capítulo 21. unión

125 11 2
                                    


//Harry's Pov//

-A ver, tampoco es cuestión de que seas directo en exceso, solo, házselo ver con acciones, ¿Verdad Ronald?

-Mmmhghhgh- soltó el pelirrojo a modo de respuesta mientras pegaba un bocado a un pedazo de pastel de limón.

Hermione se pellizcó el puente de la nariz, y con una sornisa sincera, se acercó a mí, y dijo:

-Vete ya, y no pienses demasiado en cómo hacerlo. Seguro que le encantas.

-Por supuesto que le va a encantar, es Harry Potter; muy idiota sería el serpiente ese para no querer estar con nuestro amigo cariño.

-Harry, acércate un segundo- dijo ella- Déjame que te peine un poco anda.

Chasqué la lengua y me quejé entre murmuros mientras la morena enredaba sus dedos en mi pelo para desenredarlo.

-Venga tío, vete ya que llegas diez minutos tarde; suerte. Hermione y yo te esperamos aquí.

Abracé a mis amigos y salí corriendo escaleras abajo, a la vez que me miraba en cada espejo que encontraba por el camino. Esa mansión estaba repleta de ellos.

Miré el reloj de la entrada; eran las 21:10, efectivamente llegaba tarde, y a juzgar por la personalidad de Draco, iba a estar bastante molesto.

Salí del edificio y doblé la esquina, donde vi a Draco hablando con Pansy. Él iba vestido con unos pantalones, una camisa de cuello alto y una gabardina negras, acompañadas de unos brillantes zapatos de dicho color. Llevaba el pelo perfectamente peinado con gomina como siempre, y olía a menta.

-Bueno, yo ya me iba, he quedado con Blaise; Draco, recuerda lo que te he dicho. ¡Buenas noches!- se despidió Parkinson mientras se alejaba del lugar andando.

-Potter, llegas tarde- escupió con amargura el rubio mientras se acercaba a mí sin siquiera mirarme.

-Lo siento Draco, ven aquí- le pedí abriendo mis brazos.

Draco dudó por un segundo, y alzó la vista, aún con el gesto torcido.

-Oh... tu pelo... estás muy guapo peinado- dijo acercándose para abrazarme-¿A dónde vamos a ir?.

-Quería llevarte a un lugar que llevo visitando desde primer curso... Siempre que quería estar solo, iba allí... Es un sitio tranquilo.

-¿Qué, vas a proponerme matrimonio o cómo, Potter?

-Oh venga, no seas idiota, te encantará. Y no me llames Potter...

Caminamos aproximadamente veinte minutos charlando sobre  nuestros encuentros durante toda la estancia en Hogwarts.

-Oye, ¿Cómo esperabas que supiera que te gustaba? Te reías de mí siempre. Siempre me recordabas que no tengo padres, me tratabas como a un inferior... Pensaba qué me odiabas.
-Pero... Yo hacía eso para llamar tu atención...
-Oh, buena técnica para seducirme- dije riendo a carcajadas- ¿No era más fácil saludarme o pedirme la tarea?
-Pero es que nunca estabas solo... Todas las chicas iban detrás tuya... Y los chicos querían ser tus amigos... Supongo que me dabas envidia... Te veía inalcanzable- admitió para después volver a un tono neutral y añadir- Además, yo tengo mi orgullo, y no puedo simplemente ir detrás de alguien como si me fuera la vida en ello.

Le miré a los ojos, estaba sonrojado.
-¿Acaso estás confesando tu amor por mí, Draco?
-Cállate.

Nos echamos a reír hasta que nos faltó el aire.

-Pues... yo una vez casi te beso- confesé sin dirigirle la mirada- ¿Te acuerdas cuando casi te mata un hipógrifo en clase de Hagrid? Bien, pues cuando fui a ver qué tal estabas, te habían anestesiado para reducir el dolor, y estabas dormido. Me quedé sentado a tu lado media hora, y justo antes de irme, se me cruzó por la cabeza una tonta idea; "¿Cómo de suaves serán sus labios?". Me acerqué mucho... pero paré. No quería hacerlo por si acaso te despertabas y te enfadabas.

-Harry Potter, te odio. Eres el ser mas estúpido que mis ojos jamás hayan divisado. Podríamos estar juntos desde hace años y años, pero NO, por una vez en tu vida pensabas en las consecuencias de tus actos.

Ya habíamos llegado al descampado. Era una noche estrellada, lo cual hacia que aquel escondite personal pareciera más tranquilo y mágico. Un leve aroma a calabaza y madera inundaba el ambiente, relajando todas las posibles tensiones que tuvieramos dentro nuestra. Tomé del brazo con una mano a Draco y lo callé con la otra.

-¿Estar juntos?- me acordé de por qué quería invitarle a pasear.

-¿Eh? No, osea... No quería decir eso, me he equivocado...- comenzó a excusarse Draco.

-Pues... yo sí quiero que estemos juntos. Me gustas, Draco. Aunque eso ya lo sabes de sobra...

El rubio sonreía nervioso e incrédulo bajo el cuello de su abrigo.

-¿E-en serio?

-Claro... Quiero decir, tú y yo, técnicamente ya somos algo... Pero quería hacerlo oficial, porque creo que es algo importante. Además, se que a ti te gusta que yo sea así... Espero no haberme equivocado- murmuré al ver la ilegible expresión del serpiente.

-Para nada, todo está genial... 

-En ese caso, ¿Quieres ser mi novio?

-Por supuesto, Harry.

En ese momento, ni siquiera nos besamos. Simplemente, nos dimos la mano y nos quedamos allá de pie, en silencio, mirándonos con todo el amor que podíamos entregarle al otro.

"Así que esto es el amor... Es un sentimiento agridulce... Por un lado, me siento pleno con él a mi lado; él me cuida, me quiere, me hace sentir bien. Por el otro lado, me aterra que esto no sea para siempre o simplemente perderle. Qué extraño... A pesar de no ser todo bueno... Quiero arriesgarme por estar a su lado".

Los besos no siempre eran los encargados de expresar cuánto nos importábamos el uno al otro. Aquello lo sabíamos bien. 

A veces, bastaba con darnos la mano, aquella mano que siete años atrás, el primer día en el instituto, había rechazado sostener, y la cual, en ese momento, deseaba que fuera la única mano que tomaría con semejante cariño jamás.


Es la madrugada, seguramente esto tenga bastantes fallos, pero en fin, mañana editaré esto para que quede mejor :)))))))

Aún no ha llegado el final aunque lo parezca, quiero desarrollar algun aspecto más de la historia. Así que, nos leemos en el siguiente capítulo, espero que os guste, si es así dadle apoyo, bye ;)

Tú {𝙙𝙧𝙖𝙧𝙧𝙮}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora