capítulo 19. libertad

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//Draco's POV//
Llegamos al salón a toda prisa, justo para encontrarnos a Hermione y Ronald escoltando a tres mortífagos.
-Chicos, ¿Habéis acabado con Bellatrix?
-Así es.
-Perfecto, nosotros nos vamos directos al ministerio de magia para que los lleven a Azkaban- comentaron refiriéndose a los tres hombres.
-Todo vuestro chicos, ahí tenéis a la Sra. Malfoy- dijo Weasley apuntándola.

La miré de lejos, tratando de evitar el cúmulo de emociones que se comenzaba a arremolinar en mi interior. Me mordí el labio, y aún así, alguna lágrima rodó por mi mejilla. Potter, que se encontraba a mi lado, me las secó, y sin apartar la mirada de mi madre, sugirió:
-Vamos Draco, os doy unos minutos para hablar.
Me empujó con suavidad hacia el sofá, donde ella permanecía quieta, con la mirada perdida.

Era mi madre, pero estaba asustado. Tras haber pasado por todo aquello... Otra traición familiar más no sería novedosa. Por ello, me giré instintivamente para buscar la protección de mi león. Desde el marco de la puerta, me dedicó una cálida y tierna sonrisa, que llevaba un "Estoy aquí, adelante".

Me senté a su lado sin pensarlo dos veces, y cubrí su temblorosa mano llena de cicatrices con la mía. Giró su rostro hacia mí.

Era una obra de arte; triste e incomprendida, pero cautivadora.

Tenía una expresión perdida y desesperada, y lágrimas secas recorrían sus mejillas. Bajo sus ojos, unas grandes ojeras denotaban el insomnio que padecía la mujer.

-Mi pequeño... Cuánto siento todo lo que has sufrido... Gracias por venir a buscarme.

Puse su cabeza contra mi pecho, y hundí mi nariz en su lacio cabello, aspirando un aroma a lavanda que temía haber olvidado  durante los últimos meses.
Clavé mis manos en su espalda, y le murmuré:
-Te has perdido tantas cosas, mamá...
-Lo sé huroncito, pero ya estoy aquí.

Sin nada importante que decir en aquel momento, nos echamos a llorar en los brazos del otro.

//Harry's POV//

Observé a los Malfoy, fundiéndose en un abrazo lleno de amor familiar, y por dentro, sentí una mezcla de envidia y satisfacción. Me entristecía saber que jamás conocería el calor de mis padres.

Aún un tanto embobado con mis pensamientos, distinguí la aguda voz de Narcissa:
-Harry Potter, gracias por cuidar a mi niño.

Me acerqué para sonreírle y tenderle la mano, y ví sus ojos aguados; ella también había perdido a mucha gente.

-De nada Señora Malfoy- contesté cortésmente.
-Harry, llámame Narcissa.
-Como quieras, ¿Te encuentras mejor, Narcissa?
-Ahora que estoy junto a mi hijo . Siempre te estaré eternamente agradecida por haberte acercado a Dray, y ser un amigo para él.

Sonreí; esperaba a una fría y arisca mujer insensible, y en cambio, me había cruzado con una madre cariñosa y protectora. Draco tenía suerte.

-Harry... Siento mucho lo que le ocurrió a tus padres. No merecían tal final, no teniendo en cuenta todo lo que hicieron por todos. No los conocía personalmente, pero eran brillantes y valientes, y deseaban justicia y bien para el mundo de los magos. Intenté a toda costa evitar que dañarán a James y Lily...
Lily... tu madre era excepcional... ¿Sabes? Tienes sus ojos- comentó pasando sus inquietas manos por mis pómulos. 

Tú {𝙙𝙧𝙖𝙧𝙧𝙮}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora