capítulo 9. confusión

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{Dracos Pov}

El ambiente seco y frío de la enfermería comenzaba a cansarme. Cada mañana, Pomfrey me traía la comida que ella misma hacía con mucho cariño. A la tarde, las visitas. Y por la noche, por la noche intentaba dormir.

Pero algo no me dejaba, me mantenía inquieto, molesto. No me sentía el mismo, y acabé por relacionarlo con estar paranoico, aunque no me satisfacía esa explicación.

Además, Harry no salía de mi cabeza. Tanto tiempo solo allí pensando, para darme cuenta de que se había comportado como un imbécil, arrancando todas las ganas de estar con él que llevaban brotando en mí. Por otra parte lo quería infinitamente, pero no podía permitir que me tratase así. Por lo que había decidido alejarme de él. Aunque doliera, era lo mejor, y ni siquiera éramos nada oficial. También me di cuenta de que no teníamos futuro juntos, era estúpido.

Toda aquella maraña de ideas revoloteaba por mi materia gris dificultándome la tranquilidad.

Así que, cuando una lluviosa tarde llegó acompañando a Pansy, Ron y Blaise, se lo dije.

Llegaron sobre las cinco de la tarde, y se acomodaron con calma.

-Te dan hoy el alta eh- comentó sonriendo el moreno.

-Lo sé- respondí fríamente.

-Y bueno ¿Quieres no sé, tener una cita conmigo?

Estaba nervioso. Se le resbalaban las gafas continuamente, cayendo en sus rosadas mejillas, y no paraba de pasar la mano por su cabello. Joder, ¿Cómo podía decirle que no?

Pero algo me empujó a hacerlo.

-No, prefiero quedarme en mi habitación tranquilo.

-Bueno- ofreció tímidamente- Si quieres puedo pasarme, sigo teniendo la capa de invisibilidad.

-He dicho que quiero estar solo. Sobre todo si la otra opción es estar junto a alguien que no confía en mí.

-¿Draco qué estás diciendo? Harry lleva a tu lado todo el tiempo- le resaltó Pansy extrañada.

-Iros todos- exigí haciendo caso omiso de los comentarios de mi amiga.

La primera en salir fue Parkinson, furiosa por mi falta de atención, y después Blaise y Ron, haciendo muecas extrañas. Finalmente, salió él, no sin antes pararse en mitad de la sala y suplicarme con vehemencia que le explicase qué ocurría. Pero no lo hice, me dejé llevar por lo que creí que era mi instinto.

{Harry's Pov}

A pesar de las insistencias del resto, opté por dar un paseo por la linde del bosque, esperanzado de poder finalmente relajar la tensión acumulada durante la semana. Era una fría tarde de otoño, cercana a Halloween, por lo que me crucé en el sendero con alegres alumnos yendo en busca de calabazas.

"Qué irónico, es tan relativa la felicidad; para unos encontrar unas verduras, mientras que para mí encontrar calma" reflexioné observando las amarillentas hojas que aún colgaban de los árboles más jóvenes.

Pasaron aproximadamente veinte minutos hasta que decidí recostarme en la hierba y descansar durante un rato. Vacié mi mente de todo pensamiento, y fijé mi vista en el patrón de colores que se repetía a mi alrededor: marrón, rojo, amarillo, naranja.

Los colores de Gryffindor. Jamás había creído que la casa a la que alguien perteneciera podía definir su personalidad, pues como bien decía Albus Dumbledore:

"Son nuestras elecciones quienes muestran lo que somos, no nuestras habilidades".

Sin embargo, me era imposible no relacionar la actitud del Slytherin con los estereotipos que conformaban a los serpientes. Sabía que en un claro momento le había decepcionado al desconfiar de él, pero, ¿Quién no lo habría hecho? Además, parecía que me había perdonado ¿Por qué volver a enfadarse?

Todo me daba vueltas y perdí la noción del tiempo... Al levantarme del césped, la luna asomaba en el horizonte, y los búhos ululaban dando la bienvenida a las estrellas.

Llegué al Gran Comedor, y me senté junto a mis dos amigos, que me esperaban con ansias palpables. Hermione removía la comida impacientemente y Ron comía más rápido de lo usual.

-Tío, hemos hablado con Dumbledore y McGonagall. Dicen que han recibido noticias...Lucius ha vuelto a desaparecer, y creen que Voldemort intenta entrar en el instituto- susurró Weasley.

-Bueno, pero eso ya lo sabíamos. ¿Qué hay de nuevo?

-Quiere ent...está entrando- se corrigió la chica- pero no de manera convencional, sino fuera de sí mismo.

-¿A qué te refieres?- pregunté aún sin entender nada.

-Joder Harry, ¿te acuerdas de Quirrell?

-Sí pero ¿Aquello no lo había solucionado el Ministerio de Magia y Hechicería?

-Por lo visto, alguien les chantajeó para no hacerlo.

-Pero ¿Quién?

-¡Merlín Harry! No me extraña que no estés en Ravenclaw. ¿Quién va a ser? Lucius Malfoy, el padre de tu amiguito- exclamó exasperada Granger.

-Y ahí es donde te preguntamos, ¿Realmente es de confiar Draco, no será cómplice de todo esto?

-No puede serlo- aseguré, pero no muy seguro.

Dirigí mi mirada hacia la mesa de Slytherin, pero solo vi a Blaise y a Theo.

-No tengo hambre, os veo en clase de pociones- murmuré yéndome a la enfermería.

{Draco's Pov}

Me arrepentí de inmediato, casi como si no fuera yo quien los había echado. Me sentía tan raro... estaba aterrado. ¿Y si finalmente Harry había decidido volver a ser enemigos?

"Ojalá estuviera aquí madre" pensé triste. "Ella me peinaría suavemente, y me calmaría con su dulce voz. Pero ya no está, se marchó sin despedirse siquiera".

Pasé unas cuantas horas abrumado por el ritmo de mis pensamientos. Hasta que entró Potter en la sala. Sin razón aparente alguna, me eché a llorar.

-Oye, relájate, no pasa nada, todo está bien ahora mismo.

-Harry puede que esté pasándolo mal y me sienta débil, pero sigo siendo un Slytherin, y a los serpientes no se nos puede mentir así por la cara. Sé que algo va mal, no me mientas.

El moreno se sentó en la camilla, y me acarició la cara. Suspiró brevemente.

- Ya sé que estás mal, pero no te voy a dejar solo, lo solucionaremos juntos, ¿De acuerdo?

-No necesito tu ayuda, Potter.

-Venga, deja tu orgullo a un lado. Hazlo por mí.

Puso pucheritos y giró la cabeza mientras pestañeaba exageradamente.

-Solo para que dejes de ser tan pesado.

-Trato hecho.

Clavé mi mirada en sus ojos verdes, parecían tan sinceros... Le besé presionando su pecho contra el mío, y acompasé mi respiración con la suya. Aquel era mi refugio. No podía alejarme de él. Estuviera pasando lo que estuviera pasando.

Tú {𝙙𝙧𝙖𝙧𝙧𝙮}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora