nos rodeaban, y nos revolcamos en el suelo como lo habríamos hecho cinco años atrás. Sin importarnos nada.
Una vez sofocados, volvimos a nuestros sitios riendo, bajo la atenta mirada del resto.
-Venga Cedric, te elijo a ti- continuó Granger- ¿Prueba, Verdad, Beso o Trago?
-Verdad, supongo.
-Si tuvieras que traicionar a alguien aquí, ¿A quién sería?
-Malfoy o Ronald, sin duda.
Chasqueé la lengua a modo de desaprobación y le ignoré. Aquello iba a ser realmente aburrido, por no decir infantil.
-Harry, elige- siguió.
-Verdad también-
escogió mirándome de reojo.
-¿A quién besarías de esta sala?
-Comodín, trago
.
Zabini se acercó a él riendo con un chupito de algo de color caramelo. Potter se lo bebió, y acto seguido, torció el gesto disgustado por el sabor.
-La verdad es amarga a veces, y más si te la tragas y no la sueltas-
comentó Luna con la mirada perdida. Esa chica me perturbaba...

-Bueno...- pronunció Harry aún mirando a la rubia- ¿Ron?

-Escojo...- fue interrumpido por un inaguantable sonido proveniente del piso de arriba.

Me paré de golpe, y con determinación propia de un Slytherin, les ordené:

-Al sótano todos, y cerrad la puerta, ¡ya!

-Yo voy a ver qué ha pasado- murmuró de forma casi inaudible Harry.

Todos habían salido corriendo ya escaleras abajo, menos él y yo.

-Potter, márchate.

-Te dije que no te iba a dejar solo.

-Que te vayas.

Comencé a subir las escaleras, alejándome de él. Muy a mi pesar, supuse cuál era la raíz del problema. Cuando llegué al último peldaño, me agaché y me resguardé tras un pequeño mueble de mármol. Saqué mi varita, preparado para cualquier ataque, y entonces oí dos voces acercándose:

-Señor, ¿está usted seguro de que siente su aura rondar por los rincones de mi hogar?

-Sí Lucius, y no me agradan los traidores...

-Pero mi señor, yo jamás alojaría al niño aquí, usted lo sabe.

-Quizás tú no, pero sabes muy bien que tu hijo si lo haría.

Aquello era horrible. Voldemort y mi padre finalmente nos habían encontrado...

Pensé en una manera de salir de mi escondite sin exponerme demasiado, sin embargo, una fría mano se posó sobre mi cabeza, haciéndome temblar del pánico. Cerré los ojos, incapaz de moverme, y oí otra voz.

-Ssh soy yo, mira.

Abrí los ojos, y vi a Harry a milímetros de mí, observándome fijamente. Tenía la capa de la invisibilidad. Mis pulsaciones bajaron a medida que se sentaba junto a mí. Me tendió la mano, y sonrió tranquilizadoramente.

-¿Crees en serio, que una simple capa te va a alejar de mí, Potter?- siseó mi padre.

Pude observar en los ojos verdes de Potter el miedo, pero solo durante un lapso de tiempo insignificante, pues un escalofrío me recorrió cuando perdí el tacto de la piel de Potter, que había salido de la capa, y se había erguido frente a mi padre.

-Aquí me tienes pues, Malfoy.

-Mmh tan audaz como siempre eh...

-¿Qué queréis ahora?

-Oh Potter, lo sabes de sobra. A propósito, ¿alguna vez te han dicho que tu valentía debería de acompañarse con un mínimo de inteligencia?

{Harry's Pov}

Mierda, Voldemort. Le había perdido de vista, y ahora Draco estaba solo... Me la habían jugado. Pensé rápidamente en la mejor opción que quedaba, y grité sin apartar la mirada de Lucius:

-¡Corre, huye y avisa al resto!

Se oyeron las pisadas de Draco junto al crujir de la madera, y pude sentir alivio durante un instante, mas el mortífago no tardó en dirigir su varita hacia mi rostro y proclamar:

-Ven aquí hijo, saluda a tu padre como es debido. O tu amigo pagará por ello.

-Draco no le hagas caso, vete. Yo voy a estar bien.

-¡Crucio!

Ipso facto, caí al suelo retorciéndome de dolor y gritando desesperadamente. Apreté la mandíbula, con el fin de reprimir los chillidos.

Rápidamente, Malfoy tiró la capa a un lado y vino hacia mí, para sujetarme.

-Padre, déjalo marchar, por favor- suplicó arrodillado.

El hombre permaneció solemnemente en su sitio, sin dignarse a mirarnos. Acto seguido, de entre las penumbras, surgió una encorvada figura que se arrastraba soltando gemidos agonizantes.

-Me temo que quien decide eso soy yo, heredero.

Y a partir de ahí, solo recuerdo oscuridad.

Tú {𝙙𝙧𝙖𝙧𝙧𝙮}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora